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PLD: segunda reelección versus la tercera

La coherencia política y la auténtica defensa a nuestro régimen constitucional nos obliga a oponernos y marchar contra ambas reelecciones. De lo contrario estamos siendo manipulados por una cualquiera de las partes.

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PLD: segunda reelección versus la tercera

Conoceréis la Verdad y ella os hará libres. (Juan, 8, 32).

En el Partido de la Liberación Dominicana no hay solamente un proyecto reeleccionista que persigue modificar la Constitución enfrentado a quienes la defienden. No. En dicho partido hay dos proyectos reeleccionistas que se iniciaron el mismo 16 de agosto del 2012: uno correspondiendo al presidente saliente Leonel Fernández y otro, al presidente entrante Danilo Medina.

Los que están con el actual presidente Medina resienten que “habiendo sido presidente Leonel Fernández en tres oportunidades, quiere volver ahora en el 2020 a su tercera ‘reelección’ y continuar luego a su cuarta reelección y quinto periodo de gobierno en el 2024, un auténtico continuismo digno de un caudillo, no de un estadista”. Y los que están con el expresidente Fernández resienten que “la Constitución se respeta, y que intentar modificarla de manera dolosa, en violación a los acuerdos de Juan Dolio y en franca violación al imperio de la ley pone en peligro la institucionalidad democrática de la nación”.

Los de Fernández intentan salvar la constitucionalidad argumentando la letra, la parte material de la constitución –la tipificación de una infracción constitucional– y el respeto a los acuerdos firmados. Y los de Medina, intentan lo mismo, elevando como argumento el espíritu de la Constitución, el régimen constitucional. Afirman, además, que los “acuerdos de Juan Dolio” tienen su origen en un levantamiento de los legisladores de Fernández y su objetivo fue apagar ese fuego.

Serían realmente constitucionalistas, honrando la memoria de abril de 1965, si defendiendo la letra material y el espíritu de nuestra Constitución declinaran ambos a una nueva repostulación a la Presidencia de la República.

Una tendencia que tenemos los seres humanos cuando nos abocamos a estudiar los conflictos, es tratar de analizarlos y de comprenderlos desde el punto de vista exclusivamente de la letra de la ley. Su parte material. Actuamos con tal acondicionamiento, que para analizar todos los conflictos utilizamos, exclusivamente, el mapa jurídico, olvidándonos de que, para comprender el mundo, la vida y por supuesto, las fricciones conflictivas, existen múltiples cartografías, mapas, sistemas interpretativos y metodologías. Así como es importante la parte material de la constitución y las leyes, también lo es el espíritu de ellas.

Igualmente, cuando enfrentamos litigios, conflictos y disputas en general tendemos a buscarle soluciones con métodos inmediatistas, sin analizar, previamente, el conflicto en sí mismo, su estructura, el contexto, el mapa de relaciones y la dinámica entre los actores. O incluso el dolo o las acciones dolosas con que se actúa y se toman decisiones, modificaciones y reformas.

Recientemente, se ha levantado un nuevo relato de carácter moral en boca de Roberto Rodríguez Marchena vocero del Poder Ejecutivo, que en esencia expresa, que hay un PLD bueno que se enfrenta a un PLD malo. Uno demócrata y democratizador encarnado por Medina y otro antidemocrático y degenerado, encabezado por Fernández. Este relato implica división, sectarismo, y en esos términos obliga al presidente Medina a hablarle al país sobre la magnitud de ese “PLD malo” y expresar públicamente que está dispuesto a deponer sus aspiraciones, si el presidente Fernández lo hace.

Hombres y mujeres de nuestro país: la experiencia indica que es la amnesia social la que hace que la historia se repita y que se reitere como pesadilla. Para recobrar y mantener la memoria histórica de nuestra nación se debe conocer la verdad de los hechos, y tal como explico, existen al menos dos verdades: una factual y otra moral. Ambas verdades suponen un juicio crítico y ético sobre estos sucesos.

La coherencia política y la auténtica defensa a nuestro régimen constitucional nos obliga a oponernos y marchar contra ambas reelecciones. De lo contrario estamos siendo manipulados por una cualquiera de las partes. Y aceptar estar de un lado u otro es ser parte del conflicto, y no ser parte de ninguno de los bandos enfrentados es contribuir a la solución integral que merece nuestra República Dominicana.

TEMAS -

Nelson Espinal Báez Associate MIT - Harvard Public Disputes Program at Harvard Law School. Presidente Cambridge International Consulting.