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La papa caliente

El consenso de que Haití necesita ayuda es generalizado, pero las excusas han llovido a la hora de tomar acción en serio.

Están todos de acuerdo en que la situación en Haití es insostenible, pero nadie en la comunidad internacional da el paso adelante y se atreve a agarrar el toro por los cuernos para detener lo que se ha convertido en una anarquía en el mismo medio del continente americano.

Es ofensivo cómo suelen marchar las cosas en esa -a veces mal llamada- “comunidad internacional”. El consenso de que Haití necesita ayuda es generalizado, pero las excusas han llovido a la hora de tomar acción en serio.

La mayor excusa hasta la semana pasada era que el gobierno haitiano no había emitido una declaración oficial pidiendo ayuda, lo cual impedía una acción coordinada por parte de esa comunidad internacional. Entonces, el primer ministro haitiano, Ariel Henry, se llenó de valentía y logró la semana pasada que se oficializara el pedido, a pesar de la férrea oposición de los grupos de poder.

La reacción de la comunidad internacional, sin embargo, no ha podido ser más tibia. El primero fue el presidente Luis Abinader, cuya respuesta fue con el anuncio de la mayor compra en equipamiento militar en la historia y el mensaje de que no aceptará refugiados. A él le siguió el secretario general de la ONU, Antonio Guterres, quien elegantemente se desvinculó del tema y respaldó que un país encabezara la intervención, con la ayuda de otros, pero no bajo el manto de su organismo. Y entonces está Estados Unidos, que tras recibir el pedido de Haití, respondió con un escueto: “lo evaluaremos”.

La timidez internacional tiene raíz en Ucrania, pues allí la OTAN ha optado por no meterse directamente en el conflicto militar. Hacer en Haití lo que no han querido materializar en Ucrania generaría, por lo tanto, muchas complicaciones para los países llamados a tomar la iniciativa, como Estados Unidos, Francia o Canadá.  

Así, lo mejor por ahora es hablar mucho, pasarse la papa caliente y evitar ser el responsable de llevar personal a resolver una crisis que los propios haitianos no han tenido ni tendrán la capacidad de resolver. ¿Será que China dice yo y se arma la grande? Cosas veredes...

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Periodista puertorriqueño y Subdirector de Diario Libre. Ganó el Premio Nacional de Literatura Puertorriqueña, Categoría Periodismo, en 2018, por sus columnas en el periódico El Nuevo Día, del cual fue Director Asociado.