Artistas asumen vender sus discos en las fiestas
Buscan agilizar ventas y reducir trámites burocráticos
Diario Libre
SANTO DOMINGO. La piratería, la falta de una cadena de distribución efectiva, el porcentaje que se reservan las tiendas que sirven de intermediarias, son tres factores que obligan a los artistas dominicanos a buscar un acercamiento más práctico para vender sus discos en un mercado cautivo: el público que asiste a los centros de diversión donde se presentan las orquestas.
En la edición de ayer de Diario Libre apareció un artículo que revela la cantidad de ejemplares de los diez álbumes más vendidos durante el 2005, en el cual el merenguero Rubby Pérez aparece en la novena casilla con su disco Tonto corazón y un total de 373 copias vendidas.
La tinta del periódico aún estaba mojada cuando el artista llamó a esta redacción para expresar su desacuerdo con la cantidad, suministrada por tres tiendas diferentes: "Tonto corazón es un disco que sólo en República Dominicana ha vendido más de 7,500 copias", argumentó Frank Reyes, manejador del intérprete de "Perro ajeno".
Algunos artistas, incluyendo al argentino Alberto Cortez y los cubanos Chucho Valdés y Francisco Céspedes, que en sus últimas presentaciones celebradas recientemente en el país, trajeron debajo del brazo sus discos para venderlos entre sus fanáticos después del concierto, han asumido esta filosofía "para abaratar el precio de los discos y recuperar con mayor rapidez la inversión que hace un artista para grabar un álbum", sostiene Reyes.
El merenguero Rubby Pérez calcula en "más de 7,500 ejemplares", comercializados directamente entre el público que suele frecuentar sus actividades artísticas. "Además de que el disco cuesta menos dinero, el cliente tiene la oportunidad de llevarse un ejemplar autografiado por el artista", dice el intérprete de "Tonto corazón".
La realidad del mercado dominicano, en cuanto a las cifras oficiales del comercio discográfico, está sujeta a imprecisiones, primero porque las ventas de la "versión económica" de un álbum -práctica asumida por los artistas criollos casi en su totalidad- generalmente no es registrada en los establecimientos comerciales, y debido a la falta de contabilidad en las transacciones directas entre artista y cliente.
En el caso de Rubby Pérez, su manejador Frank Reyes mostró a reporteros de Diario Libre comprobantes de facturas que sustentan la cifra en más de siete mil ejemplares vendidos de su disco Tonto corazón. "En ese total, aún falta por contabilizar los discos negociados en el mercado de Puerto Rico y Estados Unidos", explicó Reyes a DL.
mjimenez@diariolibre.com
En la edición de ayer de Diario Libre apareció un artículo que revela la cantidad de ejemplares de los diez álbumes más vendidos durante el 2005, en el cual el merenguero Rubby Pérez aparece en la novena casilla con su disco Tonto corazón y un total de 373 copias vendidas.
La tinta del periódico aún estaba mojada cuando el artista llamó a esta redacción para expresar su desacuerdo con la cantidad, suministrada por tres tiendas diferentes: "Tonto corazón es un disco que sólo en República Dominicana ha vendido más de 7,500 copias", argumentó Frank Reyes, manejador del intérprete de "Perro ajeno".
Algunos artistas, incluyendo al argentino Alberto Cortez y los cubanos Chucho Valdés y Francisco Céspedes, que en sus últimas presentaciones celebradas recientemente en el país, trajeron debajo del brazo sus discos para venderlos entre sus fanáticos después del concierto, han asumido esta filosofía "para abaratar el precio de los discos y recuperar con mayor rapidez la inversión que hace un artista para grabar un álbum", sostiene Reyes.
El merenguero Rubby Pérez calcula en "más de 7,500 ejemplares", comercializados directamente entre el público que suele frecuentar sus actividades artísticas. "Además de que el disco cuesta menos dinero, el cliente tiene la oportunidad de llevarse un ejemplar autografiado por el artista", dice el intérprete de "Tonto corazón".
La realidad del mercado dominicano, en cuanto a las cifras oficiales del comercio discográfico, está sujeta a imprecisiones, primero porque las ventas de la "versión económica" de un álbum -práctica asumida por los artistas criollos casi en su totalidad- generalmente no es registrada en los establecimientos comerciales, y debido a la falta de contabilidad en las transacciones directas entre artista y cliente.
En el caso de Rubby Pérez, su manejador Frank Reyes mostró a reporteros de Diario Libre comprobantes de facturas que sustentan la cifra en más de siete mil ejemplares vendidos de su disco Tonto corazón. "En ese total, aún falta por contabilizar los discos negociados en el mercado de Puerto Rico y Estados Unidos", explicó Reyes a DL.
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