Frutas deshidratadas: todo lo que hay que saber
Mira qué diferencias tienen con las frutas frescas
Las frutas deshidratadas pasan por un proceso en el que se elimina un gran porcentaje de su agua. Se puede hacer al sol, de manera natural, con una deshidratadora o al horno.
¿Cuál es el resultado? Se reduce notoriamente el peso y el tamaño. El sabor también se modifica porque los azúcares se concentran aún más. Con los nutrientes pasa algo similar, no se eliminan sino que se concentran. Los que si se modifican son los minerales y vitaminas hidrosolubles, por lo que su cantidad se ve reducida.
Una porción de 25g de fruta deshidratada equivale a unos 100g de fruta fresca. La mejor forma de consumirlas es como un snack o complemento de algunos platos, pero nunca como un reemplazo de las frutas frescas.
La mejor forma de guardar las frutas deshidratadas es en un recipiente hermético, preferiblemente de vidrio y guardarlo en un lugar fresco, a temperatura ambiente y lejos de cualquier señal de humedad.