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Testamento (1859)

1859. 5 de mayo. Testamento del señor D. Ramón Mella. República Dominicana, Sello segundo, veinte pesos. Por ante mí, José Leandro García. Escribano público de la residencia de Puerto Plata, abajo firmado. Compareció en mi oficio el Sr. Don Ramón Mella, General de División de los Ejércitos de la República, Comandante de Armas de esta ciudad, en donde es propietario y domiciliado y declaró: que precisado a hacer un viaje a ultramar (50), y temiéndose de la muerte, estando en su entero juicio y conocimiento natural, quería otorgar su testamento en la forma pública, por el cual anula y da por de ningún valor ni efecto, cualesquiera otro testamento, memoria o codicilo, que antes de ésta haya hecho, para que sólo valga el presente. El cual dictó en la forma siguiente, a saber:

Yo soy don Ramón Mella, del estado y profesión ya dichos, que nací en la ciudad de Santo Domingo, el 25 de febrero de 1816, hijo legítimo del difunto D. Antonio Mella Alvarez y de la Sra. Francisca Castillo Alvarez. Que contraje matrimonio Infacie Eodesa en aquella ciudad, con la señora doña Josefa Brea, con la cual he tenido y procreado por mis hijos legítimos a Ramón, Ildefonso, América y Antonio Nicanor, todos cuatro en su menor edad bajo la Patria potestad. Y en estas cualidades ordené éste mi testamento en la manera siguiente.

Primeramente: Declaro que soy de religión católica, apostólico y romano, cuya Iglesia es dirigida y gobernada por el Espíritu Santo, en cuya fe y creencia he nacido, vivido, y en lo adelante protesto de vivir y morir. Invocando en mi auxilio, desde ahora, para la de mi muerte, la protección de la gran Reina de los ángeles María Santísima, para que intercediendo con su preciosísimo Hijo obtenga la salvación de mi alma, que encomiendo a Dios Nuestro Señor, que la crió y redimió, con el inestimable precio de su sangre. Y el cuerpo mande a la tierra de que fui formando.

Ytt: declaro que así mi entierro como el bien que se daba hacer por mi alma, será todo a la disposición de mis albaceas testamentarios, abajo nombrados.

Ytt: declaro: que cuando contraje mi matrimonio con la referida esposa D. Josefa Brea, ni uno ni otro aportó nada de bienes a él, solamente nuestra industria personal; por cuya razón, según las leyes, tiene ella del todo de que hemos adquirido, su mitad de gananciales.

Ytt: declaro que todas mis propiedades, cortes, bienes, animales, y demás derechos y acciones, que poseo, constan en mis títulos, documentos, papeles y libros, y por lo mismo no encuentro necesidad de explicarlos, pues mi albacea los tendrá de manifiesto y a su tiempo.

Ytt: declaro que mis deudores, y las cantidades que adeudan, constan de mis documentos y que mi esposa conoce y tiene en manos, para que se cobre y arreglen, y su producto se tenga por parte de mis bienes.

Ytt: declaro deber únicamente a la casa de D. Juan Abril y Compañía, establecida en la República, arreglado el veinte y seis de marzo de este año, la suma de TRES MIL QUINIENTOS TREINTA Y OCHO PESOS Y ONCE CENTAVOS FUERTES; que mando sean pagados de mis bienes.

Ytt: Declaro que lego a mi legítima madre la señora D. Francisca Castillo y mi hermana Manuela Mella, la cantidad de mil pesos fuertes, lo que les entregará mi esposa, según las instrucciones que le he dado.

Ytt: Declaro por mis únicos y universales herederos de todos bienes y derechos y acciones, que quedaren remanentes después de pagar y cumplir con las mandas y legados que en éste mi testamento se contengan, a mis referidos legítimos hijos Ramón, Ildefonso, América y Antonio Nicanor Mella, todos cuatro en su menor, dos en el estudio en París y los dos menores en mi compañía. Para que lo gocen y posean con la bendición de Dios y la mía. Y para cumplir y pagar éste mi testamento, mandas, legados, en el contenido elijo, diputo y nombro, por mi única y general Albacea Ejecutoria testamentaria a la referida mi consorte, la señora D. Josefa Brea de Mella, residente conmigo en la casa de mi morada, en esta ciudad, a quien le doy todo el poder y facultad, que en derecho sea permitido, para que entre en mis bienes, y de lo más bien parado cumpla con lo que dejo prevenido, así Dios lo depare quien lo haga por la suya. Y así concluyó, otorgó y dictó el señor testador, y yo el Escribano a su requiriente doy acto.

