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En Navidad, según Juan A. Alix, ¿de quién debemos cuidarnos?

Alix y su mirada satírica a las costumbres de la época

"Pero cuando Juan Antonio Alix se engrandece realmente, es cuando tiene el arco de la sátira en sus manos. En él existió un formidable poeta satírico y un agudo crítico de costumbres..."Joaquín Balaguer

Juan Antonio Alix (Moca,1833- Santiago, 1918), nuestro muy ingenioso y estudiado bardo popular, fue un verdadero retratista o fotógrafo social. Nadie como él supo reproducir, en sus creaciones, las costumbres, actitudes, los sentimientos, los hábitos y el habla del pueblo dominicano. Ningún detalle de la vida nacional logró escapársele. De ahí que se haya escrito que su criollismo no era unilateral, sino poliédrico, por cuanto sus décimas abarcan los más diversos temas, y en ellas «Papa Toño» supo plasmar las distintas formas de comportarse del ser dominicano.

Merced a esa variedad temática, sus composiciones han sido clasificadas en diferentes categorías: políticas, amorosas, noticieras, estampas populares, humorísticas y décimas de crítica social. Como estas últimas se clasifican aquellas décimas en las que de manera satírica o irónica se emite una crítica acerca de alguna costumbre o comportamiento social de la época. Así se pone manifiesto en  el más antiguo de los aguinaldos dominicanos, «Cánticos» (1908), más conocido con el título de "A las arandelas",  en el  que Alix, su autor, con su punzante y característico acento epigramático, afirma que en la Navidad debemos cuidarnos:

 a) De los chismosos : prestos siempre a generar nocivos efectos con sus lenguas lacerantes:

"Que el Niño Jesús,

muy a bien lo tenga, 

librarnos a todos,

 de las malas lenguas"

 b) De los envidiosos : siempre mortificados por el éxito ajeno:

 "Que los libre el Niño, 

de los envidiosos, 

que hacen mala sangre,

 y viven rabiosos" 

c) De los malos vecinos: eternos perturbadores de la paz familiar:

"Y los libre el cielo, 

de un vecino malo,

 que es mucho peor, 

que un incendio al lado"

 

d) De los necios o imprudentes: siempre presentes en la fiesta o festejo a la que no fueron invitados:

"Y al entrar señores,

 mucha precaución,

con los que se meten,

 sin invitación"

 

e) De esos necios hay que cuidarse, según el poeta, porque a pesar de no haber sido convidados son los primeros que se sientan a la mesa a comer:

 

"Y al ir a la mesa

los primeros son,

en comer de todo,

con mucha ambición"

 

f) Y son los primeros en invitar damas a bailar:

 

"Y son los primeros,

en damas sacar,

y hasta los registros,

los suelen bailar..."

 

En 1908, según el laureado Cantor del Yaque, así se comportaba una franja importante de la sociedad dominicana. Vista esa poética descripción, parecería entonces que, en términos de nuestros hábitos, costumbres y formas de ser, no es tanto lo que en ese sentido, los dominicanos hemos evolucionado. Pienso, sin embargo, que hoy, en pleno siglo XX1, más que del imprudente que sin invitación se presenta a una fiesta navideña, de quien realmente debemos cuidarnos es del delincuente que se desplaza por nuestras calles y caminos en «busca de los suyo"

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El autor es profesor universitario de Lengua y Literatura dcaba5@hotmail.com