Ellos renunciaron a la realeza por amor y algo más
Eduardo VIII, la princesa Mako de Japón, el príncipe Sigvard de Suecia y Johan Friso de Holanda son algunos de los casos

El inesperado anuncio de los duques de Sussex de dejar sus actuales posiciones en primera línea de la monarquía para ser económicamente independientes ha estremecido a la corona británica. Aunque Meghan y Harry no han renunciado a sus títulos, si no hay un acuerdo entre la reina Isabel II, su heredero, el príncipe Carlos, Guillermo y el propio Enrique (Harry, en inglés), el sexto en la línea de sucesión, podría perder o renunciar a sus títulos.
Si Harry y Meghan optan por renunciar a sus títulos, estos no serian los primeros ni los últimos. En todas las monarquías europeas y de Asia se han producido renuncias por amor y otras razones.
La compleja “independencia económica” de Enrique y Meghan
A continuación, detallamos los impactantes y hasta curiosos casos de la renuncia a los derechos dinásticos. Y es que al parecer una corona y una posición no lo es todo para ellos.
Eduardo VIII del Reino Unido (Duque de Windsor)

El amor entre un príncipe y una divorciada norteamericana aun no ha sido superado. Fue uno de los grandes escándalos de la primera mitad del siglo XX y ha sido documentado en películas, series y libros. En 1936, solo 325 días después de ascender al trono, el rey Eduardo VIII leyó su renuncia en directo en la BBC.
La razón fue para casarse con Wallis Simpson, estadounidense y dos veces divorciada. Tras abdicar, fue sucedido por su hermano menor, padre de la actual monarca, que pasó a ser Jorge VI. Luego, en el 1953 ocupó el trono hasta ahora la reina Isabel II con solo 25 años.
La Princesa Ayako de Japón

En Asia, el caso más reciente es el protagonizado por la Princesa Ayako de Japón, de 28 años, quien contrajo matrimonio con el financiero Kei Moriya.
La ley que rige la Casa Imperial nipona fue aprobada en 1947 y obliga a que las mujeres pierdan sus títulos y su estatus si contraen matrimonio con plebeyos. Sin embargo, por renunciar a su título la hija del fallecido Príncipe Takamado, primo del Emperador Akihito, dejó de formar parte de la Familia Imperial, aunque con una compensación económica: unos 800.000 euros, indica un reporte del medio ABC.
Princesa Mako de Japón
No es la única que renunció a sus privilegios reales por amor. La Princesa Mako de Japón (26) abandonó también su estatus dentro de la Familia Imperial nipona para casarse con un plebeyo de su misma edad dedicado al ejercicio de la abogacía, Kei Komuro. Tras obtener la bendición de su abuelo el Emperador Akihito, la princesa y su prometido anunciaron de forma oficial su compromiso.
Indica ABC que antes que ella, su tía Sayako Kuroda, la tercera hija del Emperador Akihito y la Emperatriz Michiko, se vio obligada a renunciar a todos sus títulos de honor para poder casarse en 2005 con un funcionario de gobierno, el urbanista Yoshiki Kuroda.
Príncipe Sigvard de Suecia

Volviendo a Europa, otro caso que sacudió la sociedad de la época fue el del Príncipe Sigvard de Suecia, que en 1934 huyó a Londres para contraer matrimonio en secreto con Erika Patzek, hija de un comerciante alemán. Cuando su abuelo, el Rey Gustavo V, supo de los planes, le despojó de su título de príncipe e incluso le borró de la lista dinástica.
Johan Friso de Holanda

En 2003, Johan Friso de Holanda, segundo en la línea sucesoria, renunció a la Corona para poder unirse con su novia Mabel Wisse Smit, quien fue criticada por mantener una relación con el gángster Klaas Bruinsma, motivo de la negativa del gobierno.
Pero al príncipe no le importó y corrió hacia el altar con Mabel, perdiendo todo.
Chris O’Neill, esposo de la princesa Magdalena

No todo es amor. Chris O’Neill, esposo de la princesa Magdalena de Suecia renunció a todos los títulos que le ofrecía su suegro tras su matrimonio en 2013 debido a que, como empresario, deseaba seguir con sus negocios sin tener que rendir tantas cuentas. Su esposa decidió no renunciar a sus derechos ni a sus títulos y tampoco sus hijos.
Beatriz de Holanda

Tantos años dedicados a la Corona y al pueblo deben ser recompensados. Esto pensó la reina Beatriz de Holanda, quien cedió el trono a su hijo Guillermo en 2013 para “disfrutar de la vida tras 33 años de servicio a la corona”, indica la prensa europea.
“Es tiempo de colocar la responsabilidad del país en manos de una nueva generación”, dijo en el canal de televisión público. La familia real holandesa tiene un largo historial de monarcas que abdican a favor de sus hijos tras varias décadas en el trono.
Es motivo de preguntarse, ¿la reina Isabel II no desea descansar? La monarca tiene 93 años y su hijo, el príncipe Carlos tiene 71 años y aún espera por ocupar su lugar, si está en los planes de la monarca o prefiere que sea William.
Daniela Pujols