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El LAC de Maillot: un ballet poderoso, arriesgado e inusual

Les ballets de Monte-Carlo presenta su versión innovadora de El Lago de los Cisnes en el TN

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El LAC de Maillot: un ballet poderoso, arriesgado e inusual
Hoy es la última presentación del LAC en el Teatro Nacional. (FUENTE EXTERNA)

Lo increíble del LAC, la visión de El Lago de los Cisnes creada por Jean-Christophe Maillot, es su osadía.

Precisamente por eso el coreógrafo y director de Los ballets de Montecarlo le nombró de forma diferente. Y es que ciertamente lo es.

Lo notas desde que sube el telón, y una proyección revela a manera de prólogo la historia de un joven príncipe que, en el día de su cumpleaños, ve irrumpir en su fiesta a dos jovencitas, una que representa la luz y la otra, la oscuridad, la noche. Ambas, su destino.

De pronto, sobre el escenario se despliega un cuerpo de baile vestido de color. ¿Dónde estaba el tutú? No lo vimos, ¡y no importó!

A medida que van pasando los segundos, te das cuenta que LAC es un desafío a todos los esquemas tradicionales del ballet. Las zapatillas de punta se mueven muy bien con un estilo vanguardista, donde es importante la técnica, pero sobre ella se impone la pasión, la fuerza dramática, los sentimientos.

Desde el primer acto, lo que sorprende no es la precisión de los bailarines, es como Jean-Christophe Maillot logra, si se quiere, explotar el erotismo, el “lado oscuro” y animal de El Lago de los Cisnes, usando magistralmente todo lo que envuelve el montaje, y sobre todo, el vestuario.

El elemento sublime y romántico que caracteriza este ballet creado por Tchaikovsky, se convierte en una tempestad que te deja sin aliento. Allí todo ha sido provocado con esta intención: por un lado la iluminación y la escenografía, moderna, minimalista, tan diáfana que, a pesar de ser clave, no interrumpe, no hace ruido. Se mueve también y tan bien con la música, que a su vez tiene unos arreglos pensados con ingenio para provocar en el espectador miedo, dolor, ilusión o rabia.

Son cuatro actos repartidos en unas dos horas que no sentirás pasar. Mimoza Koike, quien interpreta a Su Majestad la Noche, y April Ball, el cisne negro, fueron las interpretaciones mejor logradas en la noche de la gala de apertura, y cuya última función es hoy.

Lo que sí es que a partir del LAC, El Lago de los Cisnes nunca más será igual.

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