El Covid parece que ya no da miedo

Pese a que en lo que va de la primera quincena de noviembre las autoridades de Salud Pública han reportado 40 muertos y 14,539 contagiados por COVID-19, y que ya se puede los domingos asistir a los conciertos de Bonyé y a los estadios de béisbol sin mascarillas, me hace pensar que al parecer en el país no le tememos al virus.

Ese fenómeno no solo se observa, muy lamentablemente, en lugares de grandes concentraciones, sino también en la cotidianidad de las personas que asisten a colmados, bares, restaurantes, plazas comerciales; y el asunto ha llegado tan lejos que, en muchos lugares, han dejado de pedir la tarjeta de vacunación, lo que envía un mensaje a la población de flexibilización en todo el sentido de la palabra.

Otro factor que hay que resaltar es que, nuevamente, el proceso de vacunación sufre una especie de estancamiento, porque las personas ahora demandan más pruebas de PCR que vacunas contra el COVID-19.

Si bien es cierto que en el país ya no tenemos un estado de emergencia ni toque de queda, lo ideal es que todos sigamos tomando las medidas pertinentes para minimizar el impacto de nuevos contagios, sobre todo con la llegada de la temporada navideña; época propicia para disfrutar en familia y en grupos sociales.

Pese a las críticas que se puedan esgrimir sobre la forma en que las autoridades han enfrentado esta pandemia, las vacunas hace tiempo que están en el país, y todavía, desde esta columna periodística, hago un llamado a todas las personas que no se han vacunado para que se apliquen el biológico, y a los que no han completado el esquema de vacunación, ¡por amor a la vida vacúnense!

Si actuáramos así, el COVID-19 estará menos tiempo entre nosotros, y así podremos volver a la ansiada normalidad que tanto nos gusta.

Rasga el alma que el número de personas que ha perdido la batalla contra la enfermedad en República Dominicana durante toda la pandemia ascienda a 4,178 y el total de contagiados a 398,880.

Rossanna Figueroa

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Profesional del periodismo egresada de la UASD. Cuenta, además, con un Postgrado en Relaciones Públicas, de la UCSD; y una maestría en Mercadeo, de la PUCMM.