Llega Don Carlo, la ópera en V actos de Giuseppe Verdi
Puedes disfrutar de la transmisión en directo este sábado 26 de marzo por Fine Arts Novo Centro desde el MET Opera
En el apogeo y madurez de su carrera, el compositor, Giuseppe Verdi, ya considerado el rey de la ópera italiana, apuesta nuevamente por un tema histórico, creando una de sus óperas más memorables y mi favorita de su extenso repertorio. Esta ópera está basada en el drama “Dom Karlos, Infant von Spanien”, escrito por el alemán Friedrich Schiller, impregnada de una temática y de un aura hispánica que fascina. Verdi la escoge cuando es invitado a componer un estreno para la Ópera de París; el tema es hábilmente adaptado por Camille du Locle y Josep Mery. Estrenada en francés, en 1867, es quizás la ópera de Verdi que más revisiones ha sufrido a través del tiempo. Finalmente es traducida al italiano y se le suprime un acto. En esta temporada el Metropolitan Opera recupera la versión original en francés en cinco actos, raramente representada, ya que la que más escuchamos es la versión en italiano. Es la ópera más larga del genio de Bussetto, más de cuatro horas de arrebatadoras melodías.
Don Carlo es un producto enteramente verdiano, de principio a fin, una mezcla extraordinaria de realidad y ficción que la convierten en una de las óperas históricas más fascinantes que existen.
La ópera se desarrolla en España en 1559. Francia y España se encuentran en medio de una negociación por una paz intensamente peleada; de acuerdo con los términos del tratado, el heredero del rey de España, Felipe II, Carlos Infante de España y heredero de Felipe, ha de casarse con Elizabeth de Valois, hija de Enrique II, rey de Francia. Sin embargo, la paz de Cateau-Cambrésis exige de repente que Élisabeth se case con el padre de Carlos, Felipe. La princesa de Éboli, miembro de la corte, bella e intrigante, tiene una aventura con Felipe; Carlos y Elizabeth están secretamente enamorados, su amor es imposible, su tristeza es infinita. En el frente político Carlos defiende a Flandes y confronta a su padre. Confía sus penas de amor y políticas a Rodrigo, Marqués de Posa, su confidente. El rey está atrapado entre su propio poder, su soledad y por la poderosa la Iglesia Católica. El poder de la iglesia es ejercido por un gran inquisidor ciego de 90 años. Un argumento intrigante que se desvía de los hechos históricos, sin detrimento a la experiencia musical. Los personajes históricos, Don Carlos, Felipe II, Elizabeth de Valois, la Princesa de Éboli, se mezclan hábilmente con personajes ficticios, Rodrigo, Marqués de Posa, el Gran Inquisidor y otros. En esta ópera seis cantantes de calibre son imprescindibles: Don Carlos (tenor), Felipe II (bajo), Elizabeth de Valois (soprano), Princesa de Éboli (mezzo-soprano), Rodrigo, Marqués de Posa (barítono) y el Gran Inquisidor (bajo), ellos se unen en fabulosos solos, dúos, tríos, cuartetos. La orquesta también revela la gran madurez de Verdi, capaz de usar una amplia gama de recursos que van desde lo idílico a lo terrorífico sin caer en la rutina.
La ópera trae consigo todos los recursos escénicos característicos del teatro romántico, como ocurre en muchas de las últimas óperas verdianas: claustros, espectros, escenas nocturnas, bosques, etc. La tragedia está servida. Está en nosotros vivirla.