Una triste despedida: hasta luego don Adriano

Este Episodios es el que nunca habría querido escribir. De seguro que palabras me faltarán para describir los atributos que acompañaron a un ser tan especial como don Adriano Miguel Tejada. Al recibir la infausta noticia la madrugada justo del día de su cumpleaños, agradecí a Dios, porque esa era su voluntad, aunque a todos nos llenara de tristeza. Eso pasó cuando recibí la noticia del fallecimiento de mis padres, cada uno en su momento. Agradecer y celebrar la vida que tuvieron.

Don Adriano fue más que el director de Diario Libre: un amigo, consejero, un hombre sabio, que tenía la respuesta adecuada a toda situación o circunstancia. Afable sí, un ser muy afable; pero, más aun, una persona muy comprensiva y con un extraordinario sentido del humor. Ese era don Adriano.

A la vida nadie la entiende, podría decir como simple mortal. La voluntad de Dios es inmensa, comprendería como cristiana; pero no puedo ocultar la tristeza que siento pues es la manifestación más humana del ser.

Celebrar en la tristeza. Sí, celebrar la vida de un hombre que se fue de este plano terrenal con muchas misiones cumplidas. Le faltó una que nos recitó hasta hace unos diez días, tras su última visita a la redacción: concluir algunos detalles, como disfrutar de un cubículo que le habían reservado en el Archivo General de la Nación, donde se internaría cada mañana a escudriñar en la historia y así concluiría algunos trabajos que le apasionaban.

Bromeó con todos y nos abrazó a cada uno de manera individual, diciendo que estaba disfrutando lo que soñaba a sus años: un retiro planificado para estar más tiempo con su esposa, sus hijas, sus nietos y sus libros.

Hasta luego don Adriano, usted fue un ser humano extraordinario, un director fuera de serie y un compañero de trabajo que superó lo elemental del “jefe”. Extrañaremos las paletas de coco, las pizzas y las donas. Lo extrañaremos por entero.

Rossanna Figueroa

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Profesional del periodismo egresada de la UASD. Cuenta, además, con un Postgrado en Relaciones Públicas, de la UCSD; y una maestría en Mercadeo, de la PUCMM.