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Trabajar unidos por un futuro mejor

Cambio climático, flujos migratorios, narcotráfico, terrorismo, comercio internacional, energía, tele-
comunicaciones... Hoy en día, las naciones del mundo se enfrentan a retos que trascienden sus fronteras. Vivimos en un mundo hiperconectado que se mueve a gran velocidad, donde ningún país puede prosperar por sí solo. Las respuestas para adaptarse a esta realidad compleja y en constante cambio hay que buscarlas en la cooperación y en la solidaridad entre las naciones, en el diálogo, la concertación y la integración regional para afrontar mejor los desafíos comunes de presente y futuro.

Bajo esa premisa se forjan los vínculos entre la Unión Europea y la República Dominicana. Aunque los nexos históricos que nos unen se remontan a hace varios siglos, las relaciones entre la Unión Europea y este precioso país caribeño se iniciaron formalmente en 1989 con la adhesión dominicana al Convenio de Lomé IV, que rige las relaciones privilegiadas de cooperación de la Unión Europea con los 79 países de África, Caribe y Pacífico (ACP), promoviendo la inserción ventajosa de éstos en la economía internacional. Este compromiso fue ratificado y reforzado con la firma del Acuerdo de Cotonou en el año 2000. Estas alianzas han permitido a la República Dominicana beneficiarse de la cooperación europea al desarrollo, que es la mayor del mundo, y a la vez establecer un diálogo político permanente y mutuamente provechoso. Gracias a ello la Unión Europea acompaña a la República Dominicana en la promoción de los derechos humanos, la democracia, la gobernanza y la integración regional, abriendo al país las puertas del Caribe.

A día de hoy, las relaciones políticas entre la Unión Europea y la República Dominicana son excelentes y nuestro diálogo abarca los más diversos asuntos de interés común. Contamos con una trayectoria de más de 25 años en el país, trabajando mano con mano para el fortalecimiento de las instituciones, la democracia, la economía, la educación, el estado de derecho, la cultura y la igualdad, entre otros muchos asuntos de interés común.

Un aspecto fundamental del Acuerdo de Cotonou es el desarrollo de las relaciones económicas y comerciales, especialmente a través de Acuerdos de Asociación Económica (más conocidos como EPA, por sus siglas en inglés). La firma del EPA en el año 2008 abrió para la República Dominicana las puertas de un mercado europeo de más de 500 millones de consumidores en condiciones muy ventajosas. Desde entonces el intercambio entre ambos mercados ha experimentado un crecimiento sostenido, que ya representa más de 2.500 millones de euros por ejercicio. La Unión Europea es el segundo socio comercial de la República Dominicana y representa alrededor del 10% de su comercio exterior. Y un dato más: en 2015 las exportaciones dominicanas hacia Europa crecieron en un notable 7% sobre el año anterior.

Aunque el diálogo político y económico ha facilitado el progreso de ambas partes, en su inicio las relaciones estaban enfocadas principalmente en la cooperación. En la actualidad, la Unión Europea, como primer donante mundial, sigue siendo la primera fuente de ayuda oficial al desarrollo de la República Dominicana. En los últimos 27 años, hemos ejecutado juntos más de 200 programas con subvenciones de más de 60.000 millones de pesos. No es sólo generosidad del contribuyente europeo, ya que los intereses vitales que guían nuestra acción exterior son el mantenimiento de la paz, la seguridad, la democracia y la prosperidad. Europa vive del comercio exterior, de hecho uno de cada cuatro puestos de trabajo europeos depende directa o indirectamente de éste. Y hemos comprobado con el paso de los años que los países más estables son las democracias, de ahí nuestro interés en promover regímenes democráticos y estables con los que poder tener intercambios comerciales e inversiones mutuamente provechosas.

Creo personalmente que ningún socio del grupo de países de África, Caribe y Pacífico (ACP) se ha beneficiado tanto de su relación con la Unión Europea como la República Dominicana. Precisamente porque el país entendió hace 27 años que el mundo exigía mayor entendimiento, trabajo y diálogo entre naciones y se preparó para ello. Este país ha demostrado con el paso de los años tener una muy elevada capacidad de absorción de fondos gracias a la excelente labor de los Ordenadores nacionales de los fondos europeos y de sus colaboradores en la DIGECOOM, con los que trabajamos estrechamente como socios estratégicos.

La Cumbre UE-CELAC de Santo Domingo

Los próximos días 25 y 26 de octubre Santo Domingo acogerá la primera cumbre de cancilleres UE-CELAC, ello en el marco de la Presidencia pro témpore de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC) por parte de la República Dominicana.

Este encuentro es un reflejo de la necesaria colaboración entre naciones. En él se darán cita los Cancilleres de 61 países, un tercio de los miembros de las Naciones Unidas y casi la mitad de los miembros del G-20. La alianza entre la Unión Europea y la CELAC busca preparar a estas dos regiones para hacer frente juntos a los retos que nos afectan a todos, como la sostenibilidad, las migraciones, la educación, la innovación, el empleo, la tecnología, la seguridad o la integración regional. En definitiva, trabajar unidos por un futuro mejor para nuestros ciudadanos, que deben ser siempre el objetivo final de nuestras políticas.

El autor es embajador jefe de la Delegación de la Unión Europea en el país.

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