Compartir
Secciones
Podcasts
Última Hora
Encuestas
Servicios
Plaza Libre
Efemérides
Cumpleaños
RSS
Horóscopos
Crucigrama
Más
Contáctanos
Sobre Diario Libre
Aviso Legal
Versión Impresa
versión impresa
Redes Sociales
Literatura
Literatura

El oscuro silencio de un abrazo (Uno de mis cuentos)

Los abrazos se tejieron y los pechos se encontraron. Unos ojos miraban al vacío, oscuros y silenciosos, y otros a la serenidad del alba. En la soledad del abrazo, un cuerpo envuelto en el rasgo de tabacos, guasábaras y cambrones. Y en el otro brillaban las medallas, chapitas, condecoraciones y un fuerte whisky. El General puso sus esperanzas sobre la mesa. El Generalísimo volteó su rencor, amarró sus palabras, fingió mirada y ocultó su miedo. A aquello lo llamaron El Abrazo de Mao. Todo era silencioso. Había miedo en uno. Había persecución del otro. El del miedo temía por su muerte en manos del otro. El otro, guerrillero de tierra, había dado palabra, compromiso, promesa, y cumplió.

Ese atardecer el sol brillaba, calentaba y surgía de los cactus. Y el sudor, asqueroso y maloliente bañaba la ropa de dril del Generalísimo. Al guerrillero, no. Su vida era la tierra sembrada de tabaco, la cosecha y la casa de madera, y más que nada, luchar por la paz. “Hay, que general con tanto valor, le gusta la paz, pero sin honor...”. El otro quería la paz, pero a su manera, matando, torturando y robando. Lo había hecho desde el primer día. Y el sol seguía, calentado, deslumbrado. Y ya en la noche fue la despedida.

El Generalísimo tenía miedo, pero se fue ¿y qué podía hacer? Pues imaginaba que aquello era una trampa. Pero no, Desiderio era honesto. Solo le gustaba poner piedras en el camino para que quienes gobernaban no se pararan y que solo vieran lo que pasa a su alrededor.

¡Ay mi Dios...! Pero nada fue fácil. Al principio, Desiderio, lo apoyó porque pensó que haría por su país toda una riqueza y otras tantas cosas mejorables. Pero todo fue un deseo y una ausencia de colmó su vida.

TEMAS -