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Historia se escribe con H

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Historia se escribe con H

En estos días la Historia ha estado de fiesta. El Archivo General de la Nación celebró con rotundo éxito su 5ta Feria del Libro de Historia Dominicana, con un programa intenso de conferencias, talleres, películas, puesta en circulación de 17 nuevos títulos y venta de obras. Acudí a una amena charla coloquial del consagrado genealogista Antonio Guerra Sánchez acerca de las familias judías en Santo Domingo y su aporte al comercio, la vida intelectual, la masonería y el desarrollo urbano. Esa tarde –cual secuencia de cine continuo- se presentaron sendos libros sobre la Ocupación Americana de 1916-24. Uno del publicista y diplomático venezolano Horacio Blanco Fombona, Crímenes del Imperialismo Norteamericano, originalmente publicado en México en 1927. Otro de la autoría del escritor y diplomático Sócrates Nolasco, La Ocupación Militar de Santo Domingo por Estados Unidos de América (1916-1924), una compilación de correspondencia, artículos y entrevistas relativos a la campaña internacional nacionalista. Con prólogo de su hija Ruth.

Un break para respirar y a seguidas el acto formal inaugural de la Feria, dedicada esta vez a la Novela Histórica y a Marcio Veloz Maggiolo. Palabras magistrales del director del AGN, Dr. Roberto Cassá, quien hizo síntesis de la fecunda labor de la gestión que encabeza –pródiga en modernización institucional, investigaciones y ediciones. Resumiendo los méritos del escritor e historiador homenajeado. En cuya velada circularon nuevas ediciones del relato La vida no tiene nombre, sobre los “gavilleros” del Este y las novelas Los Ángeles de hueso, acerca de la dictadura de Trujillo y De Abril en Adelante, un testimonio literario, a la vanguardia de la nueva narrativa latinoamericana, de una generación atrapada por la guerra del 65. En medio de la transición de los 60, en el ocaso de la ilusión revolucionaria al invadir los marines y regresar “los trajes blancos” al poder, fenómeno singularizado por el poeta Alfonseca en un cuento publicado por Monte Ávila.

Al día siguiente, dos novelas históricas de Federico García Godoy se dieron a la estampa en el AGN: Guanuma, impresa originalmente en 1914, y Alma Dominicana (1911), parte de la trilogía patriótica de episodios dominicanos del autor que se inicia con Rufinito (1908), orientada a galvanizar el sentimiento nacional y abogar por el desarrollo material. Rechazo al caciquismo, el personalismo, la política de campanario y los pugilatos sangrientos que anarquizaban la vida dominicana, como lo consigna GG en la introducción de Guanuma, al asecho expansivo el “imperialismo yanqui”. Charla del historiador Rodríguez Almaguer acerca del impacto internacional de la Guerra de Restauración.

En la noche circulación de Nacionalismo y resistencia contra la ocupación americana de 1916, fruto de una acuciosa investigación de Roberto Cassá. Oportunidad para disfrutar una brillante charla ofrecida por el autor, realmente cautivante. Disección de los grupos armados que enfrentaron a los marines, sus antecedentes en el entorno azucarero del Este, modos de operación, análisis de su liderazgo y métodos de neutralización represiva y cooptación empleados por los americanos y fuerzas subsidiarias. En la siguiente jornada nocturna, el historiador Elíades Acosta Matos presentó la segunda edición de su agotada obra en dos volúmenes La teleraña cubana de Trujillo, que detalla las eficientes redes de espionaje e influencia de la dictadura dominicana en la Isla Fascinante, a cargo de una diligente diplomacia y sus servicios auxiliares, sicarios incluidos.

El viernes 12 de octubre en la noche, me correspondió presentar en el AGN Palabra, canto y testimonio, del entrañable compañero de barrio Fernando Casado, cariñosamente llamado El Magistrado en el ambiente artístico. Una colección de ensayos de inspirada calidad acerca de los géneros musicales populares antillanos y la principalía dominicana en sus orígenes y desarrollo. Testimonios valiosísimos del artista en el desarrollo de su carrera en las artes dramáticas como egresado de la escuela que encabezaran Emilio Aparicio y Antonia Blanco Montes, dos meritorios refugiados republicanos. El ambiente arbitrario de La Voz Dominicana y su paso por el radioteatro. La HIZ de Frank Hatton, con Ruiz Bastardo y Ellis Pérez. El Nova Scotia y el reclutamiento por Solano para La Hora del Moro en Rahintel. La traumática experiencia en una Radio Caribe estrictamente vigilada por Johnny Abbes y sus fieles, a raíz de una denuncia por despecho femenino en el SIM. Los nexos deportivos y sociales con Nene Trujillo.

La última fiesta de Año Nuevo del Jefe en Estancia Radhamés con la Orquesta Caribe, Solano y Los Solmeños. El rol del autor como voz de Radio Santo Domingo constitucionalista en la trinchera del honor del 65. Los festivales internacionales de la canción con múltiples galardones y el exitazo de Miss Universo en Santo Domingo en papel artístico estelar. La guerra del humo, La Tabacalera vs E. León Jimenes-Philip Morris, y la tragedia de René. El rescate de la criolla y los zarpazos de la competencia. Un libro que amarra en su lectura, escrito con gracia poética.

