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¿Qué es más caro: comer saludable o la comida chatarra?

Contrario a la creencia popular, comer saludable no tiene que ser necesariamente más caro

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¿Qué es más caro: comer saludable o la comida chatarra?
Aunque la comida rápida parezca barata en el momento, sus efectos negativos en la salud pueden resultar mucho más caros en el futuro. (FREEPIK)

Una pregunta recurrente que muchos se hacen al tratar de mejorar su alimentación es si realmente comer saludable es más caro que optar por comida rápida y procesada. Sin embargo, la respuesta no es tan simple como muchos creen.

Contrario a la creencia popular, comer saludable no tiene que ser necesariamente más caro, explica la doctora Erika Pérez Lara, nutrióloga clínica.

"Lo que ocurre es que muchas veces asociamos 'saludable' con productos importados, suplementos o alimentos de moda como el matcha o la quinoa", refiere.

Sin embargo, la verdadera alimentación saludable está basada en alimentos mínimamente procesados como granos, vegetales, frutas y proteínas sencillas. Estos no son caros por naturaleza.

"Lo que realmente encarece la alimentación saludable es la selección que hacemos", afirma la nutrióloga. Si optamos por productos importados o alimentos de moda, los costos pueden dispararse. 

Pero si nos ajustamos a lo local y estacional, los precios bajan considerablemente. "No es necesario consumir superfoods caros para llevar una dieta saludable", asegura Pérez Lara. Comer bien es más accesible si nos enfocamos en lo que está disponible en nuestra región y temporada.

¿Qué alimentos nutritivos son realmente más económicos?

Existen muchos alimentos nutritivos que suelen ser mucho más económicos de lo que pensamos. La doctora menciona varios ejemplos de opciones “coste-efectivas” y altamente nutritivas:

  • Legumbres como las lentejas, habichuelas y garbanzos, que son ricas en fibra, proteína vegetal y hierro, y son muy baratas.
  • Huevos, que son una de las proteínas más completas y accesibles.
  • Avena, una excelente fuente de fibra soluble que ayuda a regular la glicemia y el colesterol, y cuesta poco.
  • Frutas locales como el guineo, la piña y la lechosa, que no solo son deliciosas sino también ricas en vitaminas y antioxidantes.
  • Pollo y sardinas, que son proteínas animales con un bajo costo en comparación con cortes más caros como el salmón o la carne de res.
  • Tubérculos locales como el plátano, la yautía y la batata, que son energéticos, saciantes y bastante económicos.
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¿Por qué la comida chatarra parece más barata?

La razón por la que la comida chatarra parece tan accesible y económica tiene que ver con cómo está diseñada industrialmente. 

Según la nutrióloga, "la industria alimentaria utiliza ingredientes muy baratos como harinas refinadas, aceites, jarabes de maíz y aditivos para abaratar los costos de producción". Esto les permite vender grandes porciones a precios muy bajos, pero a costa de la salud.

Los precios de comidas ya preparadas lo evidencian. Un combo de hamburguesa, papas fritas y refresco tiene un costo de 495 pesos. Un combo de nuggets de pollo de cinco piezas puede costar 380 pesos, mientras que una pizza de ocho pedazos (que alcanza para hasta tres personas) ronda los 950 pesos.

Mientras que una ensalada César en un establecimiento de comida saludable cuesta alrededor de 590 pesos y una pechuga de pollo con guarnición ronda los 545 pesos.

Pérez Lara advierte que lo "barato de hoy" se paga caro a largo plazo. La comida chatarra puede aumentar el riesgo de enfermedades como la resistencia a la insulina, la inflamación, la obesidad y las deficiencias nutricionales. 

“Aunque la comida rápida parezca barata en el momento, sus efectos negativos en la salud pueden resultar mucho más caros en el futuro”, asegura.

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Errores comunes que encarecen una dieta saludable

Es importante no cometer ciertos errores que pueden hacer que una dieta saludable se vuelva innecesariamente cara. Pérez Lara menciona tres de los más comunes:

  • Comprar productos “fit” como barras, bebidas proteicas o galletas keto. "Estos productos son caros y muchas veces innecesarios. Lo ideal es consumir alimentos reales en lugar de productos procesados que se venden como saludables", comenta.
  • No planificar. Comprar al azar puede llevar al desperdicio de alimentos y a compras innecesarias. "La planificación es clave para evitar gastos excesivos", subraya.
  • Querer variedad extrema. Aunque es bueno rotar alimentos, buscar doce snacks diferentes o una gran cantidad de opciones todos los días puede aumentar los costos. "La comida saludable puede ser simple", explica.
"Una alimentación balanceada puede ser muy accesible si sabemos elegir los ingredientes correctos"Erika Pérez LaraNutrióloga clínica

¿Es posible comer bien con un presupuesto limitado?

La respuesta de Pérez Lara es clara: sí, es posible. "Desde la práctica clínica, yo lo resumo de la siguiente manera: planifica 3-4 menús base y repítelos con variaciones", dice la nutrióloga. 

Además, sugiere comprar en mercados locales y priorizar frutas y vegetales de temporada para reducir costos.

"Proteínas económicas pero completas como huevos, pollo, sardinas y legumbres son fundamentales, y prepararlas en casa a través de técnicas como el batch cooking (cocinar en lotes) no solo reduce gastos, sino que también te permite tener un mejor control nutricional", añade Pérez Lara.

El truco está en ser organizado y evitar el gasto impulsivo. "Con un enfoque práctico, comer bien puede ser tan barato o más económico que comer de forma improvisada", dice.

Productos "saludables" que en realidad son un gasto innecesario

Aunque la palabra "saludable" está de moda, algunos productos que se venden como tales realmente no aportan tanto valor nutricional y resultan ser un gasto innecesario

Pérez Lara señala algunos ejemplos:

  • Galletas, panes o snacks “keto”, “fit” o “sin azúcar” suelen ser procesados y costosos.
  • Superfoods importados como açai, maca y spirulina son innecesarios, ya que existen equivalentes locales mucho más económicos.
  • Leches vegetales ultra-procesadas, como la de almendras o avellanas, son caras y ofrecen poco valor nutricional real.
  • Agua saborizada, jugos prensados y shots detox son innecesarios desde el punto de vista fisiológico y muchas veces no aportan lo que prometen.

Esto demuestra que comer saludable no tiene por qué ser una carga económica. Con la planificación adecuada, eligiendo productos locales y de temporada, y evitando el consumo de productos procesados “de moda”, es completamente posible comer bien sin gastar de más. 

La comida chatarra puede parecer una opción más económica al principio, pero sus efectos negativos en la salud a largo plazo pueden acabar costando mucho más.

Como recuerda Pérez Lara: la clave está en elegir bien y ser consciente de lo que estamos consumiendo.

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Periodista de Revista. Le apasiona escribir sobre salud mental y relaciones de pareja. De no ser periodista, sería psicóloga con un blog.