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Revolución en los sistemas productivos

El Imperio Otomano ocupa la ciudad de Constantinopla en el año 1453, fecha admitida por los historiógrafos como la caída de la Edad Media y el inicio de una etapa mecanizada con la invención de la imprenta y el descubrimiento de América.

Pero la verdadera llamada Era Industrial comienza con la máquina a vapor que de por sí constituye una revolución de los medios productivos. A estos cambios se le agrega el uso de la energía eléctrica y sigue con las innovaciones de que hay artefactos y maquinarias que le dan órdenes a otras máquinas. Con el empleo al máximo de la electricidad son inventados aparatos de todo género, alcanzando en los finales del siglo XX y en los inicios del siglo XXI los medios digitales movidos a través de internet.

En días pasados, expertos dominicanos de avanzada celebraron en reuniones el conocimiento de una cuarta etapa revolucionaria que se encamina a la digitalización de las fábricas con el uso de proveedores inteligentes que a su vez manipulan y dirigen otros sistemas inteligentes.

En una semana anterior, el Massachusetts Institute of Technology (MIT) y la Universidad Dominicana O&M, efectuaron una gran conferencia sobre el mismo tema.

Se adelanta que el empleo en un sistema de producción inteligente implica no solo trabajo y producción, sino también el conocimiento de la competencia, de mercadeo y de todo lo relativo al funcionamiento de un ente productivo. O sea, en un futuro cercano, los organismos productivos estarán dirigidos por seres invisibles e inteligentes, en lugar de obreros, sin importar el experticio o conocimiento de estos últimos.

Puede calificarse como trágica la realidad de que las entidades productivas sean simplemente controladas con unos cuantos seres humanos en lugar de los miles que ahora son utilizados en la creación de riquezas.

La pregunta llega obligada: ¿qué desempeño van a realizar los miles y miles de adolescentes que terminan los estudios de bachilleratos y se inscriben hoy en las universidades?

¿Cuál es la esperanza de los hombres y mujeres calificados que buscan empleos porque ya son sustituidos por seres inteligentes que dirigen a otros seres también inteligentes?

En este tema habría centenares de miles de desocupados en las naciones que usan estos seres inteligentes. Y es que no es lo mismo pagarle salarios a esos miles y miles, que cubrir el mínimo de humanos inteligentes en el manejo de la inteligencia artificial. ¿Qué destino les van a dar los gobiernos super desarrollados de Japón, China, Singapur, Alemania, Francia y Estados Unidos a estos centenares de desempleados?

Me atrevo a lanzar la idea de que a esas miles de personas desocupadas se les conceda amplia preparación educativa para que en cada aula haya un maestro con sólo 3 o 4 estudiantes. Y esos estudiantes gocen de extensa preparación para comandar a los seres invisibles inteligentes. Esta sería una solución parcial que podría implantarse en los países de gran avance. En cuanto a la periferia, graduaríamos a centenares en enfermería, manejo de hoteles, restaurantes y bares, así como en los servicios domésticos. Proseguiremos con los manuales comunes, incluyendo las cosechas agrícolas y la reproducción ganadera para suplir alimentos a los nuevos maestros de los Estados comprometidos con la inteligencia de la inteligencia.

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