Aprovechando las ventas de libros históricos de la Feria, me encontré con un álbum conmemorativo del Gran Desfile Nacional del 16 de Agosto de 1958, editado por mi querido vecino de la Martin Puche, don Elías Arbaje, quien laboraba entonces en la Editora del Caribe, donde se imprimía El Caribe, que junto a La Nación y La Información de Santiago constituían los diarios del país. Un interesante compendio de los preparativos para ese “magno acontecimiento” de reafirmación de adhesión trujillista, a propósito del 25 aniversario del otorgamiento del título vitalicio de Benefactor de la Patria que le concediera el Congreso a RLTM. Secuencias ilustrativas del desfile, cuatro charlas del Instituto Trujilloniano dictadas en el Alma Mater de la Universidad por cuenta del vicepresidente Joaquín Balaguer, Víctor Garrido, Carlos Sánchez y Sánchez, y Manuel María Guerrero. Textos en prosa y poesía galardonados en concurso literario. Todo un despliegue de loas al Jefe, incluidas la del Nuncio Apostólico Siino, en obligada o espontánea competencia.

Adquirí, para engrosar mi biblioteca trujillista de cientos de títulos, Un Estadista de América, de Fabio A. Mota. Un ejemplar de La Sociedad Dominicana durante la Segunda República 1865-1924, editado en 1982 por Tirso Mejía en la UASD, en el que figura el texto “La economía dominicana durante el primer cuarto del siglo XX”, de José del Castillo y Walter Cordero. Los tres volúmenes de Los Pinzones y el Descubrimiento de América, de Juan Manzano y Manzano. Y Diccionario de las Religiones de P.R. Santidrián. Por courier, me llegó Trujillo Little Caesar of the Caribbean, de Germán E. Ornes, impreso en 1958.

La Academia Dominicana de la Historia, de su lado, ha desplegado un activo programa de conferencias, cursos, seminarios de historia local y publicaciones. Como el volumen VI de la monumental Historia del Pueblo Dominicano, presentadas sus casi 900 páginas por el Dr. Roberto Cassá en acto celebrado en el auditorio del Centro Cultural de las Telecomunicaciones. Con colaboraciones de Juan Hernández Polanco, Ramonina Brea del Castillo, Piero Gleijeses, Wilfredo Lozano, Miguel Ceara Hatton, Leopoldo Artiles, Emelio Betances, Marcos Villamán, Francisco Cáceres, Bruno Rosario, Jeannette Miller, y Paul Austerlitz. Antes, el historiador Rafael Darío Herrera presentó en los salones de la ADH su más reciente obra: La Agitada Vida de Rafael Estrella Ureña. Un recorrido inteligente por la trayectoria accidentada, casi trágica, de esta promesa abortada de la política nacional, con ponderación de la académica Quisqueya Lora, talentosa historiadora hija de Silvano.

Una de las últimas publicaciones de la Academia, a cargo su introducción de Bernardo Vega, pasado presidente de la institución, ha sido Informe de la Comisión Económica Dominicana 1929. La primera edición en español de una evaluación del modelo administrativo dominicano, con énfasis en lo económico y financiero a escala nacional y municipal, con el objetivo de establecer –mediante recomendaciones puntuales de varias leyes de Presupuesto, Finanzas, Contabilidad, Mejoras Públicas- “un sistema científico de presupuesto y un método eficiente” de control del gasto público.

La misión estuvo encabezada por el vicepresidente de EEUU, Charles G. Dawes, abogado, empresario de gas, experto en banca, quien había realizado una encomiable labor en Europa reestructurando las cargas de las reparaciones de guerra impuestas a Alemania tras la IWW, que afectaban seriamente su economía. Tarea que le granjeó el Nobel de la Paz en 1925. Entre Sumner Welles y Horacio Vásquez se había fraguado la misión de asesoría.

Para culminar las buenas noticias, el académico de número Jaime de Jesús Domínguez, un caro amigo profesor de la Facultad de Humanidades de la UASD, autor de múltiples y meritorias obras en el campo de la historia, fue escogido por un jurado de la Fundación Corripio para recibir el premio 2018 en la categoría Historiografía Dominicana. Pastor Vásquez, quien ha realizado importantes contribuciones documentales sobre las relaciones dominico-haitianas, obtuvo el galardón Vetilio Alfau Durán que concede el AGN.

Al autor de esta columna le toca el 27 de este mes asistir al seminario de historia local de La Romana, auspiciado por la ADH, para hablar de los orígenes del Central Romana. Y el 7 de noviembre, en el auditorio del AGN, exponer sobre Hostos en Santo Domingo y su discipulado iluminado.

Por eso y algo más, en estos días, la Historia se ha escrito con H.

jmdelcastillopichardo@hotmail.com

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