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¿Quién es Cenicienta?

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¿Quién es Cenicienta?

Muchas se han criado para eso. Contra todo y para todo quieren ser delgadas, lindas, bien vestidas, hacer lo que le dice su novio, su marido y con un amén aceptan todo. Esto hace que no sean lo que son, cómo crecieron, cómo las educaron. Si usted mira las muchachas que van al reinado, la mayoría de ellas, además de ser bonitas, dicen lo que no deben decir cuando se les pregunta algo. No conocen nada porque su vida giró en la punta de carajo. Y no es que no se quiera estar bien vestida, ser bonitas, delgadas, es que por encima de todo está que sepan lo que es una mujer desde su nacimiento hasta su vejez.

El feminismo sigue queriendo ser lo mismo, pero hoy, a pesar de los pesares ya es otra cosa muy distinta. ¿Qué hacer? Superar el conflicto. ¿Cómo? Poniendo atención en sí misma. Incluyendo interpretar los sueños. Y no es que se esté en contra de las mujeres jóvenes. ¡No...! Es que hay muchas cosas que son de siempre. No importa que quiera ser una mujer joven. La juventud de hoy debe ser distinta a la de ayer. Las que hoy somos abuelas debemos respetar esos cambios, pero esas no deben participar en que en manos de otro hombre las lleve a correr bajito.

Reprimir los deseos es una enfermedad, siempre que sean correctos. Y el silencio debe actuar en favor de cada quien para llegar a donde quiera. Con basura asquerosa y hedionda no se puede vivir, con un compañero por rico que este sea. Ser Cenicienta por la riqueza es un pecado mortal.

Deje a un lado estar gorda, pero no permita la estupidez. Que sea fea, procure ser inteligente y verá como que todo quien está a su alrededor será su cómplice justo y bien agradecido.

Y digo esto porque veo mujeres jóvenes, casi analfabetas, aquí en la Capital, y no sé si las habrá en otras provincias, de manos de extranjeros ancianos que las hacen sus “novias” tan solo para acostarse con ellas y darles un dinerito en “inglés”. ¡Oh mi Dios...! Esas ya no son cenicientas. Y no sé cómo llamarlas. La Cenicienta obedecía todo, pero estás además de dinero no se preocupan por ser hermosas, ni vestir bien.

Hay muchas cosas en la vida moderna que yo no entiendo. ¡A Dios que reparta suerte y San Pedro las bendiciones!