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“Enterarme que mi libro sería adaptado al cine fue una buena noticia”

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“Enterarme que mi libro sería adaptado al cine fue una buena noticia”

Santo Domingo. Tras el telón paradisiaco de las playas dominicanas están las historias, que pueden ser tan evidentes como el sol y el mar o menos predecibles, escondidas más allá de la línea de los hoteles y restaurantes. Los rostros de esas historias, de los que están y los que llegan, el escritor francés Jean Noel Pancrazi les hizo cuerpo y alma en su novela “Los dólares de arena”, cuya adaptación al cine –realizada por Laura Amelia Guzmán e Israel Cárdenas- fue estrenada ayer en nuestro país.

Pancrazi, nacido en Argelia en 1949 y quien ha obtenido varios reconocimientos en su carrera de escritor, como los destacados Premios Médicis y Albert Camus, comenta en un breve diálogo con Diario Libre desde el Líbano sobre su novela, traducida y publicada en República Dominicana en el 2011 por la editorial Ediciones De a Poco.

Esta entrevista contó con la ayuda para traducción del francés al español de David Puig.

P.

¿Por qué eligió a República Dominicana? ¿Por qué escogió Samaná?

R.

Escogí la República Dominicana como escenario para mi novela porque conozco la República Dominicana desde hace tiempo, sobre todo la región de Samaná. Lo que más me interesaba era la atmósfera. En Samaná hay una atmósfera muy particular que me cautivó, que me hechizó desde mi llegada. Quería recobrar, reconstituir ese ambiente que tanto me gustó, escribiendo Los dólares de arena. Nunca se me ocurrió transplantar esta historia a otro país. Sigo pensando que este es un libro completamente dominicano.

P.

¿Cómo fue ese viaje literario para unir la Samaná de los que sueñan un futuro distinto, y los que buscan hacia dentro?

R.

Usted tiene razón. En el libro están los que sueñan con irse y los que sueñan con quedarse. Pero unos y otros se encuentran, se hablan, pasan tiempo juntos, aunque sus sueños no llegan a coincidir. Mi trabajo literario consistió en crear un equilibrio entre estos dos sueños, dándole a ambos la misma importancia. Cada personaje respeta, comprende el sueño del otro. No trata nunca de desviarlo o de destruirlo.

P.

¿Busca ser su historia una denuncia ante situaciones como la pobreza, la migración ilegal y la prostitución?

R.

No tengo derecho a juzgar. Tengo la obligación de comprender. Acompaño como puedo, con mis frases, la pobreza, la inmigración ilegal, la prostitución. La misión de un escritor es estar del lado de los que sufren, de los más desamparados, de los que no siempre saben cómo van a llegar al día siguiente. Los que sufren son además muy valientes y tienen mucha dignidad. Quería rendir un homenaje a ese valor. Más vale amar que acusar.

P.

¿Qué tanto participó en el proyecto de Laura Amelia Guzmán e Israel Cárdenas ha llevado a la pantalla?

R.

Enterarme que mi libro sería adaptado al cine fue una buena noticia. Confié de inmediato en Laura Amelia Guzmán e Israel Cárdenas. Ya sabía que eran muy talentosos, vi la voluntad que tenían de hacer la película. Y esa voluntad me conmovió. En ningún momento se me ocurrió limitar su libertad de cineastas. Y esa maravillosa libertad se siente en toda la película. Al ver el film por primera vez, me llené de felicidad y me sentí también feliz por ellos; me dije: ¡han hecho un hermoso trabajo!

P.

¿Cree que la historia de Noelí y el francés –que en la versión cinematográfica se traslada a una relación entre dos mujeres que personifican Geraldine Chaplin y Yanet Mojica- sigue guardado la esencia de su novela?

R.

Laura Guzmán e Israel Cárdenas recrearon muy bien la esencia del libro, es decir la complejidad de la relación entre el francés y Noelí en el paisaje de Samaná. Que la relación sea ahora entre dos mujeres me parece natural, no me molesta para nada. Sobre todo porque las dos mujeres son interpretadas de una forma tan perfecta por Geraldine Chaplin y Yanet Mojica. No podía soñar con una mejor encarnación. La cámara de Laura e Israel abraza con tanta exactitud las variaciones de la relación, está tan cerca de la verdad: ellos hacen que todo sea evidente.

P.

¿Viene con frecuencia a República Dominicana? ¿Le quedan otras historias guardadas sobre nuestro país y que verán la luz en otro libro?

R.

Todas mis estadías en República Dominicana, el libro y ahora la película son una parte muy importante de mi vida que no se borrará nunca. Tal vez algún día escriba otro libro ambientado allá. Espero que se presente otra historia en Samaná o en la Capital… la estoy esperando.

" En Samaná hay una atmósfera muy particular que me hechizó desde mi llegada. Quería recobrar, reconstituir ese ambiente que tanto me gustó, escribiendo Los dólares de arena.”