Hecho y pasado en esta ciudad de Puerto Plata el cinco de mayo de mil ochocientos cincuenta y nueve, décimosexto de la Patria; y habiéndose leído en presencia de los señores testigos que aparecerán, dijo el señor testador que estaba conforme; que éste era su testamento, como lo había dictado, escrito por nos; que nada que añadir y quitar tenía; y que el todo estaba conforme a su voluntad, y lo firmó, con los testigos requeridos por la ley, señores Wenceslao de la Concha, Pedro Tomás Ortega, Francisco Anselmo López y Gregorio de Lora, todos cuatro mayores, propietarios y domiciliados en esta ciudad, presentes, requeridos por el mismo señor testador.

Nota: Antes de firmarlo dijo el testador que añadía a su presente testamento un otro legado de quinientos pesos fuertes, que el señor testador legaba en toda forma a la señorita María Raimunda Brea, su cuñada, que vive en la misma morada del otorgante, en recuerdo de sus buenos servicios, y que encarga a su señora esposa ejecutoria testamentaria, que después de su fallecimiento se los entregue, de sus bienes; de lo que juzgue a su propósito disponer; y de lo que certifico. Y lo firmó el señor testador con los testigos de que doy fe. R, Mella, G. Lora, E. de la Concha, P.T Ortega, F. Anselmo López, José Leandro García, Escribano Público”.

Yo, Adolfo Pérez hijo, conservador de Hipotecas, de la Provincia de Puerto Plata, depositario de los archivos del finado Notario don Eugenio Polanco y Velásquez, quien fue designado por el Honorable Ayuntamiento de Puerto Plata para conservar el archivo de Notarios y Alcaldes, de los años 1823 a 1886, Certifico: que la anterior es una copia fiel de su original, y la expido para ser enviada al Archivo General de la Nación. Puerto Plata, doce de enero de 1943. Adolfo Pérez hijo, Conservador de Hipotecas.

[Otra copia publicada en Clío, No.83, S.D., 1949]

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No tenemos noticias de si Mella llegó a realizar por entonces el viaje propuesto. Quizás su destino era Inglaterra, a juzgar por lo que dice en una tarjeta de visita, que conservamos en nuestra biblioteca: “Ramón Mella B. L. A., a Dn. Carlos Mc Kay y le desea mucha fortuna y mucha salud”. Pienso ir a Glasgow. Veré a su familia (Your va. O.)”

1816, febrero 25. Nace en la ciudad de Santo Domingo, casa número 64 de la antigua calle de La Luna, hoy Sánchez, hijo de Antonio Mella Álvarez y Francisca Castillo Álvarez.

1816, marzo 6. Bautizado en la Iglesia Catedral por el Pbro. Agustín Tavárez.

1835 Nombrado Preposé de la Común de san Cristóbal.

1836, agosto 31. Contrae matrimonio con María Josefa Brea, hija del prócer febrerista José Gertrudis Brea y de Josefa Hernández, nacida el 14 de febrero de 1814. (Catedral de Santo Domingo, Libro X de Matrimonios, f. 111), Mella residía entonces en San Cristóbal. (Su esposa era prima hermana de doña Concepción Bona y Hernández de Gómez, a quien se debió la confección de la primera bandera dominicana enarbolada en la Puerta del Conde en febrero de 1844. Murió en Puerto Plata el 2 de enero de 1899).

1837, julio 27. Nace su hijo Ramón María. (Estudió en París, fue pintor, activo oficial en la guerra de la Restauración, Diputado por Santiago en 1866.

1838. Pertenece a la Sociedad patriótica La Trinitaria, en clase de Comunicado.

1842. Sirve en San Cristóbal el cargo de Sub-Delegado de Hacienda y a la vez se ocupa allí, como Antonio Duvergé, en los cortes de madera.

1843, enero 26. Comisionado por Duarte, llega a la villa haitiana de Los Cayos de San Luis. En contacto con los revolucionarios haitianos, pacta la adhesión de los dominicanos al movimiento La Reforma, que produjo la caída de Boyer, facilitando la emancipación dominicana. Antes que a Mella, Duarte había enviado a Haití frustradamente, al trinitario Juan Nepomuceno Ravelo.

