Los bajos niveles de educación: realidad ineludible

La Organización para la Cooperación y Desarrollo Económico (OCDE) facilita un examen de muestra virtual para que cada estudiante pueda ver y comprobar qué nivel tiene cada uno en el informe PISA en matemáticas, ciencias y lectura. La OCDE agrupa a los países desarrollados y los de mayor desarrollo en América Latina y recientemente publicó un estudio sobre 64 países, entre ellos ocho latinoamericanos. Dicho estudio se apoyó en el informe de PISA para el 2012. Las conclusiones que arroja el mencionado estudio se refieren a que, tanto Perú como Colombia y Brasil, estos países están entre los que tienen más alumnos de 15 años que no alcanzaron los niveles esperados en esas materias.
Otra de las conclusiones es que Argentina, Perú, Colombia y Brasil están entre los diez países que tienen más alumnos con bajo rendimiento escolar en matemáticas, lectura y ciencia, y que los ocho países latinoamericanos que fueron seleccionados están muy por encima de la media de la OCDE en porcentaje de alumnos, sin el nivel mínimo en las tres áreas analizadas y mencionadas anteriormente.
Cabe señalar, que Perú reflejó mayor porcentaje de estudiantes de 15 años que no alcanzan el nivel básico establecido por la OCDE, tanto en lectura (60 %) como en ciencia (68.5 %), y el segundo en matemáticas (74.6 %), sólo por detrás de Indonesia. Del mismo modo, en el caso de Colombia, el 73.8% tuvo bajo rendimiento en matemáticas, el 51.4% en lectura y el 56.2% en ciencias. En lo que respecta a Brasil, dicho país está entre las cinco naciones que más redujeron el bajo rendimiento escolar en matemáticas entre 2003 y 2012.
Otros países como Chile, Costa Rica y México, sus resultados muestran que son los tienen menos alumnos con bajo rendimiento escolar, pero están entre los veinte con más estudiantes que no alcanzan el nivel mínimo que la OCDE considera exigible a cualquier adolescente de 15 años.
Cabe resaltar, que los 64 países objeto del estudio representan 13 millones de alumnos de 15 años con bajo rendimiento por lo menos en una de las tres áreas. Entre las cuales, hay 11.5 millones de estudiantes que no tienen el nivel mínimo en matemáticas, 9 millones en ciencia y 8.5 millones en lectura.
Entre sus conclusiones, el estudio estima que los resultados educativos dependen de muchos más factores que simplemente la renta per cápita de un país. Esto así, debido a que países tan diversos en término de desarrollo relativo como Brasil, México, Túnez, Turquía, Alemania, Italia, Polonia, Portugal y Rusia lograron reducir el porcentaje de estudiantes con bajo rendimiento entre 2003 y 2012.
No obstante, Shanghai (China), Singapur, Hong Kong (China), Corea del Sur, Vietnam, Finlandia, Japón, Macao (China), Canadá y Polonia ostentan los mejores resultados en las tres áreas estudiadas, con menos o alrededor de un 10 % de alumnos sin el nivel mínimo.
Entre los factores de riesgos a mencionar se encuentran, entre otros, el nivel de ingreso, hijos de un solo progenitor, debilidades en las escuelas rurales, ausencia de educación preescolar, mala gestión de la escuela o ausencia de una política pública educativa integral por parte del gobierno.
De acuerdo con la OCDE, “las grandes diferencias en el rendimiento entre los estudiantes con un estatus socioeconómico similar y un origen común sugieren que las escuelas y la política educativa en los países de acogida inciden en el rendimiento de estos estudiantes. Mientras que las políticas inmigratorias, las similitudes entre los inmigrantes y la cultura del país de acogida, y otras políticas sociales también explican algunas de estas diferencias en el rendimiento, algunos sistemas educativos pueden facilitar la integración de los estudiantes inmigrantes mejor que otros”.
Sería difícil generalizar las conclusiones del mencionado estudio, debido a que no todos los países participaron en el mismo. Asimismo, hubiera sido de interés, que nuestro país hubiese participado en el mencionado estudio, a fin de tener una idea actualizada de la realidad existente.
Otro aspecto a considerar es la realidad prevalece en varios países latinoamericanos y particularmente en el nuestro y que afecta sobre manera a la juventudes de estos países, y está relacionada con la oferta de trabajo para jóvenes profesionales universitarios. Entre las conclusiones de estudios que han llevado a cabo organismos multilaterales como el Banco Mundial, resalta la existencia de una ausencia de coordinación entre las universidades y los sectores productivos. Entre las áreas de mayor demanda se encuentran ingeniería, medicina, economía, sistemas, administrador de empresa, hotelería, entre otros.
Se puede afirmar, que las evidencias muestran que la demanda de empleo en la mayoría de los casos no responden a las necesidades del mercado ni tampoco por las seleccionadas por los estudiantes. Hallamos una gran concentración en las disciplinas de derecho, administración y contabilidad, las cuales hace cierto tiempo han sido las que han concentrado el mayor número de alumnos. Otras que cabe mencionar son las de ingeniería, medicina, hotelería y arquitectura. Sin embargo, no se percibe mucha demanda en carreras tales como enfermería, administración de hospitales, biología, química, etc.
Tomando en cuenta, que en la actualidad la Universidad no responde a los requerimientos o demanda de profesionales por rama industrial, se hace necesario establecer un diálogo que permita incentivar una relación biunivoca entre la Universidad y el sector productivo.
En el caso de nuestro país, sería recomendable evaluar la situación que existe en las diferentes carreras como un capítulo de diagnóstico. Lo anterior, permitiría formular un Plan Estratégico de Formación en aquellas disciplinas con mayor demanda laboral. El plan puede ser importante, porque pondría las disciplinas seleccionadas en la del Estado y al mismo tiempo permitiría jerarquizarlas desde el punto de vista social. Sin embargo, lo anterior debe ser acompañado con un trabajo más fuerte en la enseñanza media y primaria que despertara vocaciones tempranas”. En consecuencia, se debe procurar aumentar tanto la reinscripción como el número de ingresos. Una de las claves sería otorgar becas a los estudiantes que, luego de haber abandonado, retoman la carrera y la terminan.
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Diario Libre
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