Felipe VI subraya valor de la cultura en español como vínculo entre pueblos

Madrid. El Rey de España, Felipe VI, subrayó hoy el valor de la cultura en español como vínculo para unir a los pueblos y acercar a las personas “buscando aquello que comparten y por encima de sus diferencias”, y recordó “el patrimonio cultural compartido” por todos los hispanohablantes.

El monarca destacó “la importancia de apelar a aquello que nos une por encima de toda frontera”, durante el almuerzo que ofreció hoy en Madrid, junto a la reina Letizia, al escritor nicaragüense Sergio Ramírez, quien recibirá el próximo lunes el Premio Cervantes, máximo galardón de las letras en español.

“Nos une la cultura” y “la nuestra es una cultura abierta al mundo, que señala a horizontes de libertad”, dijo Felipe VI al reflexionar sobre el “patrimonio cultural compartido” por todos los hispanohablantes y la “universalidad” de la literatura en español.

“España está y estará siempre del lado de aquellos que quieran abrir sus horizontes a un mundo mejor, más próximo, más comprometido, más humano en definitiva”, insistió el monarca, quien señaló además que el Premio Cervantes concedido a Ramírez alienta “a seguir luchando para que el universo iberoamericano esté cada vez más próximo, comprometido y humano”.

El Rey tuvo palabras de elogio a la obra del autor nicaragüense, primer centroamericano que recibe este galardón, de quien destacó la “vocación manifiestamente cervantina”, su “alma de poeta” y su obra en la que “impresiona la sabiduría, la elegancia, la precisión y el talento con el que navega por los amplios mares” de la lengua.

El almuerzo en honor a Ramírez congregó a representantes del mundo de la cultura iberoamericana, académicos de España y América, escritores, agentes literarios, editores y libreros.

El embajador nicaragüense en España, Carlos Midence, y los directores de la Real Academia Española, Darío Villanueva, y de la Academia de la Historia, Carmen Iglesias, así como el chileno Jorge Edwards, Premio Cervantes en 1999, fueron algunos de los invitados.

Ramírez acudió acompañado por su esposa, Gertrudis Guerrero, y sus hijos Sergio, María y Dorel, además de por su nuera y sus dos yernos.

Antes del almuerzo, el escritor acudió a la sede del Instituto Cervantes para cumplir con la tradición de dejar un legado en la antigua caja de seguridad bancaria que acoge este edificio en su sótano, donde depositó dos cartas manuscritas, una del escritor Rubén Darío y otra del revolucionario Augusto C. Sandino.

Diario Libre