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Liderazgo
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Mujer, líder por necesidad

El liderazgo como terreno masculino ha ido cambiando paulatinamente en las últimas cuatro décadas

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Mujer, líder por necesidad
Liderar es una responsabilidad muy grande y no todos estamos hechos para esta tarea, sin importar el género. (SHUTTERSTOCK)

En la mayoría de mis "En Vivo", vía Instagram, hago esta pregunta a mis invitados, no importa si es hombre o mujer: ¿Por qué no hay más mujeres en posiciones de liderazgo?

Y lo que he descubierto a lo largo de los años no es tan simple como parece. Pero, al mismo tiempo, ¡qué irónico!, es simplísimo.

Así que vamos a desenmarañar esto un poco.

Por siglos hemos visto el liderazgo como un terreno masculino, sin embargo, esto ha ido cambiando paulatinamente en las últimas cuatro décadas.

Promover el liderazgo femenino es una de mis pasiones y uno de mis propósitos, pero no soy de esas activistas que ven el panorama con el lente empañado. Al contrario, trato de limpiar mi lente de vez en cuando para verlo todo más claro y me enfoco en los avances, no en lo que falta por hacer. Las noticias desconcertantes no me desconciertan.

Por ejemplo, en un reporte del Foro Mundial Económico de diciembre del 2018, se establece que faltan aproximadamente 200 años para que se cierre esa diferencia que existe entre el número de hombres líderes y el número de mujeres líderes. Y aunque sí es un número descorazonador, mientras tanto hagamos nuestro aporte sin quejarnos tanto.

Liderar es una responsabilidad muy grande y no todos estamos hechos para esta tarea, sin importar el género.

Pero demos respuesta a la pregunta inicial: ¿Por qué no hay más mujeres en posiciones de liderazgo?

1. Estoy segura de que la respuesta no es “los hombres no nos dejan”, aunque vivamos en una sociedad mayormente dominada por hombres, muchos de ellos son nuestros aliados en la labor de colocar más mujeres al mando, tomando decisiones importantes. No veo por parte de ellos ningún deseo de perpetuar esta situación. Nos quieren al lado, no detrás o delante.

2. La atención de la mujer está en tantos lugares a la vez que se nos pasa por alto decidir ser líderes. No es que no lo escogemos, es que tenemos mucho de donde escoger.

La buena noticia es que ya no habrá que elegirlo porque, simplemente, sucederá. A la mujer no le quedará más remedio que estar al mando para que podamos sobrevivir a tantos cambios e incertidumbres, ya que estamos dotadas de todas las capacidades que necesitamos para guiar a la humanidad en estos momentos. Ocuparemos posiciones de liderazgo por necesidad.

Así que estoy segura de que, con los retos que estamos presentando hoy en día, son precisamente estas cualidades femeninas las que hacen falta para poder sobrepasarlos.

La colaboración. La mujer es colaboradora por naturaleza; es esa forma de pensar que nos hace incluir diferentes perspectivas y el enriquecimiento que llega cuando simplemente abrimos nuestras puertas para compartir y recibir conocimientos y recursos.

La comunicación. La mujer es dada a comunicar no solo sus ideas, sino también hechos y emociones. Un buen líder es bueno comunicándose. La comunicación no tiene que ser solo de manera hablada sino también siendo auténticos, siendo visibles, promoviendo la retroalimentación y, sobre todo, saber escuchar.

La intuición. Una característica del ser humano que por siglos se ha atribuido solamente a las mujeres, pero que considero, los hombres también poseen. Sin embargo, para poder sobrevivir en un mundo hecho por los hombres, las mujeres la hemos desarrollado mas ampliamente. La intuición es la habilidad de percibir las motivaciones de otros y tener claridad previa sobre el resultado de una situación guiada mayormente por un sentimiento inexplicable. La intuición en una herramienta esencial para liderar.

La resiliencia. Esta capacidad de poder recuperarnos de un momento difícil es muy útil en tiempos retadores. Las mujeres estamos acostumbradas a ir contra la corriente, resistiendo los embates de la vida y ponernos de pie luego de estar en el suelo. Somos determinadas, persistentes, aceptamos las circunstancias, resolvemos problemas, no tenemos miedo de pedir ayuda y abrazamos las oportunidades que presentan los cambios.

Además, la mujer es también por naturaleza:

  • Servicial.
  • No tiene miedo de mostrarse vulnerable.
  • Tiene recursos disponibles para cualquier eventualidad.

Por otro lado, ¿qué tenemos que aprender? Muchas veces las mujeres nos autosaboteamos, somos nuestras principales enemigas, nos falta confianza, somos perfeccionistas, competimos con otras mujeres, caemos en la trampa de la multitarea y no apreciamos nuestros logros y talentos,

Yo creo que el liderazgo consciente, el que es bueno, el que se orienta con un deseo genuino de ayudar a los demás, el que nace del corazón, a veces sucede sin que haya sido decidido. Y es femenino.

¡Les abrazo en atención plena!

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Es mentora de mindfulness de líderes y emprendedores.