2006: El año en que la moda le dio la cara a la anorexia
El primer grito de alerta vino de la pasarela Gaudí
Diario Libre
París. La crónica anual de la moda suele limitarse a las tendencias en telas y diseños, pero en el 2006 fueron la anorexia y la salud de las modelos, a las que se exige una delgadez extrema, las que marcaron trágicamente ese mundo en el que habitualmente reina la frivolidad.
La muerte de la brasileña Ana Carolina Reston, de 21 años de edad, 40 kilos de peso y 1.74 metros de estatura, fallecida en noviembre pasado, víctima de anorexia y de una infección generalizada provocada por su estado de extrema debilidad, sacudió las conciencias y fue una triste demostración de las consecuencias para la salud de los regímenes tajantes. Pero ya en agosto hubo un caso igualmente trágico, aunque mucho menos mediatizado: la uruguaya Luisel Ramos, de 22 años, murió en pleno desfile fulminada por un ataque cardíaco.
Este año, el primer grito de alerta vino de la pasarela Gaudí Novias de Barcelona, que en su edición del mes de junio decidió que desfilarían solamente modelos que tuvieran como mínimo una talla 38.
Pero la gran polémica la provocó en septiembre la Pasarela Cibeles, la semana de la moda de Madrid, al decidir no dejar desfilar a las modelos que no tuvieran el índice de masa corporal mínimo para estar en buena salud establecido por la Organización Mundial de la Salud (OMS). La Pasarela Cibeles decidió aplicar tajantemente la medida, y excluyó a cinco de las 68 modelos propuestas para los desfiles.
Y, pese a que muchos siguen argumentando que la anorexia es un "problema de sociedad que exige información" y "no reglamentación" el ejemplo dado por Pasarela Cibeles está dando ya sus frutos.
Los organizadores de la Fashion Week de Sao Paulo (SPFW), anunciaron que en los desfiles de su próxima edición, en enero del 2007, habrá nuevos criterios, principalmente para evitar casos de anorexia y bulimia. Y en Italia, el gobierno, la Federación Nacional de la Moda y la asociación de modistas Alta Moda se formó un "código ético" que prevé también la prohibición de desfilar a las menores de 16 años y un control médico para garantizar que las modelos que desfilan tienen por lo menos un índice de masa corporal de 18 (el mismo adoptado por Pasarela Cibeles, según los criterios de la OMS).
La muerte de la brasileña Ana Carolina Reston, de 21 años de edad, 40 kilos de peso y 1.74 metros de estatura, fallecida en noviembre pasado, víctima de anorexia y de una infección generalizada provocada por su estado de extrema debilidad, sacudió las conciencias y fue una triste demostración de las consecuencias para la salud de los regímenes tajantes. Pero ya en agosto hubo un caso igualmente trágico, aunque mucho menos mediatizado: la uruguaya Luisel Ramos, de 22 años, murió en pleno desfile fulminada por un ataque cardíaco.
Este año, el primer grito de alerta vino de la pasarela Gaudí Novias de Barcelona, que en su edición del mes de junio decidió que desfilarían solamente modelos que tuvieran como mínimo una talla 38.
Pero la gran polémica la provocó en septiembre la Pasarela Cibeles, la semana de la moda de Madrid, al decidir no dejar desfilar a las modelos que no tuvieran el índice de masa corporal mínimo para estar en buena salud establecido por la Organización Mundial de la Salud (OMS). La Pasarela Cibeles decidió aplicar tajantemente la medida, y excluyó a cinco de las 68 modelos propuestas para los desfiles.
Y, pese a que muchos siguen argumentando que la anorexia es un "problema de sociedad que exige información" y "no reglamentación" el ejemplo dado por Pasarela Cibeles está dando ya sus frutos.
Los organizadores de la Fashion Week de Sao Paulo (SPFW), anunciaron que en los desfiles de su próxima edición, en enero del 2007, habrá nuevos criterios, principalmente para evitar casos de anorexia y bulimia. Y en Italia, el gobierno, la Federación Nacional de la Moda y la asociación de modistas Alta Moda se formó un "código ético" que prevé también la prohibición de desfilar a las menores de 16 años y un control médico para garantizar que las modelos que desfilan tienen por lo menos un índice de masa corporal de 18 (el mismo adoptado por Pasarela Cibeles, según los criterios de la OMS).
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