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Compra ahora y debe para siempre

La situación de deudas viene del uso anterior, es una consecuencia de haber cubierto necesidades de reconocimiento con dinero que no se habían ganado aún

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Compra ahora y debe para siempre
El estrés por falta de dinero para cubrir las necesidades básicas es hoy una constante. (SHUTTERSTOCK)

Nuestro cerebro está programado para priorizar el disfrute y evadir el dolor, en similar medida. Una alegría ahora que trae un estrés futuro no debería ser opción, pero nos empujan con trucos para que el disfrute se vea enorme, y por el otro lado, no podamos dimensionar el tamaño del dolor que traerá.

En el 2010, investigadores de la Universidad de Princeton concluyeron que la felicidad aumenta simétricamente hasta un punto del aumento de ingresos. A partir de ahí, el efecto no crece proporcionalmente.

Tener seguridad de poder cubrir necesidades básicas es lo que causa nuestro primer tirón de felicidad. Luego usamos el dinero sobrante para seguir escalando, como cubrir necesidades sociales y hasta las de reconocimiento, como explico por extenso en mi libro, 54 Recetas Financieras.

Como es más difícil que nos presten dinero para comprar comida, por lo general, iniciamos nuestro camino de deudas para necesidades que están bien arriba en la pirámide de las necesidades, como comprar un vehículo para que me cataloguen de exitoso. O pagar con la tarjeta de crédito una comida o un viaje, sabiendo que es un “tarjetazo” y, por lo tanto, no lograré saldarla al llegar el estado.

Ya sé lo que algunos me dirán: “Diego Sosa, mi problema es que no me alcanza para el supermercado, lo que demuestra que mi deuda sí es de necesidades básicas”.

Cuando recibo esa respuesta de mis asesorados, les solicito sus estados de cuenta de las primeras veces que no pudieron pagar por completo su saldo. De inmediato, encontramos, salvo contadas excepciones, que no fue para la compra del supermercado que la usaron al momento de descuadrarse.

La situación de deudas viene del uso anterior, es una consecuencia de haber cubierto necesidades de reconocimiento con dinero que no se habían ganado aún. Esa es la causa inicial que desencadena los eventos sucesivos que terminan en escasez de dinero para pagar la compra del supermercado.

El estrés por falta de dinero para cubrir las necesidades básicas es hoy una constante. Al igual que las preocupaciones por temor a perder el ingreso para tenerlas cubiertas.

Todo sucede porque no sabemos dimensionar el problema antes de que llegue, dándole a nuestro cerebro suficientes argumentos para que nos ayude a evitar ese dolor futuro cuando nos hacen creer que solo existirá la alegría inmediata.

Tomar el control es tarea de cada uno. Frases como: “Usted se lo merece”, deben disparar de inmediato una alarma. Al reconocerla, debemos apartarnos de esa compra que nos empujan a realizar.

El hoy no es más importante que el mañana, mucho menos cuando construimos un mañana que es mejor cada día.

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Conferencista, consultor, coach y escritor con 20 libros publicados. Dirigió por 10 años una de las empresas del Grupo Siemens en Argentina, Brasil y Alemania.