Tener dinero o no para comprar la entrada del concierto predice tu futuro financiero
La inmediatez resulta cara y nos aleja de la posibilidad de vivir grandes experiencias.
Tengo tres jóvenes amigos, dos de ellos trabajan y una solo estudia. Todos quieren ir a un concierto en octubre y se preparan desde hace meses para comprar la entrada. Una de esas personas ya la compró, los otros no han podido por falta de recursos. ¿Deduces cuál ya tiene seguro su disfrute?
Hace unos meses que un grupo que tanto les gusta a mis tres amigos anunció que estaría en su país dentro de su próxima gira. Todos dijeron que no se perderían tan esperado concierto. Planes y planes se escuchaban por doquier.
La fecha fue anunciada y, de inmediato, las taquillas se agotaron. Abrieron una segunda presentación y mi amiga que solo estudia sacó de sus ahorros y adquirió su entrada. Los otros dos compañeros del tour están esperando cobrar para hacer la adquisición. ¿Por qué pasa esto?
Conozco a estos tres personajes desde muy pequeños. Cada uno ha tenido su comportamiento personalizado con relación al dinero. Han vivido muchos ejemplos, algunos en común, otros parecidos. Pero cada uno tiene una personalidad que ha desarrollado y eso los hace usar su dinero de manera diferente.
Lo más común que estamos viviendo es que las personas miren la vida como que el ahora es lo único importante. Usamos el dinero para vivir el instante, preferimos las experiencias sobre las posesiones materiales. Lo que vendrá lo puedo resolver de alguna manera: ¿Cómo? Como siempre lo he hecho.
· Consigo un plan B: Alguien me ayuda. Total, siempre lo han hecho. En momentos de emergencia, siempre un familiar sale al rescate.
· El dinero aparece: Está hecho y de alguna manera lo consigo.
· Adelanto lo que ganaré: Un préstamo. O quizá una tarjeta de crédito es una opción que puede estar a la mano… sin pensar en las consecuencias que esto trae cuando no podemos saldar lo tomado.
· Y como última opción: No hago la adquisición. Aunque eso no lo vemos, y quizá ni notamos la cantidad de cosas que dejamos de hacer por no planificar o no tener con qué.
No nos damos cuenta en todo lo que pasa en el camino. El estrés generado (para conseguir ir a pesar de no merecerlo); el desaliento (el dinero no alcanza, tanto que trabajo, etc.); el mal gusto a los demás (que tienen que ayudar, que se sienten culpables de no ver que su ser querido haga lo que sueña, etc.) …
¿Cómo el que solo recibe una pequeña mesada puede reunir el dinero de la entrada y los que ganan por trabajar no lo logran?
- Le da valor a lo que le interesa.
- Sabe esperar para lograr recompensas mayores.
- No se confía de que recibirá dinero y que con eso resolverá.
- Ve la vida más allá del hoy, tiene visión de futuro.
- Tiene mentalidad previsora.
La realidad financiera futura de estos tres jóvenes está pintada. De no cambiar, así seguirá siendo, no importa el dinero que ganen. ¿Cuál de ellos adquirirá primero su vivienda o hará el viaje que desea? Esto sin empeñar sus futuros ingresos tomando préstamos no productivos.
Vivir la experiencia del concierto es posible por tener la posesión material del ahorro para comprar la entrada. ¿Y hacer un viaje o comprar su vivienda propia, no es también una experiencia?
La inmediatez resulta cara y nos aleja de la posibilidad de vivir grandes experiencias.