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Joe Biden
Joe Biden

¿Tendremos una larga noche electoral en EE.UU.?

Cuando la gente acude a las urnas no vota directamente por el presidente sino por un grupo de electores. En resumen, a cada uno de los 50 estados más el Distrito de Columbia se les asigna un cierto número de electores, que es básicamente un reflejo del congreso. Son 435 electores por cada uno de los representantes (diputados), 100 electores por cada uno de los senadores y 3 electores más para el Distrito de Columbia. El total es de 538 electores y el candidato que obtiene la mitad más uno, 270 votos electorales, gana la presidencia.

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¿Tendremos una larga noche electoral en EE.UU.?

Las elecciones presidenciales de los Estados Unidos atraen la atención mundial. Sus ritos, sus debates, sus candidatos y propuestas son analizadas por expertos de todo el planeta. Y no es para menos, sigue siendo la primera potencia económica del mundo.

Desde 1788 celebran elecciones presidenciales cada 4 años “el primer martes después del primer lunes de noviembre”. Ese día se elige, además del presidente y vicepresidente, la elección completa de la Cámara de Representantes y un tercio de los escaños del Senado. Desde hace medio siglo se permite el voto por correo, con tradición confiable y segura.

El sistema fue diseñado por los padres fundadores que temían si se dejaba exclusivamente al pueblo la elección de su máxima autoridad, este pudiera elegir una persona poca preparada y con inclinaciones despóticas. Sin embargo, “decidir y proclamar el votar como un derecho y no como un privilegio ha sido tortuoso y uno de los grandes motores de la historia norteamericana” (Carol Berkin de la Universidad de Columbia).

Cuando la gente acude a las urnas no vota directamente por el presidente sino por un grupo de electores. En resumen, a cada uno de los 50 estados más el Distrito de Columbia se les asigna un cierto número de electores, que es básicamente un reflejo del congreso. Son 435 electores por cada uno de los representantes (diputados), 100 electores por cada uno de los senadores y 3 electores más para el Distrito de Columbia. El total es de 538 electores y el candidato que obtiene la mitad más uno, 270 votos electorales, gana la presidencia.

Cada estado tiene al menos 3 electores. California es el estado más poblado tiene 2 senadores y 53 representantes a la Cámara, un total de 55 electores. Si un candidato gana el voto popular en ese estado se lleva entonces todos los electores.

El problema está en que la relevancia de cada voto dependerá de la población del estado, ejemplo en Vermont hay 3 electores, 1 por cada 168 mil personas, pero en Nueva York, un estado más numeroso, hay 29 electores, lo que equivale a 1 por cada 535,000 personas.

En 48 de los 50 estados se aplica la norma de que el ganador se lo lleva todo y por tanto todos los votos electorales van al candidato más votado, sea cual sea la diferencia entre ambos. Salvo en Maine y en Nebraska donde se pueden repartir los votos electorales entre los candidatos.

Tradicionalmente este sistema había salido bien, aunque en el año 2000 en las elecciones entre George W. Busch y Al Gore. Este último ganó los votos populares, pero no todos los votos electorales, decidiéndose en el Estado de la Florida donde en un principio hubo empate y después de un largo litigio fue decidido en los Tribunales el triunfo a favor del primero. También volvió a ocurrir en el 2016 con la elección de Donald Trump quien obtuvo casi 3 millones de votos populares menos que la candidata demócrata Hillary Clinton, pero esta perdió por unas decenas de miles de votos en apenas tres estados.

Por las tendencias políticas y demográficas actuales es posible que en estas elecciones vuelva a ocurrir lo mismo y los estados más pequeños y en general rurales, hoy dominados por los Republicanos, den la victoria nuevamente a un candidato impopular en términos de votos ciudadanos, pero mayoritario en términos de Votos Electorales. Según algunas investigaciones Joe Biden podría obtener más de 5 millones de votos populares, pero aun así perder la carrera a la Casa Blanca.

Un factor contrario a la tradición norteamericana es que el presidente Donald Trump ha denunciado desde ya que si pierde recurriría el resultado ante la Suprema Corte de Justicia poniendo en dudas el seguro y confiable voto por correo norteamericano. Lo que implica que para ganar Biden necesita una victoria incuestionable en muchos estados. De lo contrario nos avecinamos a una larga noche electoral, que pudiera durar semanas, provocando la judicialización de la política, más división y resentimiento en el pueblo de los Estados Unidos de América.

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Nelson Espinal Báez Associate MIT - Harvard Public Disputes Program at Harvard Law School. Presidente Cambridge International Consulting.