Los pobres y las medicinas

Esta carta, tal vez la última por el delicado estado en que se encuentra mi salud, va dirigida a usted en nombre de todos los dominicanos pobres y enfermos que no tenemos dinero para comprar medicinas caras, y que solo aparecen en las farmacias, pero no en las Boticas Populares. Y yo que pensaba que para eso fueron creadas las Boticas Populares, o farmacias del pueblo como le dicen, para que cuando un pobre enfermo y no pueda comprar una medicina cara en las farmacias, las pudiera conseguir, a bajos precios, en las Boticas Populares. Pero qué decepción tan grande tuve cuando descubrí, que en ellas solo te venden las medicinas baratas que sirven para malestares sencillos como un dolor de cabeza o de muela, para gripes, catarros y vitaminas genéricas, cosas que los pobres podemos comprar en cualquier farmacia.

Señor presidente, usted sabe que tiene el sagrado deber de garantizar al pueblo, principalmente a los mas desposeídos, salud, educación, vivienda, transporte y seguridad, servicios y bienes elementales a los cuales tienen derechos a reclamar, aquellos que cumplen con el deber de pagar sus impuestos, para que sean cubiertas por lo menos, las necesidades básicas de la colectividad. No existe ninguna justificación para que una persona de escasos recursos no pueda conseguir, por su alto precio, una medicina que le salve la vida. La salud es lo primero en la vida de todos. El dinero no puede ser excusa para no resolver este problema.

Para que sirve tener hospitales modernos, médicos preparados y que todo el mundo tenga un seguro médico, si al fin y al cabo las medicinas el pueblo no tiene donde conseguirlas a bajos precios.

Víctor De Jesús

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