Solo o acompañado
La semana pasada nos propusimos un repaso por algunas «novedades» ortográficas y esta semana nos toca otra supresión de tilde.
Aunque casi todos se quejan, y mucho, de las reglas ortográficas y abogan por suprimirlas (¿?), no hay nada que cueste más esfuerzo cambiar.
Para que nos hagamos una idea, la eliminación de la tilde diacrítica del adverbio solo todavía sigue despertando suspicacias y levantando ampollas. Hay quienes, incluso, han adoptado esta tilde como pendón con cierto regusto a trinchera.
¿Por qué se elimina la tilde del adverbio solo? En primer lugar porque la palabra solo es una palabra llana terminada en vocal que no lleva tilde según las reglas generales en nuestra lengua. Las reglas anteriores, a pesar de esto, imponían el uso de la tilde diacrítica para diferenciar el adverbio solo del adjetivo solo cuando existían dificultades para su interpretación: Los domingos va sólo al cine (‘va solamente al cine’)/ Los domingos va solo al cine (‘sin compañía’).
La actual Ortografía propone aplicar con coherencia las reglas de la tilde diacrítica, que está pensada para distinguir dos palabras idénticas que únicamente se diferencian por su condición de tónicas o átonas. ¿Por qué suprimir la tilde diacrítica en solo? Porque la palabra solo es siempre tónica, independientemente de su función.
Si nos encontramos con alguna ambigüedad, debemos recurrir al contexto; como, por otra parte, hacemos con muchos otros casos comparables. Por ejemplo, no recurrimos a la tilde para aclarar el sentido de bota en El jugador bota la pelota.
Esta novedad ortográfica simplifica la aplicación correcta de la tilde y la hace más coherente. Una excepción menos. Solo hay que pensarlo un poco, solo o acompañado, y empezar a aplicarlo.