Supérate

Capacitar a personas de los estratos más bajos de la sociedad, sin duda alguna, constituye una de las más contundentes acciones que un Estado organizado puede realizar en procura de sacar de la extrema pobreza a individuos que, por cualquier razón en el tránsito de sus vidas, abandonaron los estudios o nunca tuvieron la oportunidad de acceder a los esquemas de enseñanza con los que cuenta la sociedad dominicana.

De eso se trata, de dotar de las herramientas necesarias a miles seres humanos de barrios y campos del país que hoy día son cabezas de hogares, así como insertarlos en el sistema financiero para convertirlos en sujetos de crédito y que tengan la oportunidad de debutar como microempresarios, echando a un lado el depender de una ayuda mínima y solidaria y por parte del gobierno.

Que una simple mujer se convierta en estilista, que maneje técnicas de maquillaje, coloración de pelo, tintado de cejas y postura de pestañas; la convierte en una persona con las habilidades necesarias para situarse de manera efectiva como emprendedora en su círculo social.

Estas son parte de las acciones que desarrolla Supérate, como parte del trabajo que realiza el Programa Supérate, que dirige de manera exitosa Gloria Reyes, y que hasta la fecha ha diseñado 2,437 acciones formativas para implementarlas a nivel nacional, orientadas a familias dependientes de los programas sociales del Gobierno que encabeza el presidente Luis Abinader.

A poco más de un mes de iniciarse el programa Supérate, los números hablan por sí mismos: han capacitado a 54,074 personas, de las cuales 43,521 son mujeres y 10,553 hombres. Opino, humildemente, que son buenas noticias, porque desde la génesis de la sociedad dominicana, la dependencia social se ha enraizado en distintos círculos de pobreza.

Como concebía el siempre recordado maestro José Martí, “un pueblo de hombres educados será siempre un pueblo de hombres libres. La educación es el único medio de salvarse de la esclavitud”. Es por esto que, preparar a una persona para la vida, sin importar su edad; es, sin temor a equívocos, convertirla en sujeto activo y protagonista de su vida y de su desarrollo.

Rossanna Figueroa

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Profesional del periodismo egresada de la UASD. Cuenta, además, con un Postgrado en Relaciones Públicas, de la UCSD; y una maestría en Mercadeo, de la PUCMM.