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Siete errores que cometes al realizar una rutina de cuidado facial

Si sigues una rutina de belleza facial y no ves los resultados deseados, presta atención a estos siete puntos para identificar en qué estás fallando

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Siete errores que cometes al realizar una rutina de cuidado facial
Además de evitar estos errores, recuerda que la constancia es clave. (SHUTTERSTOCK)

¿Sigues una rutina de cuidado facial, pero parece no funcionar? Puede que no estés haciendo las cosas del todo bien. No seguir el orden correcto, utilizar ciertos utensilios o aplicar productos que no respondan a tus necesidades son algunos de los errores más frecuentes al momento de realizar una rutina de belleza facial que impiden que veas los resultados deseados. Presta atención a estos siete puntos para identificar en qué estás fallando.

1. No aplicas los productos en el orden adecuado

Por algo se llama rutina, y es que del orden en el que apliques los productos dependerá qué tan exitoso sea el resultado. El orden a seguir es el siguiente: limpiar, tonificar, aplicar contorno de ojos, sérum e hidratante. En caso de que vayas a salir, debes agregar el protector solar y el maquillaje como últimos pasos. 

2. No te desmaquillas 

Hablando de maquillaje, uno de los errores frecuentes es no retirarlo adecuadamente o, peor aún, no retirarlo en lo absoluto. Cuando no te desmaquillas o lo haces mal dejas restos de producto en la piel que impiden que esta respire. No importa qué tan buenos sean los productos que apliques después, tendrás la piel sucia. 

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3. Utilizas una esponja para lavar la cara

Quizá te parezca que usar esponjas para lavar la cara ayuda a obtener una limpieza más profunda, pero en realidad es una acción contraproducente. Tal y como explica la dermatóloga Claudia Hernández, las esponjas actúan sobre la piel igual que cualquier exfoliante, lo que quiere decir que su textura va eliminando la capa más superficial de la epidermis. Además, advierte que son una fuente de hongos y bacterias debido a que están expuestas a constante humedad y residuos de jabón y piel. 

4. Te exfolias demasiado (o no lo haces)

Bien reza el refrán: “Ni tanto que queme al santo ni tanto que no lo alumbre”. Exfoliarte el rostro demasiado es un grave error, como también lo es no hacerlo nunca. En primer lugar, debes saber que la exfoliación es necesaria para estimular la oxigenación celular y para que tu piel absorba mejor los nutrientes de los productos que apliques después. Sin embargo, cuando lo haces en exceso, dañas la barrera protectora de la piel. Entonces, ¿cada cuánto tiempo deberías exfoliarte? La sugerencia es hacerlo cada dos semanas.

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5. No usas protector solar siempre

Ya lo hemos dicho en reiteradas ocasiones: el protector solar no solo debe utilizarse cuando te vas a exponer directamente al sol, también hay que usarlo en días lluviosos e incluso si no saldrás de casa. “Los rayos UV también se desprenden de pantallas de aparatos electrónicos como las computadoras, además de que son capaces de afectar la piel aun cuando no hay sol afuera”, explica la dermatóloga María Eugenia Barrios. Según la experta, la cantidad a aplicar es, aproximadamente, el equivalente a una cucharita de café para las zonas de la cara y el cuello, incluyendo las orejas.

6. Secas la cara con la toalla del cuerpo

Las toallas están hechas con fibras que además de absorber el agua, también absorben las impurezas. Si utilizas la misma toalla que usas para tu cuerpo en tu rostro, estarás pasando un montón de bacterias que pueden hacer que los poros se contaminen y obstruyan o, en el peor de los casos, que se produzca acné e infecciones más graves. La recomendación de los expertos es dejar secar la cara al aire o tener una toalla de fibra poco abrasiva solamente para esta parte del cuerpo. Al momento de secar, siempre debes hacerlo dando pequeños toquecitos en lugar de restregar. 

7. Elijes productos que no son adecuados para tu piel

Por último, pero quizás el error más frecuente, está el hecho de no usar productos adecuados para las necesidades de tu piel. Cada piel es diferente, por lo que un producto que le haya funcionado de maravilla a tu amiga no necesariamente te funcionará a ti. Conoce tu tipo de piel (grasa, seca o mixta) y asegúrate de adquirir productos ideales para ella. 

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Periodista de Revista. Me apasiona escribir sobre salud mental y relaciones de pareja. De no ser periodista, sería psicóloga con un blog.