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El poder de los abrazos

Un niño aprende del amor de su madre el poder que tienen los abrazos

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El poder de los abrazos
Los los abrazos son el mayor tesoro, una declaración de amor y la mas sagrada bendición. (LUIGGY MORALES)

El protagonista de este cuento se llama como tú. Un niño muy travieso, intranquilo, revoltoso, su mamá no sabe qué hacer con él.

Una noche, mientras le contaba un cuento (no se dormía si no lo hacían un cuento), su mama le dijo que le iba a dar un regalo que le iba a servir para siempre.

El niño abrió grande los ojos.

-¿Y qué puede ser eso? -preguntó dudoso.

-Es algo que cada vez que lo hagas podrás hacer mucho bien.

-¿Me vas a enseñar a construir casas para todos los niños pobres del mundo?

-Nooooo -contestó la mamá- eso lo dejamos a los gobiernos para que cumplan su misión.

-¿Me vas a enseñar a contar cuentos para que los niños se duerman?

-Noooo -le contestó de nuevo la madre.

-Eso lo aprenderás cuando seas papá y te lo pidan.

-¿Me vas a enseñar a construir juguetes para que todos los niños del mundo puedan jugar?

-Noooooo, de eso se encargan Santacló y los Reyes Magos.

El niño estaba muy intrigado.

-¿Y qué me vas a enseñar?

-Te voy a enseñar a abrazar para que puedas llenar de energía e ilusión a todos aquellos que abraces y llenes de felicidad.

-¿Y cómo es eso?

La mamá cada día le daba un abrazo a su hijo que desde ese día había dejado de correr esperando las lecciones.

-Mira -le dijo el primer día abrazándolo-, este es el abrazo de amor que se da con toda la ternura y entrega.

Él lo recibió cerrando los ojos.

-¿Lo sentiste? -Y el niño sonriendo dijo que sí, el amor de una madre por su hijo, por un amigo, por quien sea-.

-¿Y hay más abrazos?

-Tienes que tener paciencia, según pasen los días y los necesites te iré abrazando.

Una tarde, el niño que se llama como tú, tropezó con su bicicleta y comenzó a llorar.

Su mama se le acerco y lo abrazo secándole las lagrimas y cuando dejo de llorar ella le dijo este es el abrazo sanador que alivia todos los dolores

Pasaron los días y el niño anotaba en una pequeña libreta los diferentes abrazos

Una noche ya muy tarde se despertó asustado y comenzó a gritar de miedo

Su mamá entró a su habitación y lo abrazó, y mientras lo hacía y consolaba, el niño entendió que ese abrazo que estaba recibiendo le ayudaría a combatir todos los miedos.

Pasaron más días y la mamá sorprendió al niño triste y cabizbajo.

-¿Qué te pasa? -le preguntó.

-Guau-guau, mi perrito se me perdió.

La mamá no esperó y le dio un abrazo para devolverle la alegría y así combatir la tristeza.

Fueron pasando las semanas y el niño seguía anotando todos los tipos de abrazos que su mamá tan bellamente le enseñaba.

Pasaron los años y el niño, que ya no era niño sino un hombre que se llamaba como tú, se había convertido en experto en abrazos y como sus abrazos curaban, todos lo buscaban. Era famoso, daba conferencias y hasta varios libros había escrito sobre el poder de los abrazos.

En el barrio lo llamaban para que abrazara desde que surgía alguna necesidad, se regó la voz de que sus abrazos sanaban y de verdad sanaban.

Comenzó a viajar y abrazar a mucha gente y los abrazos eran como bendiciones, pura energía, entrega del amor más puro, y el niño que ya era hombre, pero que jamás había dejado de ser niño, contagió a todos y el mundo entendió que si se abrazaba más ya nunca habría guerras ni conflictos porque los abrazos eran el mayor tesoro, una declaración de amor y la mas sagrada bendición.

TEMAS -

Freddy Ginebra Giudicelli es un contador de anécdotas cuyo mayor deseo es contagiar su alegría y llenar de esperanza a todos aquellos que leen sus entrañables historias.