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Moca y la devoción a la Virgen del Rosario

El factor religioso –según la apreciación del historiador don Julio Jaime Julia- ha sido un elemento indesarraigable de la mocanidad, porque forma parte de su identidad fundacional. Esa historia religiosa ha permitido que los ejes emblemáticos de la otrora Villa del Viaducto, sean dos grandes templos que patentizan la andadura histórica de su catolicidad. Moca es una de sólo tres ciudades dominicanas donde sus dos templos católicos son Patrimonio Cultural de la Nación.

El cronista primigenio de la historicidad mocana, don Elías Jiménez, afirma que en el sitio donde se construyó el primer templo dedicado a Nuestra Señora del Rosario fue donde se “radicaron los principales vecinos de la abandonada ermita y dio principio la fundación de la ciudad”. Se refiere don Elías a una pequeña capilla que fue edificada en Estancia Nueva y donde iban a oficiar las misas, muy irregularmente, sacerdotes de La Vega y Santiago. Según José R. Morel Castro, en artículo publicado en La Información, de Santiago, en 1948, el adoratorio –como le denomina- en honor de la Virgen del Rosario, fue levantado en la casa de una señora sólo recordada como Mariquita la Santominguera, que sería quien llevó a Moca esta advocación mariana. Interesante resulta constatar que la veneración a Nuestra Señora del Rosario está ligada a Santo Domingo de Guzmán, el fundador de la orden de los Predicadores o dominicos, y cuyo nombre lleva la capital dominicana. Conforme la leyenda, Santo Domingo recibió una visión de la Virgen María en un monasterio francés –hacia 1208- donde le enseñó a rezar el rosario y le pidió difundirlo. Desde hace siglos, la Virgen del Rosario es venerada en muchas partes del mundo (entre ellas, Cádiz, Perú, Colombia, Guatemala, Ecuador, Maracaibo, Veracruz, Murcia, Tenerife) y se le recuerda en todos esos lugares en la misma fecha, 7 de octubre. No olvidemos que la primera construcción colonial en Santo Domingo fue la ermita o capilla del Rosario, levantada en la ribera del Ozama, en lo que hoy es Villa Duarte. Tiene 528 años.

Cuando la ermita mocana comenzó a resultar pequeña, se erigieron tres iglesias dedicadas a Nuestra Señora del Rosario. La primera fue construida de tablas de palmas y techada de cana, y fue en ese lugar donde ocurrió el famoso degüello de Moca en 1805. Entonces, se decidió destruir ese humilde templo para borrar el fatídico suceso y se edificó otro en el mismo lugar, mucho más amplio, aunque también de tablas de madera, que contenía dos asientos preferenciales: uno, donde se sentaba la principal autoridad civil, don José María Imbert, quien luego se llenaría de gloria en la batalla del 30 de marzo en Santiago, y otro destinado para la autoridad militar, el general Tito Salcedo, posteriormente uno de los grandes guerreros de la lucha restauradora. Debemos consignar que el templo donde ocurrió la matanza ordenada por Juan Jacobo Dessalines el 3 de abril de 1805 estaba ubicado donde hoy se encuentra el edificio del Ayuntamiento o Alcaldía mocana, por lo que la tercera construcción de la iglesia del Rosario se traslada a su ubicación actual, venciendo las carencias de la época, en 1904, o sea nueve años más tarde de haberse conformado el comité de recaudación de fondos en 1895. La estructura eclesial se comienza a edificar durante el gobierno del presidente Ramón Cáceres, o sea 99 años después del degüello. Entre los integrantes de las diferentes juntas de fábrica que construyó el templo se encontraban dignísimas figuras de la sociedad mocana de la época, como Fernando de Lara, Lucas Guzmán, Manuel Cáceres, José María Michel, Vicente de la Maza, Gumersindo Belliard, Carlos María Rojas, Manuel María Sanabia y José Brache.

Se organizaban, recuerdan los cronistas de la época, largas procesiones acarreando piedras y arena desde secciones rurales próximas para la construcción del templo. Esas procesiones, que llamaban corvées, que en francés significa tareas o quehaceres, se realizaban de día y de noche, con linternas, montantes y música para mantener despierta la imaginación y el esfuerzo laboral. “Era tan ardiente el entusiasmo del pueblo –señala Julio Jaime Julia- por ver cristalizado el anhelo de poseer un majestuoso templo, que una de estas procesiones trayendo materiales fue dirigido en persona por el propio presidente Cáceres, con más de mil personas a caballo”. Todavía en 1924, veinte años después del inicio de los trabajos, no se había completado la suma requerida para su terminación, a un nivel de que el gobierno militar de ocupación votó en 1920 la suma de $32,315.52 para concluir la obra.

Fue en octubre de 1929, veinticinco años después de haberse iniciado su construcción, que el actual templo fue concluido, y coincidiendo con las fiestas patronales de ese año se realizó el acto de consagración con una ceremonia que Listín Diario calificó de “brillantísima”. La inauguración estuvo presidida por el presidente Horacio Vásquez y el arzobispo de Santo Domingo, monseñor Adolfo Alejandro Nouel. La decoración del templo para esa histórica ceremonia estuvo a cargo de tres reconocidas damas: Mercedes Rodríguez de Estrella, Teolinda Cabrera de Rojas y Fresa Lara de Brache. Esto quiere decir que la actual Iglesia Nuestra Señora del Rosario ha cumplido por estos días 91 años de existencia, debiendo recordarse con este motivo la labor tesonera de sus constructores, el padre Rodrigo Cervantes, el ingeniero Alfredo Scaroina, el maestro constructor Pedro Peña, el arquitecto Martín Gallart y el catalán José Domenech.