1843, marzo 24. Secundando el movimiento de La Reforma contra Boyer, los dominicanos se reúnen en la Plaza del Carmen, hoy de La Trinitaria, encabezados por Mella, F. del R. Sánchez, Pedro A. Pina y Juan Isidro Pérez, principales adeptos de Duarte, y dan el grito de Reforma.

1843, junio. Duarte, considerando necesario precipitar los acontecimientos políticos encaminados a la separación de Haití, confía a Mella la labor de propaganda en el Cibao.

En vista de la actividad duartista, el Presidente haitiano Charles Herard hace preso en Cotuí y San Francisco de Macorís a Mella y otros. De la prisión de Macorís a la de Puerto Plata y de allí, embarcados a Puerto Príncipe.

1843, noviembre 15. Sánchez y Vicente Celestino Duarte, en carta a Juan Pablo Duarte, entonces en Curazao, le dicen: ‘’Ramón Mella se prepara para ir para allá, aunque dice que va para Saint Thomas, y no conviene que te fíes de él, pues es el único que en algo nos ha perjudicado nuevamente por su ciega ambición e imprudencia’’.

1844, enero 16. Aparece como firmante, en segundo término, de la Manifestación de los Pueblos de la Parte del Este de la Isla antes Española o de Santo Domingo, sobre las causas de su separación de la República Haitiana, documento redactado por Tomás Bobadilla, considerado como Acta de la Separación Dominicana.

1844, febrero 27. En la noche se reúnen en la Plaza de la Misericordia los Patriotas duartistas. Punto de partida para la toma de la Puerta del Conde, donde debía ser proclamada la República. En un momento de vacilación, Mella empuña su pedreñal –a eso de las 11 de la noche—y hace su célebre disparo, viril anuncio del nacimiento de la República. De inmediato se dirigen a la Puerta del Conde, adonde concurren, a la cabeza de grupos parciales, Mella, Sánchez, Bobadilla, Manuel Jimenes, Vicente Celestino Duarte, José Joaquín Puello. Bobadilla dice las sacramentales palabras de Dios, Patria y Libertad. Sánchez enarbola la bandera dominicana confeccionada por María Concepción Bona, y dice una arenga.

1844, febrero 28. Se instala el primer Gobierno de la República, la Junta Central Gubernativa, presidida por Tomás Bobadilla, de la que forman parte Mella, Sánchez, Jimenes, Remigio del Castillo y otros. Firma el Acta de capitulación de la autoridad haitiana.

1844, marzo 2. Encabeza con su firma la carta por medio de la cual la Junta Central Gubernativa participa a Duarte, Pina y Pérez la proclamación de la República, y el envío de la goleta Leonor en su busca.

1844, marzo 5, Sale para el Cibao como Gobernador del Distrito de Santiago y Delegado de la Junta Central Gubernativa a organizar la defensa contra la prevista reacción haitiana.

1844, marzo 20. El patriota anglo-dominicano T. S. Heneken viene desde Cabo Haitiano, a avisar a los dominicanos la inminente expedición del General Pierrot contra Santiago. Dice Heneken: ‘’...El único oficial que encontró en Santiago, capaz de apreciar sus puntos de vista (para la defensa) fue el Coronel Ramón Mella (ahora General) quien ... actuaba como Ayudante del General Vásquez, entonces Comandante de Armas de aquella plaza militar. Inmediatamente dio al Coronel Mella las noticias que había traído... Afortunadamente (sus) consejos fueron aceptados y aquella misma noche el Coronel Mella comenzó a actuar de acuerdo con Mr. Heneken... Entre tanto, habiendo tenido el General Vásquez, a consecuencia de un malestar, que transferir el mando de Santiago al Coronel Mella, éste, en su ansiedad de acelerar la movilización de la tropa para la defensa y no creyendo que el enemigo estaba muy cerca, salió de la ciudad para hacer un breve recorrido por sus inmediaciones. Pero tanta fue la aceleración del General Pierrot, avanzando a marcha forzada, que de súbito apareció rodeando la plaza el 30 de marzo, a la cabeza de 12,000 hombres. El Coronel Mella, quien había dejado a Imbert, de Moca, encargando del mando, todavía no había regresado a Santiago. Los haitianos se lanzaron audazmente al asalto, pero sus columnas de Vanguardia fueron virilmente rechazadas por el Capitán Fernando Valerio...’’

1844, julio 4. Duarte, quien había llegado a Santiago el 30 de junio, es propuesto por Mella para la Presidencia de la República, y el pueblo lo aclama. En una carta a Sánchez, le dice: “Estos pueblos no tuvieron más trastornos que la venida de la Delegación; se acabó ésta con la llegada de Juan Pablo, gracias a Dios! En fin concluyo diciéndote que llegó mi deseado y que lo devolveré Presidente de la República Dominicana”.

