Confeccionar una careta es una labor compleja que toma su tiempo

Confeccionar una careta, por más simple que sea, toma su tiempo. La labor se torna aún más completa, cuando se trata de una con múltiples accesorios, lo que podría llevar días y hasta semanas a un artesano.

Así lo revela Miguel Ángel Martínez Polanco (Lolón Careta), un artesano de la ciudad de La Vega, quien lleva alrededor de 15 años confeccionando estos antifaces típicos del carnaval vegano, y del dominicano en sentido general.

Captar, idealizar y darle vida a un diseño, lograr un molde a la perfección y posteriormente ver el producto final, es una labor propia de un equipo de trabajo.

Así se puede apreciar en el taller de Lolón Careta, en donde, junto a varios de sus colaboradores pasa todo el año atendiendo la demanda de decenas de grupos carnavaleros radicados en La Vega y otras ciudades del país.

Lolón Careta lleva alrededor de 15 años confeccionando antifaces para el carnaval de La Vega y para otros carnavales del país.

“Construir una careta es complicado, pues a la pieza hay que ponérsele las manos varias veces. Primero es el diseño, luego hacer un molde. Luego de sacar el diseño lo llevamos a vida real en el volumen del barro. De ahí inicia el proceso de empapelamiento con diferentes papeles, tales como maché y periódico.

Llenar un molde toma unas tres horas, mientras que las grandes llevan más tiempo. Luego viene el secado al sol o en un horno en tiempos de lluvia”, manifiesta.

Después que la careta seca se les aplican diversos cortes para retirar el molde y se coloca cemento de contacto en las ranuras que han quedado.

Otro proceso es el recortado del borde de la careta, defiendo esta parte como fundamental para la estética de la careta.

“Sigue el pulido de la careta, previo haber pasado una mano de pintura blanca. Con el pulido, el artesano descubre los defectos de la careta, los que se proceden a ser rellenados con masilla. Luego viene la masilla industrial aguada en tiner, la que se aplica con una pistola de presión”, explica.

Y dice más: “A partir de ese momento comenzamos con la aplicación de los accesorios, dentro de los que están las plumas, piedras preciosas, entre otras”.

Otro elemento importante en una careta son los dientes, los que son confeccionados con resina, pues le proporciona dureza a la pieza y agresividad al trabajo, para que se vea burlona, que es uno de los elementos visuales fundamentales de una careta de La Vega.

Como artesano, dice que trabaja caretas durante todo el año, ya que confecciona estas piezas para más de 20 grupos en La Vega, así como para otros del resto del país, dentro de ellos San Francisco de Macorís, Mao, Jarabacoa y Santo Domingo. Cada grupo, dice, tiene entre 14 y 30 miembros.

En un año trabaja unas 300 caretas para los carnavaleros de La Vega y se eleva hasta 500 a nivel nacional. Eso es sólo se produce en su taller, pues como él, existe más de una docena de artesanos en esa ciudad del Cibao Central. El costo de una careta oscila entre 2,500 pesos a 25 mil pesos.

Rossanna Figueroa

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Profesional del periodismo egresada de la UASD. Cuenta, además, con un Postgrado en Relaciones Públicas, de la UCSD; y una maestría en Mercadeo, de la PUCMM.