El arte de volver a dibujarte después de borrarte por amor
Uno no se pierde de golpe. Se pierde despacito, queriendo encajar. Hasta que un día, sin querer, te encuentras mirando un reel y descubres que ese también pudo ser tu cuento

Ayer estaba muy dispuesta a hacer un pago, súper enfocada y casi sintiéndome adulta responsable, pero cometí el error de abrir Instagram "un momentico" y ahí mismo se me olvidó el pago, la vida y cualquier responsabilidad que yo hubiera tenido.
Caí en el hoyo negro de los reels, como suele pasarnos. En uno de esos reels apareció una chica contando que su ex (sí, su EX) le había pedido que diseñara el vestido de novia de su prometida. O sea, ¿perdón?
Ella contó que cuando estaban juntos él se burlaba de su sueño de ser diseñadora, que no iba a lograr nada, que no tenía talento, y ahora que tiene un negocio exitoso el muy sapo la busca para pedirle ese favor tan cruel, tan irónico y tan fuera de lugar.
Obviamente me fui a los comentarios, porque una siempre quiere ver si el internet completo está tan indignado como una, y sí: la mayoría pensaba que ese batracio era cruel no solo con ella, sino con la pobre prometida que anda por ahí sin saber que está comprometida con un hombre que colecciona red flags como si fueran postalitas.
Ahí mismo me pregunté si había sido ella quien lo dejó o si fue él, como todo buen narcisista que salta de mujer en mujer buscando un rush egoísta que nunca llena.
Finales felices

Lo importante es que ella siguió con su negocio, no dejó sus sueños y no dejó de ser ella por un hombre. Y eso me encantó, porque me fascinan esas historias que empiezan en tristeza y terminan en triunfo.
Le he entrenado al algoritmo para que me mande solo finales felices, porque yo sé sobre eso también.
A mí nadie tiene que explicarme lo que es desdibujarse por amor. Una empieza cediendo en cosas pequeñas: que si "a él no le gustan las mujeres que hablan mucho", que si "no seas tan intensa", que si "tú te ves más bonita cuando te pones colores neutros".
Y ahí va una, toda aplicada, ajustándose, limándose las esquinas, moviéndose en silencio para no incomodar, hasta que un día te miras al espejo y dices: "¿Y esta quién es? ¿Dónde dejé la versión mía que se reía fuerte, se vestía como quería y soñaba en grande?".
Pero sigues ahí, enamorada, pensando que si te portaste bien, si encajaste, si fuiste lo suficientemente suave, él por fin te va a elegir.
Es la gran estafa emocional: una se va reduciendo para ver si el otro crece, y eso nunca funciona, porque él no crece, apenas se sostiene, mientras tú estás hecha un origami emocional, doblada en veinte partes para caber en un amor que no te cabe.
He aprendido que encajar a la fuerza siempre trae factura, y no es barata. Cuando cambias quién eres por alguien, la vida te pasa la cuenta en autoestima, en ansiedad, en insomnio, en lágrimas escondidas en el baño, en esa sensación incómoda de que te convertiste en un personaje secundario en tu propia historia.
Por eso historias como la del reel me hacen aplaudir de pie: mujeres que, aun con miedo y dudas, siguieron caminando, no apagaron su luz para que él se sintiera cómodo y terminaron demostrando, sin decir una palabra, que nada brilla más que una mujer que vuelve a sí misma.
Volver a dibujarse
A veces, cuando te esfuerzas demasiado por encajar, te desdibujas. Sí, es verdad. Pero también es cierto que una puede volver a dibujarse. Y cuando lo haces, lo haces mejor: más auténtica, más clara, más libre, más tú.
Después de haberte convertido en sombra, aprendes a ser sol. Yo miro mi vida ahora y pienso: qué bueno que me salí del molde que no era mío, qué bueno que recuperé mis colores y qué bueno que dejé de pedirme permiso para existir completa.
Y si tú te sientes desdibujada: devuélvete. Recoge tus bordes. Reclama tu nombre y tu espacio. Que quien te quiera te quiera entera, no en versión "lite". Porque aquí entre nosotras: nunca más volvemos a encajar donde no cabemos.
Ya sea en una relación, un grupo de amigas, cualquier lugar que no nos acepten como somos, les decimos: ¡Chao! ¡Adiós! Goodbye! Y si el algoritmo quiere seguir mandándome estos reels para recordármelo, que me los mande. Total, el pago se puede hacer después.

Ericarol Carlo