1844 agosto 22. La Junta Central Gubernativa, presidida por Santana, le condena a destierro perpetuo, en unión de Duarte y de otros patriotas. Es embarcado en el bergantín inglés Capricorn, junto con Sánchez, Pina y el venezolano Juan José Illas. (Arribaron náufragos a las costas de Irlanda, después de penosa travesía).

1848, septiembre 26. Concedida amnistía en favor de Mella, Duarte, Sánchez, Pina, Pérez, Juan Evangelista Jiménez, Vicente Celestino Duarte y su hijo.

1849 abril, 6. En la asediada Azua. Sigue en la activa campaña contra los haitianos hasta después de la Batalla de Las Carreras. Contribuye a la victoria en los “puestos de más peligro”. Por orden de Santana ocupa el Palmar de Ocoa para rechazar la irrupción haitiana. Actúa como Secretario del General Santana.

1849, septiembre, 26. Nombrado Secretario de Estado de Hacienda y Comercio.

1854, febrero 12. Llega a Madrid.

1854, febrero 18. Recibido por el Ministro de Estado español, a quien expone los objetivos de su misión.

1854, mayo 22. En Madrid, en carta de despedida al Conde de San Luis, Presidente del Consejo de Ministros, le dice: “Negado por España el reconocimiento de la independencia de la República; es decir, negado todo lo que hoy haría de seguro imposible o frustránea la inversión haitiana, sólo me resta acudir al punto de peligro a consagrar a mi Patria y a mi familia los servicios que les debo como ciudadano, como soldado y como padre.”.

1854, octubre 16. Se embarca hacia Puerto Plata, como su Comandante de Armas.

1856, marzo 11. Designado Gobernador de la Vega.

1858, marzo 2. Designado Secretario de Estado de Guerra y Marina.

1859, mayo 5. Dicta Testamento en su residencia de Puerto Plata, ante el Escribano Público José Leandro García.

1861 enero 1o. En una reunión promovida por Santana se manifiesta en contra de la Anexión. Es encarcelado durante 72 días y deportado del país.

1861, junio 3. Desde Saint Thomas le escribe a Santana protestando contra la Anexión. Enfermo entonces no podía venir en la expedición de Sánchez y de Cabral.

1863, septiembre 22. Dice Rodríguez Objío: “Luperón...hizo observar a sus colegas que hallándose el antiguo General Ramón Mella en Jamao, era de suma importancia pedir la entrevista del joven restaurador con el patriota de la Independencia... El noble veterano tampoco fue insensible a este tardío llamado: héroe del 27 de febrero de 1844, le era satisfactorio compartir las fatigas de los del 16 de agosto de 1863. Su vida debía ocupar dos grandes páginas”.

1863, diciembre 24. En Puerto Plata corre la noticia de que “el General Mella ha recogido diez mil serones de tabaco entre los comerciantes con ánimo de embarcarlos en Montecristi o por Haití para el Norte y traer pertrechos de guerra”.

1864, marzo 17. Electo Vicepresidente de la República. Continúa enfermo.

1864, marzo 27. En su Diario de viaje de Caracas a Santiago acompañando a Duarte, dice Rodríguez Objío: “Visité al ilustre General Mella, soldado de dos grandes épocas, que se hallaba postrado en el lecho de su muerte”. Ahí le abraza Duarte, después de veinte años de separación.

1864, junio 4. En su lecho de muerte dice que no siéndole “posible morir después de contemplar su Patria libre de las huestes extranjeras, quería que se colocaran en la fosa con la bandera por sudario”. Vivía entonces en una mala casita, de las improvisadas después del incendio, sita al pie del Fuerte San Luis”. (Archambault, Historia de la Restauración..., p. 190). Recibe sepultura en el cementerio de Santiago. Le sustituye en la Vicepresidencia Ulises F. Espaillat.

1890, junio 6. Realizase en Santiago la exhumación de los restos de Mella. Con ellos se encuentran algunos pedazos de la bandera dominicana que le sirvió de sudario.

1891, febrero 27. Realizase la apoteosis del Prócer. Sepultado en la Capilla de los Inmortales de la Catedral de Santo Domingo.

1944, febrero 27. En el Centenario de la República, los restos de Duarte, Mella y Sánchez, reposan en la Puerta del Conde.

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