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Conversando con mi nieto

Ayer me dijo: "Buela no quiero esa comida, eso mismo lo comimos ayer". Y le dije: "Oye bien, la comida no se bota. Tener comida tres veces al día, frutas, dulces, helados, pizzas, sandwichs y todo lo que deseas es un privilegio, un regalo de la vida. Debes saber que en el mundo hay millones de niños que no tienen ni siquiera agua para tomar". Mi nieto puso en sus ojos un signo de interrogación. "Sí, mi niño, no solo uses la computadora para jugar y ver videos, fíjate en lo que está pasando en el mundo, y hasta aquí también en Estados Unidos hay gente pobre que no tiene qué comer". Y volvió a mirarme con preguntas. "Mira, he agregado otra ensalada. Eso es lo que se hace. Un poco de diferencia. Imagínate que no encuentres nada que comer al levantarte o al volver de la escuela. ¿Qué harás?". Así hablo con mi nieto a cada rato. Creo que debe aprender a reflexionar y a pensar por todo lo que ve a su alrededor.

Y no solo le hablo de lo que puede o no puede hacer, sino que también le digo el porqué, el cómo, el cuándo, el dónde, lo que es correcto o incorrecto, el respeto a los demás, de las buenas costumbres, la manera de vestir, la manera de comer, de la forma de hablar (habla inglés, perfecto español y hasta aprendió cibaeño cuando estuvimos en Moca), y todo para que alcance a ser un hombre honesto, honrado, trabajador, buen amigo y así su vida sea muy bonita. Le he dicho también que la vida tiene sus momentos buenos y sus momentos malos. Que a veces suceden cosas que uno no ha estado esperando. Que si comete errores debe de reflexionar y hacer que ese error se convierta en experiencia. Él me hace preguntas y yo le respondo de la mejor manera.

Los nietos son lo mejor que la vida le ha dado a los abuelos y a las abuelas. No es que una haya querido menos a los hijos ¡Imposible...! Lo que pasa es que nos toca moldearlos. Levantarlos, acostarlos, hacer las tareas y un etcétera, etcétera, tan largo... que nos cuesta la vida. Un hijo no se olvida nunca, ni se deja de decirle lo que debe o no debe hacer, pero los abuelos y las abuelas somos parciales con los nietos: son los más bellos, los mejores, los más inteligentes, y todo lo que hacen lo aplaudimos. Sin embargo, darle consejos, opiniones, señalarles lo que hacen mal, también nos toca a los abuelos.

Después de mi explicación, mi nieto se comió toda la comida. Además, le encanta la comida dominicana: arroz, habichuelas, mangú, queso frito, empanadas de yuca, sancocho, asopado, arroz con leche, tostones y esa diversidad de cosas que los dominicanos comemos cada día. Y aunque soy una abuela apoyadora que siempre le cocina lo que le gusta, para mí, y creo que para todos los abuelos, darle consejos, hablar sobre lo que deben y no deben hacer y sus resultados, es una obligación. Si tener nietos es un privilegio de la vida, que lleguen a ser hombres y mujeres con buen tino y gran personalidad, honestos y honrados, trabajadores y educados, los hará, para nosotros, un hermoso privilegio en nuestras vidas.

Denver, Colorado

Los nietos son lo mejor que la vida le ha dado a los abuelos y a las abuelas. No es que una haya querido menos a los hijos ¡Imposible...! Lo que pasa es que nos toca moldearlos.

Levantarlos, acostarlos, hacer las tareas y un etcétera, etcétera, tan largo...