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No digas mi nombre
No digas mi nombre

“No digas mi nombre”, un dilema moderno tratado desde la perspectiva de la fe

Este filme cristiano está basado en hechos reales y trata el tema de tráfico de personas

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“No digas mi nombre”, un dilema moderno tratado desde la perspectiva de la fe
“No digas mi nombre” es una película dirigida por Federico Segarra y escrita por Patricia Landolfi. (PEDRO BAZIL)

La trata de personas es una de los delitos más persistentes en todo el mundo y cuyas consecuencias son devastadoras. Aun así, a partir de las experiencias de una sobreviviente de este crimen ha surgido “No digas mi nombre”, película dirigida por Federico Segarra y escrita por Patricia Landolfi, que cuenta la historia de Adrián, una joven sobreviviente de la trata de personas, que logra escapar valientemente de sus captores y ahora inicia un angustioso viaje de supervivencia mientras trata de rehacer su vida. Segarra y Landolfi son el mismo dúo de cineastas dominicanos detrás de “Jana”, reconocida película cristiana que, entre los distintos reconocimientos que recibió, cuenta con el Premio a Mejor película extranjera en la edición del 2018 del Great Lakes Christian Film Festival (GLCFF, por sus siglas en inglés). Con “No digas mi nombre”, Segarra y Landolfi se adentran en el mundo del tráfico de personas desde la perspectiva del cine cristiano con un elenco internacional que incluye a Cameron Arnett, Cory Kays y Brooklyn Wittmer. La cinta estará disponible en las salas de cine dominicanas desde el jueves 18 de agosto.

Este filme está basado en hechos reales, pero ¿cómo se involucraron con esta producción?

Patricia Landolfi: Nosotros acabábamos de hacer “Jana” y estábamos extenuados. Realmente no teníamos ninguna idea ni impulso de seguir trabajando en el área cinematográfica, a pesar de que esos son los dones y talentos que Dios nos dio y que queríamos desarrollar, pero no hubo el apoyo que nosotros entendíamos que se merecía la película. Estábamos desmoralizados, pero Dios tiene planes diferentes a los nuestros. Yo nunca me había fijado en ese problema de la trata de personas, ni siquiera sabía que eso podía existir a tan alta capacidad y tan amplio espectro en el mundo entero. Yo simplemente había oído hablar de trata, pero nada específico, hasta que un día, en un momento emocional, el Señor me puso la idea en mi corazón y me dije que la verdad es que sí, que pudiéramos contar que para una sobreviviente de tráfico de personas Dios existe y puede hacer la diferencia. Se lo planteé a mi esposo y estuvo de acuerdo. Ahí iniciamos el camino de investigar y visitamos varias instituciones aquí en República Dominicana. Ellos nos contaron que no tenían suficiente apoyo, que era un camino muy arduo, que las víctimas no tienen el respaldo necesario como ayuda psicológica, tratamiento post traumático, refugios adecuados y la educación para poder seguir adelante en otras áreas. Tampoco conseguimos apoyo financiero para la película, las puertas que tocamos no se interesaron en el tema. Entonces viajamos a Florida con la finalidad de presentarlo a algunos amigos que tenemos allá que son productores.

Federico Segarra: Fuimos a un festival en Florida donde participó “Jana”, que fue reconocida internacionalmente, ganó el premio de una película internacional. Allá presentamos esta nueva película cuyo guion ya teníamos hecho y que queríamos realizar. Entonces uno de los productores de allá se interesó en el proyecto.

Patricia Landolfi: Sí, así fue que Marti, Jean Louis, que es nuestro amigo y productor general del proyecto, se interesó muchísimo y dijo manos a la obra. A él se le ocurrió la brillante idea de presentarle el proyecto al departamento de investigaciones de Estados Unidos, Homeland Security. A nosotros nos encantaba y pensamos que sería un milagro que se embarcaran en el proyecto porque así tendríamos fuentes fidedignas de investigaciones reales con víctimas y sobrevivientes reales, y así fue. Les presentamos el proyecto y nos dijeron que les interesaba mucho, pero sin la ecuación de Jesús.

Federico Segarra: Dijeron que no se hablara de Dios, que teníamos que ser neutros.

