¿Consumes más proteína de la necesaria?
Mira cómo saberlo a ciencia cierta
Las proteínas son necesarias en tu dieta diaria, pero si no controlas las medidas, quizás te estés pasando de la raya. Si tomas demasiada proteína puedes generar deshidratación, espesor mental e incluso ganar grasa.
Algunas de las consecuencias de acumular demasiada proteína son el cansancio y la falta de energía. Cuando aumenta la ingesta de proteínas, a menudo disminuye el consumo de hidratos de carbono y grasas. Al reducir la ingesta de hidratos de carbono para aumentar la de proteínas, podemos encontrarnos cansados.
También puede causar estreñimiento. Las dietas altas en proteínas y bajas en hidratos suelen aportar poca fibra. Si le añadimos lo de la deshidratación anterior, nos encontramos con la tormenta perfecta para el estreñimiento.
¿Has notado que tu aliento empeoró? Si el equilibrio entre hidratos de carbono y proteínas está fuera de control, un resultado puede ser la aparición del mal aliento. Hay un estudio sobre las dietas bajas en hidratos de carbono que señala que la sed, el mal aliento y la sequedad de boca son efectos secundarios comúnmente citados al seguir el programa.
Como algo grave, podría generar la aparición de cálculos renales. Las dietas ricas en proteínas tienen el potencial de aumentar el riesgo de formación de cálculos de calcio en el tracto urinario, dicen los investigadores. A esto contribuye, además, la deshidratación como un factor más.