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Recordatorio electoral: las fichas del tablero (1 de 2)

En 1978, acogiendo el eslogan del “cambio sin violencia”, la mayoría de los dominicanos se volcó a favor de Antonio Guzmán Fernández y Jacobo Majluta Azar, candidatos del Partido Revolucionario Dominicano. Joaquín Balaguer y Carlos Rafael Goico Morales (que entró en la liza prácticamente a última hora para sustituir a Fernando Álvarez Bogaert, a quien el líder reformista eliminó presionado por grupos militares, fundamentalmente), que representaban al Partido Reformista, quedaban en un segundo lugar. El PRD obtuvo 832,476 votos, contra 682,850 que obtuvo el PR. Un total de 149,626 votos hacían la diferencia. El Partido de la Liberación Dominicana que llevaba como candidatos a Juan Bosch y Rafael Alburquerque llegaban en un lejano tercer lugar con sólo 18,375 votos a favor.

En la lista de partidos concurrentes a esos comicios de hace 42 años, estaban el Partido Comunista Dominicano (Narciso Isa Conde y Pericles Franco), Movimiento de Salvación Nacional (Luis Julián Pérez –que se había separado de Balaguer- y Carlos José Jiménez Messon, también de una familia puertoplateña de origen reformista), Partido Revolucionario Social Cristiano (Fonchi Lockward y Livio Peña), Partido Demócrata Popular (Luis Homero Lajara Burgos y Rafael Portorreal), Oposición Unida -que integraban el MIDA, PQD y el Movimiento de Conciliación Nacional que había fundado Héctor García Godoy-Cáceres- (Francisco Augusto Lora, que había sido el vicepresidente de la República en los primeros cuatro años de gobierno de Balaguer, y Manuel Enrique Tavárez Espaillat, quien había sido integrante del Triunvirato luego del derrocamiento de Bosch), y la Unión Cívica Nacional –ya en plena decadencia y dirigido entonces por Guillermo Delmonte Urraca- se unió a Balaguer al que tanto combatieron sus líderes originales. Connotados antibalagueristas que, sin embargo, militaban en filas diferentes, se unieron para criticar algunas de las acciones con la que Balaguer pretendió mantenerse en el poder o, por lo menos, con una cuota importante del mismo: el ex presidente del Consejo de Estado Rafael F. Bonnelly, el canciller del gobierno revolucionario de Caamaño, Jottin Cury, y el ex triunviro Ramón Tapia Espinal, enfrentaron la falsificación de la ley que se conoció como El Gacetazo, mientras Bonnelly y Balaguer protagonizaban uno de los intercambios epistolares más célebres de la historia política dominicana. El presidente de la JCE entonces era Manuel Joaquín Castillo, pero recusado por los reformistas tomó el puesto Hugo Vargas Suberví.

Venciendo numerosas dificultades, Antonio Guzmán se instalaba el 16 de agosto como presidente de la República. De su gabinete, una parte dejó ya el mundo de los vivos, y otros se alejaron de la vida pública. Sólo está activo de ese grupo Hipólito Mejía, quien fue secretario de Agricultura, y Milton Ray Guevara (quien preside el Tribunal Constitucional) que fue Secretario de Estado sin Cartera. En ese grupo ministerial destaquemos a Julio César Castaños Espaillat, padre del actual presidente de la Junta Central Electoral, y el reconocido intelectual Héctor Incháustegui Cabral, que falleció un año después, en 1979.

Cuatro años más tarde, en 1982, Balaguer intenta volver al gobierno, enfrentando a Salvador Jorge Blanco y a Juan Bosch. Es en este proceso electoral que por primera vez surge el “sector externo” en la política dominicana que en los años siguientes sería copiado por todos los partidos con posibilidades de triunfo. La Avanzada Electoral, que dirigía el fenecido José Michelén, reúne a figuras destacadas como don Antonio Rosario, el cirujano José Joaquín Puello, el ex miembro del Consejo de Estado José Antonio Fernández Caminero, el cardiólogo Bernardo Defilló, el historiador Frank Moya Pons y, entre otros, el doctor Emmanuel Esquea Guerrero que todavía no tenía militancia política activa. El balaguerismo intentó un “Comando Reformista” con el ex vicealmirante Ramón Emilio Jiménez como su coordinador. La mayoría probablemente desconoce o no recuerda que el que inventó los “cacerolazos” en las batallas políticas del país fue Joaquín Balaguer. En un discurso que fue difundido por Teleantillas, el líder reformista sorprendió a la audiencia sacando una cacerola y una cuchara buscando demostrar que en el gobierno perredeísta de Guzmán el pueblo pasaba hambre. Aquella imagen de Balaguer dándole con la cuchara a un caldero, provocó que días después sus partidarios realizaran la marcha del cacerolazo en el malecón. La de 1982 fue una campaña de denuestos mutuos, de acusaciones y contraacusaciones, de divisiones en la dirección reformista y de embestidas feroces del candidato perredeísta contra su compañero jefe de gobierno. El jurista mocano Manuel Rafael García Lizardo, que había sido uno de los altos dirigentes de la Unión Cívica Nacional en 1961, presidía la JCE. Johnny Ventura estaba en las calles animando la campaña perredeísta con un merengue de ritmo pegajoso que proclamaba en su estribillo “Ni morao ni colorao, esos viejos tan pasaos”. El doctor Marino Vinicio Castillo que había estado al lado de Balaguer en 1978, y que fue uno de los pocos amigos que le acompañó a su casa a la hora en que abandonó el poder, ahora lo enfrentaba con su partido Fuerza Nacional Progresista que había fundado dos años antes. Todos los líderes políticos estuvieron enfrascados en una “guerra sucia”, con la excepción de José Rafael Abinader que realizó una campaña limpia bajo la sombrilla de su partido Alianza Social Demócrata, al cual llamó “el partido del sembrador”. La franquicia política había sido fundada en el exilio por Juan Isidro Jimenes Grullón. En una reunión celebrada en la casa del ex vicealmirante Ramón Emilio Jiménez, en la avenida 27 de febrero con Núñez de Cáceres (donde hoy existe una agrupación misionera católica), perredeístas y reformistas se reunieron para poner fin a las agrias disputas de la campaña. Por el PRD participaron Ivelisse Prats, José del Carmen Marcano y Freddy Blanco, y por el Partido Reformista, Juan Esteban Olivero Feliz y Julio César Castaños Espaillat, que ya se había pasado del PRD a las filas balagueristas.

