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Un acto muy especial

El pueblo dominicano requiere con urgencia de referentes morales, artísticos, educativos, empresariales, patrióticos, científicos, en fin, de todas las ramas de la actividad humana, para elevar el espíritu, apuntar hacia metas altas, desterrar la mediocridad y formar una sociedad más compacta y vibrante.

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Un acto muy especial

A mis pocos años fui testigo de la expectación causada, en 1959, por la llegada de la expedición del 14 de Junio a Constanza, y días después de aquellos que desembarcaron por Estero Hondo y Maimón. Apenas sobrevivió un puñado, entre ellos el comandante cubano Delio Gómez Ochoa.

Bajo esa inspiración de la llamada Raza Inmortal, surgiría en esos días el embrión de lo que meses después se convertiría en la gesta del 30 de Mayo, cuyo trueno potente abrió de par en par las anchas ventanas de la libertad.

Recordaba esas cosas mientras escuchaba a Delio Gómez Ochoa, el pasado 12 de agosto, expresar con profunda emoción, que desde aquel entonces había aprendido a querer al pueblo dominicano con amor de niño, sano, diáfano y a sentir el latir de tanta gente buena que conforma este pueblo. Y lo decía en ocasión de la exaltación al Templo de la Fama de la Provincia Espaillat de dos de aquellos expedicionarios, los hermanos Domínguez López, oriundos de Gaspar Hernández.

¡Cuanta conmoción y orgullo produjeron en el público las palabras trémulas, sinceras y sabias de aquel hombre, que expuso su vida en las montañas de Quisqueya en lucha por un ideal!

El acto, solemne, tenía como propósito exponer los valores de la mocanidad en sus distintas vertientes. Y reconocer a aquellos que han dado el buen ejemplo en su trayectoria vital. Por eso resultó edificante escuchar las palabras de los demás exaltados en ese hermoso ceremonial, o de sus representantes.

Uno de ellos fue Julio Brache Arzeno, médico cirujano. En su profesión se distinguió y llegó a dirigir hospitales como el Moscoso Puello. En la década del 60 su existencia dio un giro radical al convertirse en artífice y protagonista de una notable historia de éxito y esfuerzo personal empresarial, que en el presente se extiende a la elaboración de decenas de productos de la rama alimentaria, bajo el sello de Grupo Rica. Al hacer uso de la palabra, hizo gala de su apego a una vida sencilla y dejó el hermoso mensaje de que sin la unión familiar y el apoyo de su esposa e hijos difícilmente hubiera podido alcanzar los logros que hoy son orgullo del país.

También fue reconocido Gregorio Rivas. En la segunda mitad del siglo XIX, canalizó los ríos Camú y Yuna para hacerlos navegables hasta Sánchez y transportar las mercancías de exportación e importación. Artífice de la construcción del ferrocarril Sánchez-La Vega. Introductor de semillas mejoradas de cacao, coco y otras variedades agropecuarias. Y pionero en el uso de molinos. Trajo a Moca a educadores insignes como Salustio Morillo y Ulpiano Córdova. Murió pobre. Lilís se cebó contra su persona. En lecho de muerte, confesó a sus hijos que lo único que les legaba era su nombre. La Vega guarda sus cenizas inmortales, pero Moca acaba de tributarle el homenaje que bien merecía.

Como no solo de pan y libertad vive el hombre, también fue exaltado una figura relativamente joven, dedicada al deporte en una rama que ahora empieza a hacerse popular en el país, el fútbol. Se trata de Verman Mejía, destacado futbolista, miembro en múltiples ocasiones del equipo de la selección nacional. Fue un pionero de esa actividad, allá por la década del setenta, en que bajo el influjo de las enseñanzas de la congregación salesiana comenzó a desarrollarse ese deporte.

En tan solemne acto, no podía faltar la educación. Desde pequeño había oído a mis padres hablar con admiración y respeto de un profesor, Francisco Guzmán Comprés, quien formó a un grueso grupo de mocanos, convertidos después en sólidos y respetables profesionales. Lo que no sabía es que se trataba de un autodidacta. Y que sin haber salido nunca de su pueblo, dominaba no menos de 5 idiomas, hasta el punto de ser contratado como traductor en inglés y francés del Palacio Nacional.

El VI ceremonial culminó con el reconocimiento de otro estandarte, en este caso de la expresión musical, el maestro Jorge Taveras, representado por su hermana Diana Iris Taveras Andújar y por el maestro Manuel Tejada, ya que dolencias de salud le impidieron estar presente.

El pueblo dominicano requiere con urgencia de referentes morales, artísticos, educativos, empresariales, patrióticos, científicos, en fin, de todas las ramas de la actividad humana, para elevar el espíritu, apuntar hacia metas altas, desterrar la mediocridad y formar una sociedad más compacta y vibrante.

Gracias al templo de la Fama de la Provincia Espaillat por la celebración de ese acto tan relevante, que despierta el orgullo de pertenencia a esa patria chica, inmensa en realizaciones y valores. Y gracias a los generosos patrocinadores que hacen posible su materialización.