¿Margarina o Mantequilla?

Para responder a esta pregunta, conozcamos brevemente una de las formas de clasificación de las grasas.

Se dividen en insaturadas (grasas buenas), saturadas y grasas trans. Las dos últimas (saturadas y trans) se consideran de alto riesgo por su asociación a la elevación del colesterol LDL (malo) y su impacto negativo a nivel cardiovascular.

¿En qué se diferencian la mantequilla y margarina?

La mantequilla se elabora a base de leche, se puede realizar de forma casera batiendo crema de leche, logrando la separación de la grasa y agua, agregando sal en la mayoría de los casos. Sin embargo, la margarina se realiza a base de algún aceite vegetal (girasol, oliva y otros), no puede realizarse de forma casera pues se somete a procesos químicos (hidrogenación) utilizando emulsificantes y otros ingredientes.

La mantequilla y la margarina han sido objeto de debate desde el año 1860 cuando Napoleón ordenara la creación de una versión de mantequilla más económica. Es a mediados de 1930 cuando se crea la margarina como sustituto de la mantequilla, debido a que su nueva elaboración a base de aceites vegetales debía conferirle mejores resultados en el control del colesterol y la enfermedad cardiovascular.

¿Cuál es el problema?

La mantequilla se considera una grasa altamente saturada, así también la margarina obtiene ácidos grasos trans en el proceso de elaboración (hidrogenación), considerándose aún menos saludable.

En la búsqueda de una alternativa saludable, múltiples productores de margarina han retirado las grasas trans del producto, pero los sustitutos son grasas saturadas como el aceite de palma o de coco.

¿Dónde encontramos estas grasas?

De forma visible la encontramos como crema de untar y de forma invisible en las galletas, bizcochos, algunos panes, mayoría de los postres y platillos salados.

¿Cuál es la mejor opción?

Ambas versiones poseen recomendación muy limitada según la evidencia científica. La moderación será la clave, pues su valor en calorías es elevado. Evite el uso rutinario para controlar efectos en su peso corporal, en trastornos del colesterol y prevención de la enfermedad cardiovascular.

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Erika Pérez Lara