Catalina Escobar, la emprendedora que convirtió el dolor en un modelo medible para romper la pobreza
La fundadora de la Fundación Juanfe detalla un modelo integral que empodera a madres adolescentes con educación, salud, formación laboral y apoyo psicosocial

Catalina Escobar habla con la convicción de quien ha visto el problema de cerca y decidió enfrentarlo con un método.
Empresaria, emprendedora social y speaker global, la fundadora de la Fundación Juanfe ha consolidado, durante más de dos décadas, un modelo integral que empodera a madres adolescentes a través de educación, salud, formación laboral y acompañamiento psicosocial.
Su enfoque, reconocido por CNN, Naciones Unidas y el Foro Económico Mundial, se sostiene en una idea poderosa: invertir en el potencial humano genera retornos sociales exponenciales y medibles.
La Juanfe, con presencia en Colombia, Panamá y Chile, integra atención médica, apoyo emocional, formación técnica y empleabilidad. El resultado es un ecosistema que ha logrado tasas de inserción laboral superiores al 80 % y reducciones drásticas de la mortalidad infantil donde interviene. No es solo filantropía, es gestión con métricas, auditorías y trazabilidad.
Como explica Escobar, "somos un modelo que frena pobreza y genera producto interno", un diseño social que piensa como empresa y rinde cuentas como tal.
Un modelo con cifras, ruta y propósito
Escobar insiste en que la adolescencia temprana y la pobreza constituyen un circuito de exclusión que se puede romper si se interviene a tiempo y con rigor. La ruta del modelo utilizado en la Juanfe dura alrededor de dos años y consiste en:
- Nivelación escolar (hasta noveno grado).
- Fortalecimiento psicosocial,
- Formación técnica pertinente.
- Prácticas.
- Colocación laboral.
"La gran promesa de valor de nuestro modelo es sacarlas de la pobreza extrema a la clase media a través del empleo formal", resume Catalina.
Esa empleabilidad, además, produce un retorno económico, social y fiscal verificable y es que las mujeres cotizan al sistema, acceden a salud, estabilizan ingresos y sostienen a sus familias.
En paralelo, la organización atiende la dimensión emocional como condición de posibilidad del aprendizaje. La frase más citada por Catalina lo explica sin rodeos: "Tú no puedes sacar adelante a una mujer si tiene un corazón herido".
Por eso el acompañamiento psicosocial es intensivo desde el inicio, porque ayuda en la reducción de síntomas depresivos y de ansiedad, fortalecimiento de la concentración y la memoria, y trabajo en proyectos de vida.
El objetivo de la fundación no es solo capacitar, sino sanar para poder crecer.
Evidencia, impacto y alianza con el sector privado
La Juanfe se somete a evaluaciones externas y habla de retornos con la naturalidad de una gerente. Escobar recuerda el apoyo del BID y auditorías de impacto que estimaron tasas internas de retorno de dos dígitos.
"Todo el modelo está pensado en dar resultados que se puedan medir. Los empresarios son el puente directo entre una financiación y los resultados sociales", comenta Escobar. De hecho, su enfoque de "empresa social" exige disciplina operativa, metas claras y alianzas con compañías que contratan a las egresadas.
El músculo de datos sirve también para desnudar la urgencia. Catalina describe cómo, en un grupo base reciente en Cartagena, el 51 % de las jóvenes reportaba ideación suicida, lo cual es una señal de daño profundo que exige intervención integral, y ella va más allá de Colombia cuando habla de la región.
"En República Dominicana cada 28 minutos se embaraza una niña. Esto no es una bomba social, es una tragedia", ella expresa.
La estadística respalda su cruzada por políticas públicas de prevención y rutas de segundas oportunidades que corten la reproducción intergeneracional de la pobreza.
Por qué República Dominicana
Catalina llega al país con la misión concreta de presentar el Modelo Juanfe a líderes empresariales, instituciones públicas y organizaciones del ecosistema de impacto para explorar una adaptación local. República Dominicana enfrenta desafíos similares como el embarazo adolescente, la pobreza intergeneracional y las brechas de empleabilidad.
La propuesta de Escobar es poner sobre la mesa un método probado, escalable y medible.
"Lo que nosotros queremos es que este país lo adopte, para que tenga muy rápidamente movilización de las estadísticas, pero acuérdate que detrás de cada estadística hay una niña, un mundo, un universo", dice.
Su aproximación no pretende "paracaidismo social". Ella explica que la implementación del modelo de Juanfe funciona como una franquicia metodológica con "no negociables" como una localización adecuada, estándares de operación, equipos formados y acompañamiento técnico continuo por dos años.
El modelo se "tropicaliza" con inteligencia de datos del contexto compuesto por tasas locales de embarazo, indicadores de salud mental, escolaridad, consumo de sustancias, y mapa de aliados públicos y privados.
En Panamá, por ejemplo, la alianza con Voces Vitales permitió sostener la escolaridad privada hasta 12º; en Chile se amplió el foco hasta los 26 años por la magnitud del problema.

