Trump, ¿al borde del despido?
Benjamín Morales Meléndez
Resta una semana para que los estadounindeses decidan su futuro político, en la que será, sin duda alguna, la más tirante jornada electoral de la nación en décadas.
Pocos pensaban que se pudiera cuajar en Estados Unidos un escenario más tenso que el vivido hace cuatro años, cuando Donald Trump y Hillary Clinton batallaban por la presidencia de la mayor potencia económica y militar del planeta.
El destino político, sin embargo, tenía otros planes y Trump, para sorpresa de la mayoría de los llamados “expertos” y otros tantos incrédulos, desafió todas las proyecciones y derrotó a Clinton en el colegio electoral, no en el voto popular, que es donde se ganan las elecciones en la “mayor democracia del mundo”.
El panorama electoral presenta al demócrata Joe Biden, exvicepresidente del país, de cara al incumbente Trump, quien en cuatro años ha dejado sentir su presencia en todos los niveles, sea por sus alocadas decisiones o por su afán de demoler todo lo que se pensaba estaba establecido y que era intocable en la política de Estados Unidos y el mundo.
A una semana de la contienda, casi todas las encuestas y análisis electorales dan a Biden como ganador, respaldado por una proyectada afluencia de electores entre las minorías y la población de las grandes ciudades, además de un desgaste de la figura del presidente que ha sido combustible para gestar una sólida oposición en su contra.
¿Será suficiente esa erosión para que caiga Trump? ¿Está él al borde de “ser despedido” por su propia gente? Yo no estoy tan seguro, porque ya el “Señor Donald” dio una sorpresa hace cuatro años y, aunque mi deseo es que no repita, está viva la posibilidad de que la realidad vuelva a darme una bofetada.
Resta una semana para que los estadounindeses decidan su futuro político, en la que será, sin duda alguna, la más tirante jornada electoral de la nación en décadas.
Pocos pensaban que se pudiera cuajar en Estados Unidos un escenario más tenso que el vivido hace cuatro años, cuando Donald Trump y Hillary Clinton batallaban por la presidencia de la mayor potencia económica y militar del planeta.
El destino político, sin embargo, tenía otros planes y Trump, para sorpresa de la mayoría de los llamados “expertos” y otros tantos incrédulos, desafió todas las proyecciones y derrotó a Clinton en el colegio electoral, no en el voto popular, que es donde se ganan las elecciones en la “mayor democracia del mundo”.
El panorama electoral presenta al demócrata Joe Biden, exvicepresidente del país, de cara al incumbente Trump, quien en cuatro años ha dejado sentir su presencia en todos los niveles, sea por sus alocadas decisiones o por su afán de demoler todo lo que se pensaba estaba establecido y que era intocable en la política de Estados Unidos y el mundo.
A una semana de la contienda, casi todas las encuestas y análisis electorales dan a Biden como ganador, respaldado por una proyectada afluencia de electores entre las minorías y la población de las grandes ciudades, además de un desgaste de la figura del presidente que ha sido combustible para gestar una sólida oposición en su contra.
¿Será suficiente esa erosión para que caiga Trump? ¿Está él al borde de “ser despedido” por su propia gente? Yo no estoy tan seguro, porque ya el “Señor Donald” dio una sorpresa hace cuatro años y, aunque mi deseo es que no repita, está viva la posibilidad de que la realidad vuelva a darme una bofetada.
Benjamín Morales MeléndezPeriodista puertorriqueño y Subdirector de Diario Libre. Ganó el Premio Nacional de Literatura Puertorriqueña, Categoría Periodismo, en 2018, por sus columnas en el periódico El Nuevo Día, del cual fue Director Asociado.
Continuar con Google