Igualdad como blasfemia

Semana llena de noticias que hablan de mujeres. Las cuatro hermanas agredidas con ácido en la India por ser maestras nos llevan a pensar que la Educación es, definitivamente, lo que de verdad detestan los fascistas de todas las religiones y todos los colores políticos.

Educar a niñas se ha convertido en el "delito" que merece las condenas más atroces en ciertas partes del mundo.

Además, las jóvenes de Femen, ese movimiento feminista ucraniano, han sido fotografiadas con los pechos desnudos ante mezquitas de media Europa. Si el islam termina por evolucionar y sacar los pies de la Edad Media en la que vive no será por los hombres. Serán ellas, las mujeres las que se rebelarán y exigirán dejar de ser tratadas como menores de edad, en el mejor caso... o como cosas.

Es absolutamente imposible para una mujer occidental entender cómo se soporta la vida bajo las reglas a las que someten a las mujeres en estos países. Que Arabia Saudí acabe de anunciar que aprueba que las mujeres monten en bicicleta (siempre que vayan acompañadas de un varón de su familia) da una idea de qué fácil es que la estupidez se disfrace de moral.

Las mujeres de Femen enseñan sus pechos, como en los años sesenta las mujeres occidentales quemaban brasieres. Son ellas, las valientes, las que lograrán que la sharia termine siendo un mal recuerdo.

Son ellas las que educarán a sus hijos con ideas de igualdad que ahora, en sus países, suenan a blasfemia. Y eso es lento... pero indetenible.

IAizpun@diariolibre.com

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