"The Bronze" y la escena explícita en boca de todos
Si tan solo el resto de la película fuera comparable con las acrobacias carnales
Diario Libre
PARK CITY, UTAH. El "sexo de gimnasta" se menciona al principio de "The Bronze", una mirada oscuramente cómica al mundo de una campeona olímpica oxidada, protagonizada y coescrita por Melissa Rauch ("The Big Bang Theory"). Pero no es sino hasta casi el final de la película que el público puede ver de qué se trata eso, y es delirante.
La simulación explícita y cuidadosamente coreografiada de dos gimnastas teniendo relaciones generó tanto jadeos como carcajadas en la atestada premiere del jueves en el Festival de Cine de Sundance. La escena dominó tanto la sesión de preguntas y respuestas como las conversaciones de los asistentes al salir, y el compromiso para esta sola rutina hace que ver este filme sea una obligación.
Si tan solo el resto de la película fuera comparable con las acrobacias carnales.
Dirigida por Bryan Buckley (un director de comerciales conocido por sus anuncios para el Super Bowl), "The Bronze" es un retrato vívido y por momentos divertido de un terrible ser humano en un camino dudoso a la redención, o al menos algo parecido.
Hope, el personaje de Rauch, es una gimnasta malhablada que capturó el corazón de Estados Unidos tras competir con un talón de Aquiles recién doblado, conquistando una medalla de bronce por sus esfuerzos pero perdiendo su cuerpo en el proceso.
Una década después, Hope es una mujer amargada que trata de explotar el poco prestigio que le queda en su natal Amherst, Ohio, comportándose terriblemente con todo el mundo el proceso, incluido su padre (un excelente Gary Cole).
Una serie de sucesos ponen a Hope en la silla del entrenador para un joven talento prometedor, Maggie (Haley Lu Richardson), y Hope tiene que descubrir si puede llegar a importarle algo más que su propia gloria.
Aparte de unas actuaciones de reparto destacadas (que incluyen a Sebastian Stan como un rival llorón), "The Bronze" quiere ser escandalosamente oscura y poco sentimental, pero también hacer que Hope nos importe. Ambas metas se logran solo a medias.
La simulación explícita y cuidadosamente coreografiada de dos gimnastas teniendo relaciones generó tanto jadeos como carcajadas en la atestada premiere del jueves en el Festival de Cine de Sundance. La escena dominó tanto la sesión de preguntas y respuestas como las conversaciones de los asistentes al salir, y el compromiso para esta sola rutina hace que ver este filme sea una obligación.
Si tan solo el resto de la película fuera comparable con las acrobacias carnales.
Dirigida por Bryan Buckley (un director de comerciales conocido por sus anuncios para el Super Bowl), "The Bronze" es un retrato vívido y por momentos divertido de un terrible ser humano en un camino dudoso a la redención, o al menos algo parecido.
Hope, el personaje de Rauch, es una gimnasta malhablada que capturó el corazón de Estados Unidos tras competir con un talón de Aquiles recién doblado, conquistando una medalla de bronce por sus esfuerzos pero perdiendo su cuerpo en el proceso.
Una década después, Hope es una mujer amargada que trata de explotar el poco prestigio que le queda en su natal Amherst, Ohio, comportándose terriblemente con todo el mundo el proceso, incluido su padre (un excelente Gary Cole).
Una serie de sucesos ponen a Hope en la silla del entrenador para un joven talento prometedor, Maggie (Haley Lu Richardson), y Hope tiene que descubrir si puede llegar a importarle algo más que su propia gloria.
Aparte de unas actuaciones de reparto destacadas (que incluyen a Sebastian Stan como un rival llorón), "The Bronze" quiere ser escandalosamente oscura y poco sentimental, pero también hacer que Hope nos importe. Ambas metas se logran solo a medias.
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