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Unidad nacional

La RD, que por décadas ha tenido un crecimiento económico anual promedio por encima del 5% del PIB, tiene las riquezas acumuladas, para enfrentar la presente crisis.

El candidato presidencial del PRM hizo una propuesta de unidad nacional. En lo personal no la objeto siempre que nos sirva para levantar la vista y darle a este presente una nueva perspectiva.

Para los meses que restan del año, mediados por un proceso electoral y la elección de un nuevo presidente y de legisladores, se prevé una profunda crisis económico-social en el país. Su matriz está en el modelo de crecimiento impuesto por el peledé, medularmente dependiente de factores externos. La caída mundial del turismo es un hecho. No está en discusión la disminución drástica de la recepción de remesas, sobre todo por la profundidad como ha golpeado la pandemia a EE.UU., España e Italia. A esto se añade la previsible baja en las exportaciones de zonas francas y en la inversión extranjera.

¿Como es que enfrentaremos entonces el aumento vertiginosos del desempleo, de la pobreza, del hambre, la crisis de los servicios básicos, la carestía de alimentos y la desesperación de importantes franjas de la población?

Las respuestas a estas interrogantes constituyen el primer nivel de lo que deberíamos plantearnos desde oposición, frente al gobierno, para alcanzar un compromiso de unidad nacional.

En primer lugar la modificación del actual Presupuesto General del Estado para adaptarlo a una economía de emergencia nacional. El nuevo presupuesto tiene que enfocarse en la producción, la generación de empleos productivos, la transformación del sistema de salud y de la seguridad social, la educación básica y superior, y el fortalecimiento de la institucionalidad democrática.

La RD, que por décadas ha tenido un crecimiento económico anual promedio por encima del 5% del PIB, tiene las riquezas acumuladas, para enfrentar la presente crisis. Lo que se necesita es de un liderazgo con la voluntad y determinación de tomar las decisiones oportunas para poner, en primer lugar, la búsqueda del bienestar de la gente, la permanencia de la nación y de la república democrática.

El nuevo presupuesto tiene que trasformar la calidad del gasto y en ese sentido eliminar todos las formas de dispendio y despilfarro de recursos públicos: Los obscenos salarios de altos funcionarios del Estado, el barrilito y el cofrecito, eliminación de las instituciones duplicadas y sin real función, no pagar la nueva acreencia de 395.5 MM con Odebrecht, ni el peaje sombra, entre muchas otras. Además, retener el 25% de los aportes del Estado pendientes de entrega a los partidos políticos,

La deuda pública, en las actuales circunstancias, es impagable. Hay argumentos más que suficientes para una gracia de por lo menos uno o dos años en la deuda multilateral y la mora o una baja del interés en la deuda privada y “cuasifiscal”.

Modificación de la Ley de Seguridad Social para eliminar las ganancias excesivas del sector financiero y garantizar pensiones dignas y un fondo de protección para los trabajadores.

Insisto: se trata de impulsar una economía de emergencia nacional. En este contexto y para dar respuesta a la crisis en desarrollo es necesario direccionalizar recursos para i) préstamos blandos y bajo palabra a la mediana y pequeña empresa; ii) inyectar los recursos necesarios al Banco Agrícola para poner el campo dominicano a producir sin que los productores se vean obligados a recurrir al crédito informal; iii) desarrollar un plan para la preservación del recurso agua y garantizar la tecnología para su uso eficiente.

El objetivo de estas medidas es reactivar la economía a partir de nuestros propios recursos, crear empleo y garantizar la alimentación básica: pastas, aceites, embutidos, carne, leche, huevo, queso, arroz, habichuelas y víveres, entre otros.

Al mismo tiempo, garantizar precios justos al productor y evitar la especulación para el consumidor, para lo cual es necesario que el Estado intervenga y elimine la intermediación innecesaria que encarece los productos agropecuarios.

El segundo nivel de un acuerdo de unidad nacional se refiere a demandas básicas por décadas ignoradas por los gobiernos de peledé y que hoy adquieren especial trascendencia. Me refiero a: i) aumento del presupuesto de salud, implantando el sistema de atención primaria. Conforme la Estrategia Nacional de Desarrollo este 2020 el presupuesto de salud debió ser el 4% del PIB y tan solo alcanzó el 1.9 %. ii) Mantener la inversión del 4% en el sistema educativo, pero produciendo un reenfoque de la inversión que garantice una cada vez mayor calidad en el sistema de educación pública. iii) Aumento de la inversión en la educación técnica y profesional. Si algo ha dejado claro la presente crisis es la necesidad de una cada vez mayor inversión en la formación de profesionales de alta calidad y en la investigación científica. iv) Avanzar hacia el fortalecimiento de la institucionalidad democrática: Poder Judicial, Ministerio Público, y JCE independientes; transparencia en el manejo de los recursos públicos; cero impunidad.

Una propuesta política de unidad nacional no puede ser una consigna vacía, sino que tiene que ser, ante todo, una estrategia y un programa que le dé contenido y exprese una voluntad política para enfrentar y darle salida a la actual crisis en desarrollo.

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