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¿Puede la envidia afectar mis finanzas personales?

Veamos si tenemos varios de estos comportamientos y si estamos gastando nuestro dinero por su causa

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¿Puede la envidia afectar mis finanzas personales?
La envidia no es tan fácil de reconocer en nosotros mismos. (FREEPIK)

Si nuestro comportamiento de gastos es guiado de manera inconsciente por impulsos de compras generados por la envidia, es posible que no sea asertivo.

Este, como muchos comportamientos, es difícil reconocerlo. Justificamos por todas las vías lo que hacemos, sin interiorizar lo que lo genera. Claro, es decisión de cada uno hacer lo que hace, como considerar que algo que siente está bien y lo quiere seguir sintiendo. Lo que no es productivo es hacerlo y no saberlo por tapar el sol con un dedo.

Veamos algunos comportamientos que nos pueden alertar si estamos teniendo envidia:

• Compararnos: No siempre fácil de identificar. Decir que lo mío es mejor, es quizá lo más fácil de ver. ¿Qué pasa cuando alguien dice algo y de inmediato nos surge el pensamiento de algo nuestro que puede ser igual o mejor? Incluyendo simples conversaciones como que el hijo de otro hace tal cosa y rápidamente decimos que el nuestro también o que hace tal otra. El compararse conlleva altos gastos porque hoy queremos medirnos por lo que tenemos.

• Alegrarse de fallos ajenos: Somos propensos en este ajedrez social que vivimos a sentir alegrías por el fallo ajeno. Hasta vamos criando con el deseo de que otros yerren. ¿Por qué? La competencia desmedida que nos imponen. Ser el mejor conlleva a que otros no lo sean. Competencias deportivas y educativas son formadoras de este sentimiento tan arraigado y perjudicial.

• Criticar: Incluyendo las tan nocivas críticas constructivas. En estos días vi un cartel en las redes donde una señora le decía a otra: “No me gusta esa ropa que llevas”, a lo que la otra le contestó, “No te la pongas”. Somos tan egoístas que le llamamos egoístas a los que no quieren hacer lo que nosotros deseamos que ellos hagan, mientras hacemos lo que deseamos y le pedimos que hagan lo que queremos.  

• Minimizar logros y cualidades de otros: Un signo inequívoco de envidia que nos lleva a creer que no lo merecen. Nos hace daño a nosotros y nos induce a querer mostrar que tenemos más o mejores logros. Muchas veces gastamos dinero para conseguirlo. He visto padres comprando trofeos a hijos, empresarios crear asociaciones y otorgarse premios, etc.

• Querer protagonismo: Muy típico de personas que les gusta ser el centro de atención a toda costa. En ocasiones, gastan dinero para organizar un evento y que los demás lo pongan en el centro del mundo. Se quieren ganar ese protagonismo comprando voluntades. Invitan y regalan para llamar la atención.

Como vemos, la envidia no es tan fácil de reconocer en nosotros mismos. Si anexamos otros comportamientos como: imitar, contradecir opiniones, mostrarse a la defensiva, alejarse cuando se necesita ayuda o esquivar momentos de éxitos de otros, tenemos un coctel que puede ser muy perjudicial a nuestras finanzas personales.

Veamos si tenemos varios de estos comportamientos y si estamos gastando nuestro dinero por su causa, esto no es productivo. Mejor usar nuestro dinero en nosotros que en competir con los demás.

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Conferencista, consultor, coach y escritor con 20 libros publicados. Dirigió por 10 años una de las empresas del Grupo Siemens en Argentina, Brasil y Alemania.