Moca está ligada a Nuestra Señora del Rosario no sólo como advocación estrictamente mariana, sino que ése es su nombre fundacional: Villa de Nuestra Señora del Rosario de Moca, como atestiguan documentos antiguos. En 2007, cuando se realizaba un proceso de restauración en el parque Duarte, contiguo a la iglesia del Rosario, se descubrió una treintena de cadáveres, lo que obligó a especialistas dirigidos por el reconocido maestro de las letras dominicanas y reputado arqueólogo Marcio Veloz Maggiolo a estudiar el hallazgo. Al aplicarle carbono 14, que es un radiactivo utilizado para determinar la edad de los fósiles, se pudo saber que los restos humanos tienen una antigüedad que podría ubicarse en 1640, lo que modifica sustancialmente las aseveraciones de don Elías Jiménez y de otros historiadores y estudiosos sobre el origen de la villa mocana que sería en el siglo XVII y no en el XVIII como se afirmó durante mucho tiempo. Aunque don Elías Jiménez habla de que el primer cementerio de Moca estuvo en Juan Lopito, muy próximo al templo actual y al parque Duarte, lo cierto es que en los alrededores de ambos existe todo un gran cementerio, que abarca la calle Independencia desde la calle Antonio de la Maza hasta la José Dolores Alfonseca. No se continuaron las excavaciones hechas en el parque Duarte para no crear situaciones de espanto en los moradores circundantes. No se trata de las víctimas del degüello, sino de las que probablemente fueran las primeras personas asentadas en la villa de Moca, mucho antes de lo que se presumía, ya que nadie nunca ha podido afirmar con rotundidad el origen de la fundación de la ciudad. Se trata de hallazgos muy relevantes que cambian el origen de la historia mocana y que han sido estudiados por el historiador santiaguero Edwin Espinal y, muchos años antes, por el historiador Adriano Miguel Tejada. Lo del Alto de la Ferrera no parece ya un hecho cierto, después de este descubrimiento, añadido al dato de que en esos orígenes aparecen diversas etnias, no sólo españolas, sino holandesas, italianas, inglesas y hasta africanas, específicamente de Guinea. Gracias a estas investigaciones –registrada en los archivos parroquiales de bautismo y defunciones- se ha podido conocer la escritura original de apellidos fundadores de Moca: Bencomo (Bencosme), Ximenes, Texada, Roxas, y con otras grafías, Acevedo, Almánzar, Ayala, Álvarez, Batista, Vargas, Vásquez, Ventura, Caba, Contreras, Hiciano, Olivares, Gómez, Maldonado, Méndez, Ovalles, Cepeda, Taveras, Bidó, Torres, entre otros muchos.

Desde el 2008, la iglesia de Nuestra Señora del Rosario de Moca fue restaurada, estableciendo nuevos retablos del altar mayor y de la capilla del Santísimo, mueblería sagrada, un nuevo baptisterio que fue ideado y supervisado por el entonces arzobispo de la Rosa y Carpio, campanas confeccionadas en los talleres de la Basílica Nuestra Señora de Guadalupe, de México, restauración conforme las normas patrimoniales de las imágenes de la Virgen, del Viacrucis, del Cristo yaciente, entre otras; una escultura de Cristo Crucificado, única en el país de carácter realista, en caoba y resina, obra del artista mocano Domingo Guaba; una pintura El Bautismo de Jesús, obra del reconocido artista Dustin Muñoz, quince nuevos vitrales fabricados en Puerto Rico y la restauración de la histórica campana del reloj público, donado en 1887 por el comerciante puertoplateño Cosme Batlle y construido en París. En la bóveda central, frente al presbiterio, se encuentran las tumbas del presidente Ramón Cáceres, héroe del tiranicidio de 1899, de su padre, el general banilejo Manuel Altagracia Cáceres, quien también llegara a ocupar provisionalmente la presidencia de la República, y del presbítero Calixto María Pina, quien fuera Gobernador Eclesiástico de Santo Domingo y quien falleciera siendo párroco en Moca. Además, en la nave lateral derecha se encuentran los restos de los héroes del 2 de mayo de 1861, primer grito restaurador contra la Anexión a España. Por mucho tiempo se argumentó que ese lugar sólo contenía un cenotafio, y pudimos comprobar que realmente dentro de la pared hay una urna con dichos restos. Patrimonio Cultural de la Nación, pues, y Extensión del Panteón Nacional, cuanto antes.

TEMAS -

José Rafael Lantigua, escritor, con más de veinte libros publicados. Fundador de la Feria Internacional del Libro de Santo Domingo, miembro de número de la Academia Dominicana de la Lengua, correspondiente de la Real Academia Española. De 2004 a 2012 fue ministro de Cultura.