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Carta abierta de un maestro pensionado al presidente Abinader

«Mejor que el hombre que sabe lo que es justo, es el hombre que ama lo justo» (Confucio)

"Mejor que el hombre que sabe lo que es justo, es el hombre que ama lo justo"Confucio

Señor presidente:

De entrada permítame aclararle que por la referencia singular del remitente que aparece consignado en el título de la presente epístola, parecería que el mensaje o grito desesperado que esta entraña, no es más que la expresión del interés particular de un determinado maestro inconforme con el monto del salario que por concepto de su pensión o jubilación recibe del Ministerio de Educación. Sin embargo, no es así. Ese otrora maestro activo que esta vez ha querido ocupar su atención, constituye la voz colectiva de miles de educadores, hoy, en retiro, que vegetan por ahí afectados, la mayoría de ellos, de graves o terminales enfermedades, y cada uno de los cuales devenga mensualmente la suma de RD$20,000 (salario bruto), particularmente aquellos que fueron jubilados o pensionados antes del año 2008.

Ya sea por los descuentos que impone la Ley No. 3-79 o los que se generan debido a las constantes o permanentes deudas contraídas con la Cooperativa de Maestros (COOPNAMA), de esos RD$20,000, honorable presidente, al bolsillo del maestro es posible que lleguen menos de diez mil. Indica esto que los docentes que reciben ese primer monto fueron jubilados o pensionados en virtud de lo que establece la Ley 3-79 que dispone una pensión mensual entre un 60 y un 80% de su salario promedio de los últimos tres años, quedando, por tanto, años más tarde excluidos de la nueva escala establecida por la Ley No. 451-08, mediante la cual se disponen montos que van desde el 60 hasta el 100% del salario mensualmente percibido, cuando de jubilación se trata. Pero no solo lo hasta aquí expresado.

Tampoco  recibieron  esos profesores jubilados antes del 2008, los beneficios  del Plan de Retiro Complementario para el personal docente del MINERD, ejecutado por el INAMBIMA y creado adicionalmente al Programa Especial de Pensiones y Jubilaciones del Magisterio, por la antes citada Ley 451-08. Este plan otorga un pago único de quince, veinte y veinticinco salarios al maestro que al momento de su jubilación, por antigüedad, haya cumplido en el servicio educativo veinte, veinticinco y treinta años respectivamente.

En otras palabras, señor presidente, esos docentes, casi todos con treinta o más años en el servicio, dejaron las aulas y se fueron a sus casas con “las manos vacías” y con un salario, en ese momento, de hasta cinco mil pesos mensuales. Y mientras esa es su deprimente realidad, tienen que conformarse y ver con amargura y no menos rabia, cómo el Estado les otorga pensiones especiales» de RD$50,000.00, RD$75,000.00, RD$90,000,00, RD$100,000 y hasta 150,000.00  a ciudadanos que  aparte de  nunca haber desempeñado un puesto público, están aún en edades productivas, gozan de buen estado de salud, realizan trabajos remunerados privados o reciben ingresos que les permiten vivir dignamente, sin la necesidad de que el Estado los asista con una pensión. Muchas de esas pensiones especiales, incluso, suelen otorgarse por razones de favoritismos o proselitismos políticos.

En mi familia, por ejemplo, señor, presidente, hay tres hermanos que durante un tiempo promedio de treinta y tres años ejercieron la docencia en el Ministerio de Educación con la pasión, entrega y competencia que tan delicada función demanda. Fueron jubilados con los ya citados  RD$20,000.00, montos que sumados equivalen a noventa mil pesos menos que el  concedido (RD$150,000.00) a Rafael Bello Andino , exasistente particular  del Dr. Joaquín Balaguer; treinta y seis mil pesos menos que el otorgado (RD$96,000.00) a la viuda del cantante Víctor Víctor; quince mil pesos menos que el dispuesto (RD$75,000.00) en beneficio de la viuda del estelar merenguero Johnny Ventura y diez mil menos que el monto (RD$70,000.00) concedido a la destacada merenguera Fefita la Grande.

Vistos esos montos, señor presidente, bien se puede apreciar cómo entre las personas que nunca trabajaron en la administración pública, aparecen algunos que por concepto de pensión especial casi triplican, uno solo, el monto total (RD$60,000.00) recibido por tres hermanos y consagrados educadores. Y cuando de esa manera procede un Estado, señor presidente, la justicia se extingue, la equidad se esfuma y la igualdad brilla por su ausencia. 

De ningún modo nos oponemos a que el Estado conceda pensiones especiales a sus ciudadanos, más si estas están establecidas por ley. Lo que sí consideramos injusto es que estas duplique y hasta tripliquen las otorgadas a empleados cuya juventud se gastó laborando en el sector público. Como también entendemos inexplicable el hecho que el salario mínimo   de mayor (RD$21,000) monto que actualmente gana un obrero que apenas sabe leer y escribir supere el mínimo (RD$20,000.00) de un profesor con formación universitaria y que en muchas ocasiones permaneció por espacio de cuarenta años en el servicio.

Para el eximio libertador, Simón Bolívar, presidente Abinader, « La justicia es la reina de las virtudes republicanas y con ella se sostiene la igualdad y la libertad». Siendo así, en el ámbito del magisterio nacional y, muy particularmente, en lo que atañe al sistema de pensiones y jubilaciones de una parte importante de sus actores, la justicia, al parecer, no ha reinado como se espera. Por esa razón, no ha logrado convertirse allí en sostén de la igualdad y mucho menos de la libertad que le asiste al maestro ya retirado de su oficio de vivir sus últimos años de manera digna y resolver, sin mayores dificultades, sus condiciones materiales de existencia.

«Donde no hay caridad – escribió al respecto San Agustín - no puede haber justicia». Al decir de quien ha sido considerado como el más grande de los llamado Padres de la Iglesia, parece entonces que con los docentes dominicanos pensionados, especialmente antes del 2008, las autoridades de turno no han lo suficientemente caritativas, razón por la cual con ellos tampoco se ha sido lo suficientemente justo: No se ha sido justo con la misma persona o servidor público que durante su dilatado ejercicio tuvo como responsabilidad formar o educar, entre otros, a los líderes y funcionarios que históricamente han estado al frente de la dirección del Gobierno.

Por último, señor presidente, según el punto de vista de especialistas en la materia, «Los sistemas de pensiones y jubilaciones surgieron con el propósito de mitigar los riesgos de pobreza en la vejez de los trabajadores en edad de retiro y en la última etapa de la vida. En adición, estos sistemas procuran asegurar ingresos en casos de invalidez del trabajador, y en casos de fallecimiento, ingresos a sus sobrevivientes…»

A la luz del contenido que entraña la cita precedente, los maestros jubilados y pensionados dominicanos solicitan su «caritativa», justa y humana intervención con miras a   mitigar los riesgos de pobreza en la vejez de todos los trabajadores docentes retirados y, de manera muy especial, de los jubilados y pensionados anterior al año 2008; pues como lo sentenció Jean de la Bruyère: « Una cualidad de la justicia es hacerla pronto y sin dilaciones, pues hacerla esperar, es injusticia». O como en semejante línea temática sostuvo el político liberal británico y varias veces primer ministro del Reino Unido, William E. Gladstone (1809-1898):

«Justicia demorada es justicia denegada»

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El autor es profesor universitario de Lengua y Literatura dcaba5@hotmail.com