Política pública, derechos y prevención
La insistencia de Escobar en el enfoque de derechos es frontal. No basta con repartir información sobre anticoncepción, más bien es esencial construir autonomía, proteger a niñas y adolescentes de la violencia y abrir rutas de justicia y educación sexual integral.
"Las niñas deben aprender a decir ´no´, porque ´no´ también es una respuesta... es un derecho, es irrenunciable", ella subraya. Por eso su activismo se ha extendido a la agenda legislativa: la eliminación del matrimonio infantil en Colombia fue, en parte, resultado de una movilización de sociedad civil que ella ayudó a articular.
Escobar también rompe una falsa dicotomía frecuente en debates sobre política social: prevención vs. atención. La Juanfe nace de la prevención, pero, al no controlar la política pública, decide intervenir donde el daño ya ocurrió para evitar que se agrave.
Esto se logra al previnir el segundo embarazo, cerrar brechas educativas, restaurar la salud mental y conectar con empleo formal. En otras palabras, la economía y la compasión no se excluyen.
"Porque yo le declaré la guerra a la pobreza y desde el principio me enamoré de la gente más pobre", dice al narrar el origen íntimo de su misión.
Una invitación a la co-creación
La llegada de la Juanfe a República Dominicana se apoya en una alianza de tres pilares: el Estado, la empresa privada y la sociedad civil.
El Estado aporta el marco de política pública, la información y la capacidad de escalamiento; las empresas abren oportunidades de formación dual y empleo digno; y las organizaciones locales, con su experiencia comunitaria, ofrecen comprensión del territorio y generan confianza social.
Escobar confía en que el país está preparado debido a su crecimiento económico sostenido, su estabilidad institucional y el interés por soluciones comprobadas, estas son características crean una oportunidad única para actuar.
La promesa de la fundación es contundente: madres adolescentes que, en solo dos años, retoman sus estudios, recuperan su bienestar emocional, obtienen una certificación técnica y logran un empleo formal.
La evidencia está en los logros de la Juanfe y muestran que el impacto va mucho más allá del individuo e incluyen: mejora el ingreso familiar, disminución de los riesgos de violencia, aumento de la permanencia escolar de los hijos y fortalecimiento del tejido comunitario. No es caridad, sino productividad con dignidad.
Catalina lo resume con un horizonte ético y práctico a la vez: "Yo no vine al mundo a temer, yo vine a servirle a la gente. Es pisar calles, pisar fuerte y pisar con amor".
Su visita a República Dominicana es una invitación a convertir esa ética en política pública, inversión social inteligente y alianzas que cambien, con método, la estadística por historias de futuro. Porque cuando el talento se acompaña con oportunidades reales, la pobreza deja de ser destino. Y ese, insiste, es un buen negocio para todos.

Joan Prats