BID aboga por infraestructuras verdes para hacer frente a inundaciones extremas en Latinoamérica
Asegura el drenaje de la región no fue diseño para atender fenómenos generados por crisis climática
Paola Wisky
América Latina y el Caribe tienen la necesidad de invertir en infraestructuras no convencionales para enfrentar las inundaciones extremas que son producto del cambio climático, puesto que, a juicio del jefe de la División de Aguas y Saneamiento del Banco Interamericano de Desarrollo (BID), los sistemas de drenaje pluvial de la región no fueron diseñados para atender las fuertes lluvias registradas.
“La región tiene que empezar a invertir no solo en infraestructura convencional, sino utilizar parte de nuestro capital natural para que estos eventos no tengan efectos tan negativos”, manifestó Sergio Campos durante una entrevista concedida a Diario Libre.
Para el responsable del manejo de recursos hídricos del organismo internacional, los países como República Dominicana, que hace dos semanas registró intensas lluvias que causaron inundaciones en el Polígono Central, deben comenzar a invertir en infraestructuras verdes.
“La capacidad de retención de la tierra cuando llueve de es de un 70 %. Cuando llueve en el campo el suelo absorbe esa agua; lo que hemos venido haciendo ha sido pavimentando, poniendo techos, armando casas muy seguidas una de otras; cuando llueve esa agua se acumula y termina causando desastre”, indicó.
Agregó que, por costumbre, para enfrentar la problemática de las inundaciones se ha optado por crear grandes canales de drenajes. “Pero hay otras formas de combatir esos excesos de lluvia: techos verdes, volver al empedrado, dejar espacios entre las casas para que el suelo tenga mayor retención”, indicó.
A juicio del especialista, se hace imperativo que se combinen las infraestructuras grises (canales de drenaje, alcantarillado) con las verdes “para que el impacto no sea tan grande. Las aguas incluso podrían ser empleadas en tiempos de sequías”.
Retos con el cierre de Duquesa
Los temas ambientales y sociales abarcan el mayor desafío que tiene la institución, que junto al Estado trabaja en el cierre técnico del vertedero de Duquesa. “El incremento de los residuos sólidos es exponencial y los plásticos se constituyen en un problema muy grande, ocupan mucho espacio y los sitios de disposición ya no dan abasto porque la cantidad de basura que genera es alta”, indicó.
“Luego hay todo un tema social. Los residuos sólidos hoy en día pueden ser vistos como una fuente de producción, pero tampoco no existen los mercados apropiados ni las reglamentaciones para que eso se produzca y todo ese aprovechamiento se hace por recicladores informales, entonces es importante formalizarlos”, sostuvo.
Agregó que también existe un gran trabajo pendiente con los ciudadanos y la cultura de reducción de residuos. “El ciudadano es el que dispone los residuos sólidos de forma equivocada, no reduce el plástico y escoge de qué industria consume, en función de que sea mayores acciones responsables con el manejo de residuos”, manifestó.
Un proyecto para eficiencia del agua potable en Boca Chica
Campos habló, además, del proyecto que lleva el BID en Boca Chica, sobre la distribución eficaz del agua potable y el tratamiento a aguas residuales.
Preguntado sobre el motivo por el cual se eligió Boca Chica, el ejecutivo del BID indicó que el proyecto vinculado a esa demarcación era el que estaba más completo y que la zona tiene una gran necesidad. El organismo prevé que la iniciativa, que cuenta con un financiamiento de 135 millones de dólares, esté concluida en unos tres o cuatro años.
Sergio Pérez, especialista de agua y saneamiento del BID señaló que, junto al gobierno dominicano, prevén la concretización de iniciativas similares en San Pedro de Macorís, La Romana y Bayahíbe.
Paola WiskyEgresada de la UASD de la carrera de Comunicación Social, mención Periodismo. Ha participado como colaboradora en programas radiales y como periodista en El Nuevo Diario y Diario Libre.
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