Cinco razones por las que ser una madre intensa es beneficioso para tus hijos
La ciencia lo demuestra: ser una madre insistente no es tan malo como pensabas
Diario Libre
Como madre, seguro más de una vez te has preguntado a ti misma si estás siendo demasiado dura o intensa con tus hijos. Sin embargo, debes saber que lejos de ser un tema por el cual preocuparte, debes estar confiada de que estás haciendo lo mejor para ellos.
Y es que una investigación realizada hace unos años por la Universidad de Essex, en Inglaterra, avala que ser una madre insistente es la mejor manera de preparar a los hijos para el futuro, sobre todo para el éxito.
Bajo el título "¿Detrás de cada mujer exitosa hay una madre molesta? Las adolescentes tienen más probabilidades de tener éxito si tienen madres insistentes", el estudio analizó a 15,500 alumnos entre 13 y 14 años.
Lo primero que se determinó es que las madres suelen ser más insistentes que los padres en la educación de los niños. En segundo lugar, la investigación estableció que las chicas que estuvieron sometidas a una crianza exigente terminaron cursando, en mayor proporción, alguna carrera universitaria.
Además, cuando se insertaron al mundo laboral, sus remuneraciones, e incluso las de sus parejas, fueron más altas que el resto.
La autora de la investigación, Ericka Rascon-Ramirez, explica que "en muchos casos, conseguimos hacer lo que creíamos más conveniente para nosotros" cuando éramos niños, "incluso cuando eso iba en contra de la voluntad de nuestros padres".
Pero "por mucho que intentáramos evitar sus recomendaciones", es probable que terminaran influyendo en las decisiones personales.
¿Te queda duda de que ser una madre insistente es lo mejor para tus hijos? A continuación, listamos cinco razones que te convencerán de que no es tan malo como pensabas:
1. Entrega incondicional
Ser una madre intensa implica estar al pendiente de tus hijos siempre y ser capaz de hacer lo que sea por ellos, priorizando siempre su bienestar. Cuando los niños crecen viendo esa entrega de amor incondicional, es más probable que repliquen el comportamiento con sus seres queridos.
2. Responsabilidad
Asignar tareas pequeñas desde temprana edad e ir aumentándolas a medida que crecen para enseñarlos a asumir responsabilidades es común entre las madres pesadas. Ellas suelen implantar ciertas rutinas y darle seguimiento a su ejecución, lo que contribuye a que en un futuro sean adultos sensatos, capaces de hacerse cargo de sus compromisos y obligaciones.
3. Mejor salud
Toda madre está al pendiente de la salud de sus hijos, pero una mamá intensa todavía más. Es normal que se preocupe porque sus pequeños se alimenten correctamente, hagan ejercicio y llevarlos al médico ante el mínimo dolor. Son hábitos que los hijos suelen mantener a lo largo de su vida, lo que les permite gozar de buena salud física.
4. Respetar los límites
Ser insistente en la crianza ayuda a que tus hijos conozcan las normas y los límites que deben respetar. Cuando no lo hacen, repetir las directrices que tienen que seguir incrementa las opciones de que sus siguientes conductas se ajusten al marco establecido.
5. Regula su conducta
Tus hijos están aprendiendo a comportarse y tú, como madre, los estás enseñando a hacerlo para evitar que tengan problemas de conducta en lo adelante. Aunque sea a fuerza de ser muy pesada, estás contribuyendo a que sean menos impulsivos y descontrolados.
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