Soga en casa del ahorcado
Existe una cultura muy afianzada, casi un halago, de que el político dominicano sabe nadar y guardar la ropa. La expresión es aplicable a todo amigo de transgredir la ley y las buenas costumbres y salir siempre bien librado. Pero en el Caso Odebrecht hay gente, por sus defensas anticipadas, que parece nadó en las procelosas aguas de los sobornos y no supo guardar su indumentaria. Con su temor dan vigencia a aquello de que no se puede mentar la soga en la casa del ahorcado, porque quien no tiene hecha no tiene sospechas. No pretendo justificar el espanto de los que huelen a carne de presidio, pero los entiendo, porque solo aquellos con ojos que ni siquiera alcanzan para ver lo obvio, no están enterados de que si ahora no hay consecuencia, si no hay cárcel para los corruptos, podría hasta entrar el mar.
Nelson Rodríguez
Nelson Rodríguez