La guerra política abarcaba a los empresarios. Unos, partidarios de Balaguer, y otros de Salvador Jorge Blanco. Apoyando al primero abiertamente estaban Enrique Peynado, Payo Ginebra, Pedro Santos Dalmau, Rafael Mencía Lister, Eduardo Rodríguez Schad, y algunos más. José Antonio Najri aglutinó a otro grupo de empresarios y personalidades alrededor de la candidatura perredeísta, encabezado por Alejandro Grullón, y formado por Bernardo Vega, Hugo Guilliani Cury, Manuel Ulises Bonnelly, Manuel José Cabral, Camilo Lluberes, José Augusto Vega, el ex triunviro Ramón Tapia Espinal y, entre otros más, un hermano de otro ex triunviro Marino Cáceres Troncoso. Tan abigarrada y difícil de entender ha sido siempre –ayer y hoy- la política dominicana.

Al finalizar el conteo de la JCE, el abogado santiaguero Salvador Jorge Blanco, que había sido un activo militante de Unión Cívica Nacional en los años de gloria de esa organización, obtuvo 854,856 votos, frente a Balaguer que logró 717,719, o sea Jorge Blanco consiguió superar al líder reformista por 137,137 votos más, aunque 12,489 votos menos que los obtenidos cuatro años antes por Antonio Guzmán. El PLD, que llevaba la fórmula Bosch-Rafael Alburquerque, aumentó su cuota electoral de cuatro años atrás, obteniendo 179,849 votos, o sea 161,474 más, lo que significaba un crecimiento del 1.5% al 9.36% que auguraba un buen futuro para ese partido. Fue la primera vez que el PLD obtenía siete diputaciones que recayeron en Vicente Bengoa, Norge Botello, Juan de la Cruz Buret, Ligia Amada Melo de Cardona, Tomás Beltré, José Ramón Fadul y Ramón Ventura Camejo. De este grupo, solo los dos últimos siguen activos como miembros de su comité político, mientras que la señora Melo de Cardona milita en las filas de Fuerza del Pueblo. El PLD inauguró ese año varios aspectos en las campañas electorales realizadas hasta ese momento en el país: el Bosch-móvil, que Balaguer imitaría, los toques de bandera, las patanas con música (las disco-ligth como se llamarían posteriormente) y las cornetas y tambores de animación, a la vez que la orquesta de Félix del Rosario aportaba un merengue titulado “A votar morao”, con Cecilia García y Adalgisa Pantaleón como intérpretes.

¿Quiénes fueron los otros partidos que participaron en la disputa electoral de 1982? El PLD con Juan Bosch y Rafael Alburquerque (fórmula igual a la de 1978); Alianza Social Demócrata que repetía con José Rafael Abinader, esta vez con José Augusto Tomás de vice; Rafael –Fafa- Taveras con Juan B. Mejía en la boleta de Izquierda Unida; Jaime Manuel Fernández (heredero del liderazgo de Héctor García Godoy) por el Movimiento de Conciliación Nacional y José del Carmen Adames de compañero; Narciso Isa Conde y Fidelio Despradel, en la alianza PCD y Movimiento por el Socialismo (lo que indica que la izquierda llevaba dos candidaturas diferentes); y Elías Wessin y Wessin con Pedro Aquiles Vergés, por el PQD. La fiesta blanca del PRD en el malecón fue en grande. Organizada por el mercadólogo José Cabrera, incluyó a las orquestas de Johnny Ventura, el maestro Rafael Solano, Fernandito Villalona (que le cantaba a Guzmán “si sigue apretando la tuerca se puede correr la rosca...”), Cheché Abreu, Belkys Concepción, Las Chicán y Bonny Cepeda, entre otros famosos de aquellos años. Era la primera y única vez que el PRD permanecería ocho años seguidos en el poder. Desde luego, bajo el costo elevado de una división que tardó en recomponer el partido, un presidente suicidado y unas expectativas que, al final, resultaron desmesuradas. Cuando en 1986 Jorge Blanco sale del Palacio Nacional, el PRD tuvo que esperar catorce años para regresar al gobierno y, de nuevo, por solo cuatro años.

TEMAS -

José Rafael Lantigua, escritor, con más de veinte libros publicados. Fundador de la Feria Internacional del Libro de Santo Domingo, miembro de número de la Academia Dominicana de la Lengua, correspondiente de la Real Academia Española. De 2004 a 2012 fue ministro de Cultura.