Patricia Landolfi: Sí y ahí nosotros dijimos que no nos interesaba, porque realmente sabíamos hacia dónde Dios nos dirigía y no le íbamos a decir que no. Pero ellos, como quiera, entraron en el proyecto y nos dieron un apoyo increíble. Nos facilitaron detectives para asesorarnos sobre cómo hacían las redadas, nos expusieron casos reales pasados, nos prestaron todos sus equipos e inclusive nos dejaron grabar la sesión de interrogatorio en sus espacios. Aun así, lo importante de esto es que hemos tenido algunos testimonios de sobrevivientes que dicen que esta película les ha cambiado la vida porque el enfoque que nosotros hacemos es que puede haber vida después de eso. La verdad es que es una experiencia traumática y es aterradora, pero sí, Dios ahí está y si tú tienes la voluntad de buscarlo, el señor te reintegra a la sociedad. Lamentablemente las cifras son escalofriantes. Solamente un 5% de las víctimas que pasan por el trauma de tráfico humano se reintegran a la sociedad como personas normales y hacen matrimonios felices. El 95%, estadísticamente hablando, vuelven a las calles, a la drogadicción, al tráfico de drogas, incluso llegan al suicidio. Esas son unas cifras escalofriantes.

¿Qué tan difícil fue mantener un balance entre contar una historia en el cine y ser fiel a los acontecimientos que ocurrieron?

Patricia Landolfi: No fue difícil para mí, realmente fue que el Señor que nos guió a través de todos los pasos, él me daba las ideas, él fue el guionista y yo simplemente soy la escribiente. Exponemos varios tipos de tráfico en el guion y el proceso de recuperación de la víctima.

Federico Segarra: Son varias historias reales. En realidad, tuvimos mucho input de sobrevivientes y también de quienes están detrás de esos carteles.

Este es el primer largometraje de ficción en el que han trabajado después de “Jana” (2018), ¿fue una experiencia similar o diferente?

Patricia Landolfi: Totalmente diferente.

Federico Segarra: Del cielo a la Tierra. Con “Jana” fue un proyecto con voluntarios. No había actores profesionales, filmábamos solamente los fines de semana porque los muchachos trabajaban durante la semana. Fue un proyecto completamente independiente y con voluntarios. En el caso de “No digas mi nombre” es un proyecto más bien profesional, con actores de renombre que han trabajado en Hollywood como, por ejemplo, es el caso de Cameron Arnett, que estuvo en “Star Trek” y “Miami Vice” y ahora se dedica a proyectos de fe, proyectos sociales. Jason Barbeck, que es canadiense, también ha hecho bastante, y este es el primer rol protagónico de Cory Kays, la actriz principal. Fue un reto irnos de lo pequeño a lo bastante grande, sobre todo en un idioma diferente al nuestro, pero fue una experiencia tremenda.

Entre ustedes dos dirigen, escriben, producen y hasta editan sus películas, ¿eso es algo que quieren continuar en nuevas producciones para mantener el control creativo del producto final?

Federico Segarra: Sí.

Patricia Landolfi: Sí, realmente, nosotros somos un equipo y la verdad es que nos compenetramos extraordinariamente porque lo que él quiere o lo que él ve yo lo plasmo. Nos encanta eso. Obviamente, claro que sí nos gustaría seguir haciendo el cine de la calidad como lo hicimos ahora y quizás hasta de más. Queremos seguir levantando bandera por República Dominicana.

¿Creen que hoy en día es más fácil hacer películas del género cristiano?

Patricia Landolfi: Yo diría que depende. Por ejemplo, “No digas mi nombre” tiene un mensaje cristiano, pero es una película de la realidad que estamos viviendo. A todo el mundo le interesa saber lo que está pasando en el mundo o cerca de mi casa y no me estoy dando cuenta. O sea, depende del mensaje que nosotros queremos enviar, pero yo creo que sí siguen teniendo mucha incidencia los mensajes positivos, los mensajes de familia y de sociedad, porque todavía tenemos personas que queremos un mejor futuro y una mejor sociedad.

Federico Segarra: Yo entiendo que hoy en día es más fuerte el que podamos hacer este tipo de material porque es un material que te trae esperanza, segundas oportunidades e inspiración. Eso es lo que necesitamos hoy en día, tenemos que continuar, tenemos que seguir, no nos podemos dejar caer porque viene una pandemia y ya se acabó el mundo. No, ahora es que tenemos que darle más duro, ahora es que tenemos que darle para adelante.

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Escritor y periodista con más de 10 años de experiencia en las áreas del periodismo y escritura creativa.