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¿Es lo mismo estar dormido que durmiendo?

“No es lo mismo estar dormido que estar durmiendo, porque no es lo mismo estar jodido que estar jodiendo”.

El precedente juicio aclaratorio, emitido en una sesión del Senado español, se le atribuye al afamado escritor, Premio Nobel de Literatura y miembro de la Real Academia Española, Camilo José Cela (1916 -2002). En 1977 el organismo legislativo debatía el proyecto de Constitución que le había sido remitido por el Congreso, y allí, en plena discusión, el senador por designio regio, Camilo José Cela se durmió. El presidente logra hacerse oír y le señala que está dormido. Cela responde que no, que estaba durmiendo, pero no dormido. El presidente le replica: "¿Y no es lo mismo?". Y el laureado novelista madrileño le rebate: «Pues, no. Como no es igual estar jodido que estar jodiendo». La ocurrencia generó en el solemne recinto inevitables carcajadas.

Vale la observación de Cela, desde el punto de vista lingüístico, por cuanto son muchos los hispanohablantes que emplean los susodichos verboides o formas no personales del verbo, “dormido” y “durmiendo”, para referirse a una misma realidad. Merced a este planteamiento, no resulta extraño escuchar a una madre decir primero: «Mi hijo está dormido», mientras que minutos después se le escuchará informar: «Mi hijo está durmiendo».

Como podrá apreciarse, en cada caso la tierna madre ha querido afirmar exactamente lo mismo; pero empleando construcciones gramaticales diferentes. Y fueron formas expresivas semejantes a estas las que motivaron la aclaración del reputado novelista antes citado:

«No es lo mismo estar dormido que durmiendo».

Para entender el fenómeno, es necesario tener presente la función modificadora del participio y el gerundio. Este último, además de tener carácter adverbial, por cuanto su principal función consiste en modificar al verbo como adverbio de modo, tiene también carácter imperfectivo y durativo, esto es, la acción nos la presenta inacabada o situada en tiempo presente. Siendo así, “estar durmiendo” significaría que el acto de dormir no ha concluido, vale decir, está en proceso

El participio, en cambio, funciona como adjetivo, apunta hacia el pasado y entraña la idea de pasividad, posee carácter perfectivo y la acción del verbo nos la presente acabada o despojada de todo valor durativo. En virtud de esta idea, “estar dormido”, sería lo mismo que decir ya se durmió, la acción de dormir terminó.

Como se podrá apreciar, el participio y el gerundio son formas no personales del verbo que cumplen funciones gramaticales muy distintas. Merced a esos particulares oficios, se llega a la conclusión de que en los planos morfológicos y lexicosemánticos fueron muy sabias y válidas las palabras del autor de la novela La familia de Pascual Duarte:

«No es lo mismo estar dormido que durmiendo»

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El autor es profesor universitario de Lengua y Literatura dcaba5@hotmail.com